La Paz, 23 de abril (Urgentebo).- Es un niño inteligente. Su rendimiento escolar es excelente. Le gusta arreglar artefactos eléctricos. Es un apasionado por el fútbol e hincha de The Strongest y juega ajedrez. Con esas palabras, describe Martha a su nieto Carlos, el hijo de la periodista Hanalí Huaycho Hannover que falleció un 13 de febrero de 2013 en manos de su pareja y padre del niño, Jorge Clavijo.
Pasaron cinco años. Visitamos la casa donde sucedió el trágico hecho y donde aún vive la madre de Hanalí junto a Carlitos. Abre la puerta la señora Martha y de fondo se lo ve al niño que está a punto de cumplir 11 años. Él mira hacia la calle con algo de asombro y curiosidad. Pedimos hablar con él y nos cuente de sus planes futuros. Prefiere callar.
En la entrevista, doña Martha derrama lágrimas de dolor y amargura recordando la muerte de su hija como si hubiese sido ayer. “Mi vida ya no es como cuando estaba Hanalí, estoy muerta en vida”, dice la mujer. La tragedia que conmovió al país no pasa para la abuela y su nieto, por uno y otro caso. Por eso, Carlos siente impotencia y rabia.
Enfrentar cinco años sin Hanalí fue difícil. Pese a ello, doña Martha le da todo el amor que puede su nieto y asume con responsabilidad su crianza con todas las dificultades que implica. “Carlitos se niega rotundamente a llevar el apellido de su padre, él dice que no quiere llevar el apellido de un asesino”, cuenta.
La abuela cuenta que la situación de Carlitos comenzó a incomodar a algunos padres de familia y docentes del establecimiento educativo donde él estudiaba, pues comenzaron a expresar cierto rechazo hacia el pequeño arguyendo que es un niño “violento”, por lo que tuvo que optar por el cambio de colegio. “Han surgido problemas en el colegio, pese a que el niño es inteligente. Yo saco la conclusión de que las madres de familia estaban susceptibles por lo que ha pasado con los padres de mi nieto”, expresa con lágrimas en los ojos.
Sin embargo, las evaluaciones psicológicas refieren a que el niño está logrando superar el trauma de haber sido el testigo presencial de la forma en la que Hanalí fue asesinada. “Él está consciente de cómo murió su mamá, pero está más tranquilo y comienza a conformarse. Yo lloro todos los días, pero él me consuela y me dice que su mamá nos está cuidando desde el cielo. Hay días en que él recae y llora de un momento a otro, cuando le preguntó qué pasó, él me responde: tú ya sabes de qué estoy llorando”, relata.
Los gastos de manutención de Carlos están siendo cubiertos por los ingresos que le correspondían a Jorge Clavijo, sin embargo doña Martha aun trajina por los juzgados para exigir la liquidación de los beneficios sociales que le correspondía al expolicía.
“Me piden un documento que debe emitirlo el Ministerio de Gobierno que certifique que Jorge Clavijo falleció. Hice los trámites pero no hallo respuesta, incluso me dijeron que él había sido garante de otra persona y que ya no le corresponde nada, ya estoy cansada de andar”, sostiene.
Doña Martha aún no está convencida de la muerte de Clavijo, pues las características del cadáver que presentó el Ministerio de Gobierno como el cuerpo del expolicía no coincidían con los rasgos que ella conocía.
“Una noche salí a mi puerta y vi a un hombre parado en el árbol que está en esta acera. Lo he seguido, le he gritado qué quieres y él se asustó y desapareció. Volví a mi casa y les dije a mis hermanos, ellos me dijeron que estaba equivocada y que mis nervios me hacían ver cosas que no son. Salí con Carlitos y lo volví a encontrar al hombre y me dijo: yo no soy el Clavijo, pero tenía varios rasgos de él”, contó.
La vida de Carlos aun no es fácil, pero dedica su tiempo a realizar diversas actividades entre ellas, practicar fútbol, asistir a campeonatos de ajedrez y últimamente aprende sobre Robótica. El niño ganó varios concursos, lo invitaron a presentar sus trabajos en televisión, pero doña Martha dice que él teme a que le pregunten por su apellido.
“Carlitos quiere cambiarse de apellido a como dé lugar. Los organizadores de los concursos o docentes de los cursos a los que asiste me entregan doble certificado; uno con su verdadero apellido y otro con el de Hannover”, dijo.
La mujer menciona que consultó con abogados para el cambio de apellido, pero ese trámite demandaría tiempo y dinero. Además perdería derechos.
////