El Alto, 10 de julio (Soledad Mena, El Compadre).- Poco a poco se va apagando la sonrisa de los niños del hogar Virgen de la Esperanza, y una tristeza los invade al saber que pueden ser separados de las personas que los protegn y dan amor después de ser abandonados por sus padres. Y es que el hogar Virgen de la Esperanza está en riesgo de cerrarse por falta de donaciones extranjeras que lo sostuvieron por 12 años. Los recursos que tienen se agotan.
El semanario El Compadre visitó el hogar que se encuentra ubicado en la zona Bolívar Municipal de la ciudad de El Alto y que fue creado por las hermanas de la congregación Apostólicas Cristo Crucificado en 1995 debido a los frecuentes casos de abandonos de recién nacidos.
“Habrá un momento en que no vamos a poder sostener más, así como cerramos los dos comedores tendríamos que cerrar el hogar”, dijo la directora del hogar, Beatriz Condori.
En el hogar se encuentran 15 menores, entre bebés y niños de hasta cinco años. Llegaron al recinto cuando apenas tenían horas de nacidos, algunos fueron encontrados embolsados y a otros cubiertos de cartón en medio del basurero, en los baños públicos, debajo del puente o en los alcantarillados.
“Los bebés fueron encontrados envueltos en trapos, con cajas, embolsados y algunos desnudos, los dejaron traumados porque les dio hipotermia. Los niños tienen bien grabado la situación en la que fueron abandonados, van manifestado los problemas”, apuntó la Directora.
El albergue requiere de la contribución de la población para continuar con la ayuda social, porque está en riesgo de cerrarse por falta de recursos económicos. Sus proveedores principales, las hermanas de la congregación en España y las familias adoptivas de Estados Unidos que donaban alimentos, anunciaron el recorte de la ayuda por la crisis que vienen atravesando en esos países.
“En Bolivia tocamos puertas para que nos colaboren con víveres y dinero, en España las hermanas hacían cenas solidarias, nos ayudábamos mutuamente para sostener el hogar, ahora están mal, nos dicen que hasta donde se pueda nos ayudarán”, lamentó.
Requieren de aproximadamente 30 mil bolivianos al mes para los gastos de administración, mantenimiento de la infraestructura y la atención en salud de los bebés y niños.
Para palear los gastos, las administradoras lograron suscribir convenios con hospitales para la atención gratuita de los menores, porque el SUMI no llega a cubrir todas las atenciones.
La crisis ya trajo consecuencias, el año pasado tuvieron que cerrar los dos comedores populares que había exclusivamente para las personas de escasos recursos.
Sin embargo, hay una esperanza, pues colegios, parroquias y vecinos iniciaron campañas para recolectar recursos económicos, ropas y alimentos para el hogar.