La Paz, 26 de julio (Urgentebo.com).- Aproximadamente 40 mil familias de comunidades próximas a Cochabamba migraron en los últimos 10 años a la zona del Chapare en busca de oportunidades. De acuerdo con una evaluación realizada por el Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo (FONADAL), estos emigrantes se trasladaron a cultivar coca en el trópico cochabambino.
Para reducir estos “escapes” hacia el Chapare, el Fonadal ha puesto en marcha un proyecto que tiene el objetivo de incentivar a los pobladores a mantenerse en sus comunidades, pues allá recibirán condiciones para una mejor calidad de vida.
Miguel Oropeza Arispe, director general ejecutivo del Fondo Nacional de Desarrollo Alternativo, informó que un estudio permitió detectar 35 municipios expulsores en el país, de éstos 18 corresponden al departamento de Cochabamba, nueve al norte de Potosí, cuatro a La Paz, tres a Oruro y uno a Chuquisaca.
Entonces, junto a los gobiernos municipales de estas poblaciones se trabaja en la ejecución de obras para reducir la migración.
“Se hizo el estudio de identificación de estos municipios, en los que se está interviniendo bajo tres parámetros. En primer término está la reducción de la extrema pobreza, uno de los factores que tenemos que atacar en las zonas andinas vulnerables; el segundo parámetro es la inseguridad alimentaria, ya que existe desnutrición en estas zonas y queremos disminuir estos índices”, explicó el ejecutivo de Fonadal.
El último parámetro es la migración. Entre 2001 y 2012, el Fonadal ha registrado 35 municipios tuvieron reducción de población. Se estima que unas 40.000 familias migraron al Chapare, con el objetivo de generar recursos económicos mediante la producción de coca.
La seguridad alimentaria
El Fonadal dependiente del Ministerio Rural y de Tierras, trabaja con políticas y estrategias nacionales.
Una de ellas es el “Desarrollo Integral con la hoja de coca”, que se ejecuta en tres regiones: la primera denominada “tradicional”, que es el trópico cochabambino y el norte paceño; la segunda identificada como “zonas de riesgo”, aquellas adyacentes a las tradicionales; y la tercera que es la “zona de migración”.
“Esta zona de migración fue incorporada recién, porque se comprobó que en 10 años se registró una elevada migración hacia las zonas tradicionales, porque en sus poblaciones no tienen una oportunidad económica y tampoco las condiciones para realizar trabajos de producción. Entonces, decidimos implementar el Programa de Apoyo Presupuestario Sectorial de Seguridad Alimentaria (APSSA), financiado por la Unión Europea, con 20 millones de euros, al que se sumaron 7 millones de aporte del Estado, que se ejecutarán en seis años” refirió.
Lo bueno de estos apoyos financiados por la UE es que permiten buscar actores estratégicos, estatales o no. Por eso, nos da la posibilidad de trabajar con el Viceministerio de Defensa Civil, y de Educación.
El trabajo
En estas 35 comunidades, explica Oropeza, se trabaja en proyectos productivos. “Una de las mayores demandas que se tiene, es riego. Gran parte de los municipios de Cochabamba está en la parte andina con problemas se sequía. Ahí se trabaja en riego y microriego.
Esta autoridad señala que el objetivo es apoyar la producción identificando rubros potenciales que hay en las diferentes regiones.
En este marco de apoyo se identificó la papa y la trucha en Cocapata, Aiquile, Santibáñez y Arbieto. También se tiene la apicultura, que en el país tiene un mercado interesante, con una demanda interna de más de 4.000 toneladas y la producción quel sólo alcanza las 1.500 toneladas, lo que muestra la existencia de demanda insatisfecha que se podrá atender con la producción de estas zonas.
Proyectos
Con 20 proyectos ya firmados y que se están ejecutando se beneficiará a 50 mil familias, con una mayoría que está avanzando en el saneamiento de tierras. La meta de FONADAL es llegar a beneficiar a más de 100 mil familias.
Oropeza destacó que se también se está trabajando con el tema de género. “Sabemos muy bien que estos flujos migratorios pueden ser temporales o definitivos. Son temporales cuando el hombre se va a trabajar y vuelve; son definitivos cuando es la familia íntegra la que migra.
