24 de julio (Infobae)- Un estudio reciente reveló un preocupante fenómeno en las costas de brasil: tiburones salvajes dieron positivo en cocaína. Este hallazgo fue realizado por científicos de la Fundación Oswaldo Cruz y generó un impacto en la comunidad científica.
Después de analizar a 13 tiburones puntiagudos capturados cerca de Río de Janeiro, los investigadores descubrieron niveles altos de cocaína en sus tejidos musculares y hepáticos.
Según los informes, los niveles de cocaína encontrados en estos ejemplares son hasta 100 veces mayores que los arrojados en otras especies marinas.
“Los hallazgos son muy importantes y potencialmente preocupantes”, señaló Sara Novais, ecotoxicóloga marina del Centro de Ciencias Marinas y Ambientales de la Universidad Politécnica de Leiria, a la revista Science. Además, informaron que los tiburones eran jóvenes y adultos pequeños, que medía aproximadamente 52 centímetros de largo.
Si bien los investigadores sugieren que la cocaína llega al mar a través de varias vías, señalaron que los laboratorios ilegales podrían ser el principal motivo de la contaminación.
En declaraciones a CNN, Enrico Mendes Saggioro, ecotoxicólogo de la fundación que realizó el análisis, explicó: “La cocaína contamina el mar debido a las descargas de aguas residuales de los humanos que consumen la droga, así como de los laboratorios ilegales que la producen”.
Según el experto, los tiburones, que viven en un hábitat sumamente contaminado, acumulan grandes cantidades de la droga en su cuerpo, especialmente en el tejido muscular. De acuerdo con el estudio, los niveles de cocaína son aproximadamente tres veces más altos en el tejido muscular que en el hepático. Aunque este estudio es el primero en documentar la presencia de cocaína en tiburones, aún no se han determinado las consecuencias específicas de esta exposición.
Investigaciones anteriores sugieren que es probable que la droga tenga efectos similares en los tiburones que en otros animales y humanos. Mendes Saggioro y Rachel Ann Hauser Davis, bióloga de la Fundación Oswaldo Cruz, explicó a CNN: “Es probable, aunque aún no está demostrado, que la exposición tenga efectos fisiológicos nocivos en los tiburones”.