Abril 18, 2024 [G]:

Inseguridad pandémica

 Los crímenes, asaltos y robos están a la orden del día. Cada semana se reportan feminicidios y los infanticidios ahora forman parte de las crueles estadísticas.  Tenemos un Viceministerio de Seguridad Ciudadana. Estamos esperando su trabajo.


Miércoles 12 de Mayo de 2021, 4:15pm






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Según los últimos diagnósticos económicos de la región, la pobreza extrema se ha incrementado en un 18%. Las causas más importantes son la pandemia y, en el caso boliviano, el golpe que paralizo las inversiones públicas, la corrupción que se sigue develando, entre otros factores como los mercados para la exportación y el contrabando.

Al mismo ritmo ha crecido la delincuencia y los trastornos sicológicos en las poblaciones del mundo. Hace una semana sufrí el robo de mi viejo automotor que me acompaño tres lustros, su valor monetario no es expectable por su modelo, pero su valor afectivo es mucho mayor: en ellos conduje a mucha gente y allí fueron creciendo mis hijos. Como no quería perderlo hice lo que cualquier ciudadano haría, recurrí inmediatamente a Diprove  (Dirección propiedad de vehículos) en Tembladerani, lugar  donde están registrados los automotores con el RUAT (Registro Único de automotores) y cuya obtención es un laberinto de cuchillos afilados y látigos burocráticos.

Allí me atendió el sub oficial  J.Choque K. que me dijo que antes de hacer la denuncia y obtener mi reporte de robo para  alertar a las trancas de la ciudad, debía llevar mis testimonio de compra del primer dueño, de la casa importadora, pagos de impuestos, certificado de autenticidad, etc, etc. Regresé, desconsolado a mi casa y en cinco horas logré reunir una carpeta de casi cincuenta hojas; mientras tanto los ladrones, con tanto tiempo a su disposición, ya podían pasar las trancas de Senkata o tal vez ya estaban en Oruro o Chile. Algunos días después, otra víctima me insinúo que dicho funcionario es cómplice de los auteros o ladrones de autos que pululan por la zona.

Cada vez que íbamos a buscar cámaras de seguridad, llegaban a ese cubículo semi subterráneo y con luces mortecinas a plantear nuevas denuncias de automotores lujosos y casi nuevos que desaparecían. Todas las víctimas sabemos que debemos “ayudar“ a nuestros agentes designados para que compren “ material de escritorio” y hacer personalmente nuestra solicitud a los vecinos para grabar de sus cámaras de seguridad. Obtuvimos dos filmaciones (siempre nos pareció que esa labor corresponde a la policía y no a las víctimas) y destacamos la solidaridad y buena voluntad de la gente que nos permitió ver a tres delincuentes que disponían de sus campanas o gente que vigila y al experto que destrabo el seguro y la puerta en menos de 10 minutos.

Si bien no hemos perdido la esperanza de rescatar nuestro viejo automotor, antes que los descuarticen y lo vendan por partes en Puente Vela o la 16 de julio, somos realistas y sabemos que no será fácil y tal vez; como en otros casos, aparezca de aquí a diez años, abandonado como chatarra en una ciudad minera, por su condición de carro Khullu o duro para el trabajo. Ando buscando a mi viejo amigo “chancho plantado” o choro jubilado para que me otorgue un “taxi” o mensajero en el Panóptico de San Pedro y pueda averiguar que “chacho firme” o ladrón activo me puede dar información fidedigna sobre  mi automotor que puede estar  oculto en un garaje, ya no podrán venderlo porque está “marcado” y solo pueden descuartizarlo.

Estas indagaciones me permitieron informarme de algo macabro, cuando una vecina nos relató sobre los nuevos Cementerios de Elefantes o los tugurios donde los alcohólicos beben hasta morir: Su hijo fue a beber con personas desconocidas, lo narcotizaron; despertó en un local donde pululaban alcohólicos jóvenes a las que no se permitía salir.  Su hijo vio como uno de ellos murió y fue sacado por tres personas. Una hermosa chola les daba bebidas y los animaba cada vez que deseaban abandonar el local, en tanto los alimentaba precariamente. El joven novato logró escabullirse, luego de diez días, de la espeluznante aventura. Fueron a buscar con la policía el lugar y no encontraron nada.  Es la nueva manera de reinstalar el tráfico de órganos humanos que está vinculado al narcotráfico: las víctimas nunca aparecen.

 Los crímenes, asaltos y robos están a la orden del día. Cada semana se reportan feminicidios y los infanticidios ahora forman parte de las crueles estadísticas.  Tenemos un Viceministerio de Seguridad Ciudadana. Estamos esperando su trabajo.

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