31 de diciembre (Revista Oxígeno).- “Me invitaron para ser ministro. Es un honor pero creo que no es el momento. No voy a dejar a santa cruz, ya vendrán otras y si no, no importa soy feliz en esta tierra”, esa fue una de las frase que revolucionó las redes sociales y le pertenece al secretario de Salud y Política Sociales de la Gobernación de Santa Cruz, Óscar Urenda, un hombre que se robó el corazón del pueblo boliviano por su gran vocación de servicio y que falleció tras 46 días conectado a un respirador.
Una vez más ese mal invisible cobró la vida de un ser querido. Pese a que en una primera oportunidad el galeno, con una intachable carrera médica y en la gestión pública, lograra vencerlo, sin embargo no aguantó un rebrote cuando decidió ayudar a frenar la pandemia en otro departamento.
Óscar Urenda, como secretario de Salud, lideró los esfuerzos del departamento de Santa Cruz en la contención del coronavirus. Desde un principio alertó que la pandemia llevaría una “tormenta” para el país y que la población debía cuidarse.
Una de sus expresiones más recordadas la dijo el 26 de mayo, cuando se barajaba la posibilidad de flexibilizar la cuarentena en Santa Cruz. “No sé a quién se le puede ocurrir en este momento dictar que se levanten las medidas”, días más tardes complementó “Lo único que les pido es que si hay alguna reunión para flexibilizar la cuarentena, no me inviten porque no lo voy a permitir”.
Sabía que querían nombrarlo ministro de Salud, pero no estaba en sus planes, su ambición más bien era ayudar y sin pensarlo dos veces, una vez recuperado se embarcó rumbo ay hacer algo por la salud y por eso no lo pensó dos veces y se embarcó con rumbo a Beni, para ayudar a trazar una estrategia contra la pandemia que tanto se estaba ensañando en el vecino departamento.
Con lágrimas en los ojos 5 de mayo, Urenda anunció que ingresaba en cuarentena “por responsabilidad” después de que uno de sus colaboradores había dado positivo a covid-19. Días después confirmaba que había contraído la enfermedad 15 días después de estar internado, pero no presentó mayores complicaciones, recibiendo el alta hospitalaria el 23 de mayo.
Sin pensarlo dos veces, y ante la alerta sanitaria que vivía el departamento de Beni decidió sumarse a la pelea nuevamente, esta vez por el otro departamento del oriente boliviano con el objetivo de contener la pandemia en ese lugar y uno de los primeros desafíos era la puesta en marcha del hospital de esa ciudad.
El 1 de junio, el secretario de Salud manifestó que había dado positivo por segunda vez a covid-19. El estado de salud de la autoridad fue decayendo con el pasar de los días. El 6 de junio, la Gobernación anunció que Urenda había sido intubado y, a partir de allí, su estado se mantuvo.
Lo dio todo
“Por supuesto que sí, cuando me dieron el positivo yo sabía de los riesgos personales que corría en mi salud y por supuesto que tuve miedo”, dijo el 24 de mayo, luego de haber vencido el mal por primera vez. Con el diagnóstico de negativo, Urenda partió al Beni para contribuir a la lucha contra el coronavirus, en una región desguarnecida.
Urenda se constituyó en el símbolo de toda una región e incluso de país, desde el inicio de la pandemia, a pesar de la falta de equipos técnicos y de los recursos humanos, según han destacado diferentes voces.
“Rendimos homenaje a este héroe de la salud, Óscar Urenda, médico que dedicó su vida entera al servicio y cuidado su pueblo. Con mucho dolor nos despedimos de él y le damos gracias por enseñarnos el verdadero significado de ser un servidor público”, es el mensaje de la gobernación de Santa Cruz, desde su cuenta en facebook.
“Se nos fue uno de los mejores servidores públicos de Bolivia. Muchas gracias, Óscar Urenda, por todo lo que usted hizo”, publicó el periodista Andrés Gómez.
“!Sin palabras! Va camino al cielo, desde allá nos seguirá guiando. Hasta siempre Doctor”, escribió también Vladimir Peña, funcionario jerárquico de la gobernación de Santa Cruz.
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