El día jueves 9 de diciembre del año en curso se llevó a cabo la ceremonia Nobel, dedicada a Abdulrazak Gurnah, en la Biblioteca de Rinkeby. El laureado con el Premio Nobel de Literatura no llegó a Estocolmo a causa de la pandemia de coronavirus. Desde hace un par de años el proyecto incluye también al sector de Tensta. Rinkeby y Tensta son dos barrios cercanos, dos barrios hermanos situados al norte de Estocolmo en donde conviven familias inmigrantes de todos los países del mundo. Se dice que se habla cien idiomas. En estos lugares hay problemas de toda índole, pero al mismo tiempo son un ejemplo para el mundo entero porque aquí reina la tolerancia, la comunicación y la comprensión. Por segundo año consecutivo, precisamente por la pandemia, el acto tuvo un formato reducido. No participaron muchos alumnos. Por lo tanto, no se escuchó el tradicional saludo de bienvenida en diferentes idiomas. Tampoco hubo el desfile de Lucía con cánticos nórdicos navideños.
Gunilla Lundgren, escritora y eterna organizadora de este maravilloso acontecimiento, abrió el acto contando que los estudiantes de Tensta y Rinkeby, durante el otoño sueco, leyeron sobre la vida del químico sueco Alfred Nobel. Pero también dedicaron muchas horas a la lectura de la novela “El Paraíso” y de un extracto del ensayo titulado “Escritura y lugar” del escritor galardonado con el Premio Nobel. Lundgren, además de contar algunas anécdotas de los Premios Nobel que pasaron por la Biblioteca de Rinkeby, dijo que los alumnos grabaron un video para enviar a Abdulrazak Gurnah. Annelie Drewse, también escritora y flamante colaboradora del proyecto Nobel en Rinkeby y Tensta, se refirió al proceso de trabajo con los alumnos implicados en dicho proyecto. Con ayuda de diapositivas contó algunos detalles sobre anteriores Premios Nobel de Literatura.
Se recordó que muchos escritores y poetas que ganaron el Premio Nobel y que visitaron la Biblioteca de Rinkeby; dijeron que lo más hermoso, de su estadía en Estocolmo durante la semana Nobel, fue justamente la asistencia a la Biblioteca. Y es comprensible porque es un acto repleto de sentimientos, vivencias, poemas, anécdotas, palabras, cantos, etc.
Niños y niñas, vestidos de blanco y con velas en las manos, saludan en diferentes idiomas. Se leen textos del folleto elaborados por los alumnos. Se obsequia a la persona homenajeada una caricatura de su rostro dibujado por algún alumno o alumna, más el folleto Nobel en inglés y en sueco. Después del acto se comparte momentos agradables tomando un café, un té o un jugo con masitas navideñas y de otros países. Los alumnos conversan con el ganador o la ganadora del Premio Nobel, se sacan fotos y a veces hacen entrevistas. Es decir, es un ambiente más informal y familiar en comparación con el banquete Nobel y otras actividades que se realizan en torno al Premio Nobel. Durante los últimos trece años he visto con mis propios ojos cómo muchos de los visitantes Nobel se emocionaron profundamente. Y lo más importante: la inspiración que reciben los alumnos para realizar sus sueños. No es imposible que algún alumno o alumna, del Colegio de Tensta o de Rinkeby, en el futuro pueda recibir el Premio Nobel.
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