La Paz, 17 de julio (ABI).- El vicepresidente Álvaro García Linera rememoró el domingo por la noche los 36 años del golpe de Estado de Luis García Meza, el 17 de julio de 1980, y dijo que es una responsabilidad con la historia encontrar los restos del líder sindical Marcelo Quiroga Santa Cruz, desaparecido desde ese día.
Según García Linera, el Gobierno no bajará la guardia hasta encontrar los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz, quien fue secuestrado el 17 de julio de 1980 de la sede de la Central Obrera Boliviana (COB), tras ser intervenida por un grupo de paramilitares tras el golpe de Luis García Meza, y trasladado con vida al Estado Mayor, para asesinarlo haciendo desaparecer su cuerpo.
"Hemos buscado por todos los lados que sea posible y no vamos a bajar nunca la guardia, es una responsabilidad con la historia el encontrar los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz", subrayó García Linera.
El segundo ejecutivo aseguró que "desde el primer día que llegamos al Gobierno con el presidente Evo (Morales), lo primero que hicimos fue establece un grupo de investigación y de trabajo para buscar cualquier indicio respecto a los restos del líder socialista".
"No san llegado centenares de denuncias, hipótesis y todas las hemos trabajado", dijo.
Reveló que todos los archivos de la época de la dictadura están a disposición de la Fiscalía para que investiguen los casos de desaparición de ese periodo.
No obstante, dijo que muchos documentos y elementos de esa época fueron robados por militares y actualmente se presume que se encuentran en bibliotecas privadas.
García Linera destacó la lucha de los sindicatos, mineros y jóvenes universitarios que lograron resistir a la dictadura y gracias a ello actualmente se puede vivir sin el miedo de asaltos militares o proclamar el socialismo en beneficio de los pobres.
"La dictadura era dormir cada noche persignándose, porque uno no sabía quién iba a parecer en la noche. La dictadura era la incertidumbre del día siguiente", agregó.
De acuerdo a historiadores, el 17 de 1980 García Meza toma a la fuerza el Gobierno e inicia una brutal persecución contra líderes socialistas y sindicatos sociales, con el respaldo de que en esa época se declaró estado de sitio y toque de queda en el país.
Durante esa dictadura se reportaron al menos 36 asesinatos políticos, 160 muertos en masacres y 87 desaparecidos, además de cientos detenidos que fueron torturados.