Mayo 04, 2024 [G]:

García Linera sugiere un 'menú de opciones' para atemperar a los opositores


Jueves 14 de Octubre de 2021, 5:15pm






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Álvaro García Linera, exvicepresidente del Estado de Bolivia, hizo conocer en una entrevista publicada en la revista JacobinaLat el plan que propone él frente situaciones en las que el Estado, gobernado por corrientes de izquierda con respaldo de organizaciones sociales, como en el caso boliviana, debe hacer para contrarrestar a la acción de los opositores, que, según su criterio, provienen de los sectores oligárquicos. El exmandatario afirma que el gobierno progresista tiene que seguir acciones para atemperar a los opositores, para lo cual está la acción desde Impuestos Nacionales, desde la entidad que controla la banca o fiscalizar las propiedades.

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Esta es la fotografía de García Linera que se publica en la entrevista realizada por JacobinaLat

“Y, evidentemente, si estos sectores entran en una actitud conspirativa hay que afectarlos. No puedes simplemente contemplar, o asumir la actitud de dejarlos seguir con su conspiración. Revisa sus impuestos, mira sus propiedades, sus cuentas bancarias, tienes un menú de opciones de gobierno con las cuales atemperar y contener ese tipo de acciones”, respondió en un punto de la entrevista.

Ahora bien, con fines ver cómo es el planteamiento de García Linera, Urgente.bo publica la pregunta que le hacen y la respuesta que da a la revista JacobinaLat, a la que dice que la nacionalización de una empresa, cuyo propietario vendría a ser opositor, es uno de los últimos recursos.

Revista JacobinaLat. Hay un viejo debate sobre cómo los gobiernos populares deben enfrentar la reacción de las clases dominantes. Dentro de la historia latinoamericana, se desarrollaron de manera condensada en la experiencia de la Unidad Popular. ¿Son inevitables las concesiones a las clases dominantes y a la oposición política para neutralizar su agresividad y para ampliar el campo de apoyo político o, por el contrario, es necesario radicalizar el enfrentamiento para quitarle poder social y político a la burguesía y galvanizar una base social propia en condiciones de derrotar a la reacción? En términos del debate al interior de la UP, ¿«Consolidar para avanzar» o avanzar para consolidar (lo que, en términos del MIR, se expresaba como «Avanzar sin transar»)? ¿Cuál es tu opinión en relación a este debate? ¿Y cómo ves al nuevo gobierno del MAS en ese aspecto?

Álvaro García Linera:

El qué hacer con las oligarquías es un tema complicado. Las revoluciones militarmente triunfantes no tuvieron que hacerse esa pregunta, porque el triunfo militar resuelve ese problema. Las transformaciones que se hacen por la vía democrática electoral, en cambio, te plantean esto como un problema inevitable y que te va a acompañar durante toda tu gestión, porque tienes que convivir con ellos, tienes que convivir con esa clase social. Las soluciones militares más radicales te colocan ante la posibilidad de la disolución de esa clase social, pero una transformación democrática no te plantea esa posibilidad y hay que ser claros –no hay que hacerse los astutos, es una obviedad– en que has de convivir con ellos. Son los límites del modo en que llegaste al gobierno, no tienes la capacidad ni la posibilidad real histórica de disolver una clase social. Y estas son las formas de transformación que se están dando en el continente (y que se seguirán dando en el continente).

En torno a esas formas de transformación hay que pensar la idea de socialismo democrático. Si, por circunstancias históricas específicas y no planificadas, el proceso toma otro curso, pues, ¡bienvenido! y te montas. Es el lado leninista de las cosas. Pero si no se da, convives con esta manera de transformación social sustentada en el ámbito democrático electoral. Y entonces ahí los gobiernos progresistas tienen que tener una relación de articulación y desplazamiento temáticos.

