Octubre 13, 2024 -H-

Gestiones urgentes para la catástrofe ambiental en Bolivia


Domingo 13 de Octubre de 2024, 11:00am






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Bolivia atraviesa desde hace meses una de las peores catástrofes ambientales de su historia que no sólo afecta a las urbes sino -especialmente- al área rural y los bosques. Muchas prácticas, tradiciones y acciones tanto de personas individuales como de grupos, empresas e industrias  tienen estilos desvergonzados e irrespetuosos contra la naturaleza y van acabando poco a poco con fauna y flora del país.

No se reconoce que los componentes naturales cumplen roles distintos de los asignados por los humanos, parece que se desconoce que la calidad de la vida está directamente relacionada con el cuidado de la tierra y con la capacidad ambiental. La naturaleza no es un banco inagotable de recursos y su resiliencia no es infinita.

Las acciones inconscientes de los seres humanos han reducido las áreas boscosas, silvestres, destruido los hábitats naturales, degradado los suelos. Estos actos crueles han disminuido la biodiversidad y contaminado las fuentes de agua; mientras las acciones de las autoridades y líderes se dejaron esperar hasta llegar a extremos de destrucción y dolor, en lugar de reaccionar frente a la emergencia de manera oportuna.

En este contexto, Oxfam presentó un documento, titulado "A fuego y mercurio", que pone de manifiesto la gravedad de la situación en el país, revelando cómo la crisis climática, la deforestación y la contaminación están afectando de manera desproporcionada a las comunidades más vulnerables.

El estudio de Oxfam nos muestra un panorama alarmante porque señala que la población boliviana es cada vez más consciente de los problemas ambientales que la aquejan, pero siente que sus preocupaciones son eclipsadas por otras crisis, como la económica y la política. Sin embargo, los datos son claros: la contaminación, la deforestación y los efectos del cambio climático están teniendo un impacto devastador en los medios de vida de miles de bolivianos, especialmente en las zonas rurales.

Ríos contaminados, destrucción de ecosistemas que provocan a su vez sequías e inundaciones cada vez más continuas, son el resultado de la minería ilegal y la agroindustria. Con estas actividades el medioambiente enfrenta daños irreparables y se aumentan las desigualdades sociales así como el perjuicio económico en el país.

La publicación de Oxfam da a conocer que existe un creciente pesimismo e incertidumbre en Bolivia, centrándose en las preocupaciones más apremiantes de la población. Además, se indagan las actitudes y prácticas frente a la crisis ecológica y el cambio climático, destacando la importancia de las percepciones de la población para entender cómo se adaptan y responden a los cambios ambientales.

Las desigualdades agudizadas por la crisis ecológica, especialmente en aquellos entornos más vulnerables son parte de este análisis que Oxfam hizo para captar las preocupaciones de la población e identificar las desigualdades que afectan de diferente manera a regiones y grupos demográficos. La información que se recopiló resulta importante para plantear estrategias con el fin de mitigar los impactos ambientales y reducir las desigualdades socioeconómicas.

Es importante destacar que la crisis ambiental no es un problema aislado; sino que está íntimamente ligado a otras realidades complicadas que enfrenta Bolivia. La falta de acceso a agua potable, la inseguridad alimentaria y la migración forzada son sólo algunas de las consecuencias de esta crisis.

Adicionalmente,  la sociedad boliviana está confundida por promesas de desarrollo económico y envuelta en un clima político polarizado donde prima el show mediático. Aun así, tiene un papel fundamental que desempeñar  y es necesario que organizaciones sociales, comunidades indígenas y ciudadanos en general se unan para exigir no sólo castigo a quienes destruyen parte del planeta, sino acciones concretas para mejorar algunos espacios.

La apatía ciudadana ante la crisis ambiental es preocupante, ya que muchos priorizan intereses a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo. Esta indiferencia se refleja en la baja participación ciudadana en temas ambientales y en la falta de presión sobre los tomadores de decisiones para que implementen políticas más ambiciosas.

Por otro lado, es necesario que el gobierno boliviano tome medidas urgentes y contundentes para enfrentar esta emergencia ambiental. Se requiere una política ambiental integral que priorice la protección de los ecosistemas, la promoción de energías renovables y el desarrollo sostenible. Asimismo, es fundamental fortalecer las instituciones encargadas de hacer cumplir la legislación ambiental y sancionar a los responsables de los daños al medio ambiente.

 “Abordar la crisis ecológica y las desigualdades en Bolivia requiere un enfoque integral que vaya más allá de los marcos normativos actuales. Es fundamental fortalecer la gobernanza ambiental, promover la participación inclusiva y considerar seriamente la transición hacia un modelo de desarrollo que respete tanto a las personas como al planeta”, concluye el documento de OXFAM.

Queda claro que la crisis ambiental en Bolivia es una amenaza existencial que requiere una respuesta urgente y coordinada. No se puede seguir ignorando los efectos devastadores de la contaminación y el cambio climático. Es hora de actuar con determinación para proteger el planeta y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.

Se necesitarán acciones y normativa urgente y punitiva con sanciones que generen temor a dañar el medio ambiente; restauración de ecosistemas degradados, promoviendo la reforestación, recuperación de suelos contaminados y protección de áreas naturales; fortalecimiento de las comunidades indígenas pero sin intereses partidarios; sanciones ejemplares para los responsables de delitos ambientales disuadiendo a quienes dañaron o siguen dañando el medioambiente con penas severas y efectivas y educación ambiental desde los cursos iniciales y lo antes posible (que sea parte de planes de estudio) para construir una población consciente y comprometida con la protección del medio ambiente.

Para finalizar, ojalá que el documento de Oxfam no quede en el olvido como muchos estudios que se realizan y cuyas recomendaciones no se toman en cuenta. A la mayoría de los habitantes del territorio nacional le interesa la recuperación de Bolivia. Es momento de actuar.

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