La Paz, 19 de septiembre (Urgentebo) .- Iván Arias, el destacado analista político, indicó que Felipe Quispe, el "Mallku", se encuentra aislado pese a que los distintos movimientos como el Comité Cívico, las Juntas Vecinales y los comunarios lo pusieron a la cabeza.
Para Arias, el aislamiwento del mallku se debe a tres motivos fundamentales. Primero, por no hacer una lectura adecuada de las alianzas que logró con diferentes sectores - como ADEPCOCA- o los comnunarios del TIPNIS-; por no medir su fuerza y por el discurso discriminatorio que hace.
“Felipe Quispe desgreñó, no tomó enserio estos acuerdos, estos pactos, estas hermandades. Las firmó, pero el mensaje que dio a todos ellos, por ejemplo a los de tierras bajas, a los cocaleros y a los urbanos, les dijo ‘primero voy a solucionar mi problema de Achacachi, después hablamos. Traigan coca, traigan alguna cosa que sea útil, ayúdennos con los puntos de bloqueo’ y con eso estaba diciendo un poco como, 'déjenme a mí solo yo voy a combatir al Gobierno, lo voy a derrotar, va a ser mi victoria y después hablamos’. Es esto uno de los primeros elementos que lo aisló de movimientos sociales”, dijo.
El segundo movimiento que aisló al líder campesino, explica Arias, es su discurso radical que aún destila odio y racismo. "A pesar que la gente valora mucho a Felipe Quispe por su radicalidad, su contundencia, de igual manera asusta por su discurso vengativo, rencoroso", aseguró.
“Eso gusta y asusta al mismo tiempo. El discurso racista de odio, vengativo, rencoroso y para eso ya llevamos 100 años. La sociedad boliviana yo creo que está suficientemente dividida y cada vez más separada porque aquí están los buenos, allá están los malos, aquí están los indiecitos pobrecitos y allá estos los que no los quieren. Al Presidente no lo queremos porque es un indio, etc. Hay mucho, se ha generado una sensación que unos somos de una calidad y otros de otra calidad y eso es lo que ya no gusta. Ahí Felipe Quispe se equivocó, fue radical pero siguiendo con un discurso confrontacional y tercero no medir sus fuerzas”, agregó.
Explicó que ahora ya no estamos en el mismo proceso del 2003, y que hoy en día hay un proceso totalmente diferente y esto es lo que Felipe Quispe no supo entender, porque de haberlo hecho hubiese regulado sin conseguir el objetivo central, para ganar fuerzas y volver a empezar.
“Los mismos del Comité Cívico y las Juntas Vecinales le dieron una idea, para retirarse de manera digna y era organizar una marcha de burros a la ciudad de La Paz, rodear el Legislativo, rodear la Plaza Murillo con burros, luego darle una misa a los burros pidiéndoles perdón y dejando el mensaje que los verdaderos burros están en el parlamento y en Palacio y pidiendo permiso a los burros, montaditos volverse a su pueblo, diciendo volvemos, recuperemos fuerzas, pero rearmémonos”.
El analista aseveró que esta era “una idea genial” pero Felipe Quispe no la siguió y, al final, el conflicto terminó desgastándose.
“Más allá que el conflicto vuelva a renacer, el Gobierno ya lo hizo con las tierras bajas, y ahora con lo que hizo con Achacachi es un mensaje muy duro. Primero el problema no fue solucionado; segundo la forma en que se ha hecho mostró una violencia desmedida del Gobierno; y tercero, queda una herida que yo creo que el Gobierno va a cosechar. El Gobierno está sembrando vientos y cosechará muy fuertes tempestades. Está quitándose, está deslegitimándose ante sus bases sociales que tanto confiaron. Como una vez dijo Felipe Quispe, ‘Evo Morales es peor que todos los Gobiernos neoliberales que he combatido’”, finalizó.
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