Un gobierno progresista –por muy radical que este sea– que ha accedido por la vía democrática tiene que encontrar métodos prácticos de convivir con ese sector empresarial del país. No solamente porque posee un conjunto de recursos y de propiedades reconocidas por el ámbito constitucional, sino porque en sus manos está el desarrollo y el impulso de ciertos sectores de la sociedad frente a los cuales la sola estatización no resuelve el problema de la transformación del sistema económico. Porque la estatización de los medios de producción no es socialismo. Estatizando los medios de producción, quedan en manos de un monopolio: el Estado es un monopolio (el monopolio de monopolios) y la socialización es la democratización de los medios de producción. Entonces, por definición, no hay posibilidad de socialismo alguno vía el Estado.

Puede ayudar a defender un proceso de transformación, puede ayudar a atemperar cierto tipo de presiones, sí, sin duda, pero son soluciones tácticas, circunstanciales. Lo que puede hacer un gobierno progresista (y para ello usa el monopolio de monopolios, el conjunto de recursos que están a disposición del Estado) es atemperar el poder económico de ese sector. Para ello, un gobierno progresista necesita un Estado con un mínimo indispensable de control del Producto Interno Bruto, para no estar sometido, no estar engrillado, a los poderes fácticos económicos (muchos de ellos más poderosos que el Estado). Ahí tienes un conjunto de mecanismos: tributarios, impositivos, de políticas fiscales, de inversiones y, llegado el caso, también de nacionalización.

Ese sería el momento en que el proyecto progresista va más allá de los acuerdos tácticos y de desplazamiento. Desplazamiento en el sentido de que el Estado tenga un nivel de poderío económico con el que pueda romper el efecto de encierro y de aislamiento al que lo llevan los poderes económicos más grandes. Un 30% del PIB, mínimo, tiene que ser del Estado. Eso permite que cuando entre al diálogo o a la acción con otros sectores empresariales, lo haga desde una posición de poder y no de subordinación. Y, evidentemente, si estos sectores entran en una actitud conspirativa hay que afectarlos. No puedes simplemente contemplar, o asumir la actitud de dejarlos seguir con su conspiración. Revisa sus impuestos, mira sus propiedades, sus cuentas bancarias, tienes un menú de opciones de gobierno con las cuales atemperar y contener ese tipo de acciones.

¿En qué momento de un proceso progresista se podrá ir más allá de esta convivencia táctica y de desplazamiento? Cuando las sociedades sean capaces de rebasar a estos sectores. Cuando se ponga en debate –por parte de la misma sociedad, no del gobierno progresista, no de un partido– la posibilidad de la democratización de esa riqueza. Si esto no se da como un debate de la sociedad, como un requerimiento de la propia sociedad, el gobierno simplemente va a sustituir un tipo de monopolio privado por otro tipo de monopolio, y no va a variar la distancia del trabajador con respecto a la propiedad. Habrá un cambio de forma, porque ya no es un monopolio meramente privado, sino que el monopolio pasa a formar parte de los recursos comunes (porque el Estado es esta dualidad de lo común por monopolio, de los bienes comunes por monopolio).

Si tú nacionalizas, esas propiedades pasan a formar parte de los recursos comunes; pero son recursos comunes al Estado como monopolio, y frente al trabajador sigue habiendo distancia: no se ha roto o no se ha superado la distancia entre trabajador directo y medios de producción. La posibilidad de ir más allá en el régimen de propiedades (ir más allá frente a las conspiraciones y no meramente de manera defensiva) va a radicar en que la sociedad plantee la posibilidad de la gestión social de la riqueza. Y eso va a depender de qué pasa con los trabajadores de cada sector (de los bancos, de la industria), qué pasa con la sociedad en su conjunto, de cómo esté asumiendo el debate sobre sus condiciones de existencia, de si la aflicción de una crisis económica la conduce a pensar en asumir el control de esa propiedad, etcétera. Si eso se da, pues le toca a un gobierno progresista apuntalar y pujar por su realización. Por eso los términos de la discusión que ustedes planteaban se me hacen muy de élite: ¿qué corresponde hacer, transar o desplazarlos? Estás transando y desplazando en tanto eres solamente tú, gobierno. ¿Cuándo se rompe esto? Cuando la sociedad va más allá.

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