La Paz, 09 de noviembre (César F. Sánchez C., Urgentebo).- Argentina, Brasil, Venezuela, Ecuador, Uruguay y Bolivia, esos son los seis países cuyos gobiernos, en la actualidad, se autodefinen como gobiernos de izquierda.
Cada uno de ellos, aunque en diferentes años, han formado parte del proceso que, en opinión del ministro de Minería y Metalurgia, César Navarro, han “golpeado duramente al imperialismo continental”.
Y es que desde 1999, cuando Hugo Chávez asumió la presidencia de Venezuela, hasta la actualidad, los gobiernos de izquierda han tomado el control de la mayor parte de la región sudamericana.
Evo Morales (Bolivia); Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner (Argentina); Lula da Silva y Dilma Rouseff (Brasil); Rafael Correa (Ecuador); y Tabaré Vásquez (Uruguay), son el ejemplo de la importancia que la Izquierda ha tomado en los últimos años.
Cada uno de ellos empezó con más del 50% de aprobación por parte de la población. Sin embargo, hoy, sólo Evo Morales y Rafael Correa superan el 50% de aprobación de su país, entretanto que el resto de los mandatarios de izquierda están por debajo del 30% aprobación. Además, el presidente boliviano es el único que no ha disminuido su porcentaje de aprobación en los últimos años.
Estos datos – arrojados por empresas encuestadoras de éstos seis países- son el reflejo de un debilitamiento de la hegemonía que la izquierda ha tenido en la región en la última década.
“La tendencia parecería apuntar hacia un recambio en todos estos países. Sólo tenemos que esperar para saber cuan profundo es el escenario de desacreditación o desmérito de estos regímenes”, aseguró Carlos Böhrt, abogado especialista en políticas públicas y descentralización.
Comentó que, aún, no se puede hablar de una crisis de la izquierda; pero sí de un notorio debilitamiento.
“De los países que son de izquierda, tres están en serios problemas: Venezuela, Brasil y Argentina. En cambio, Uruguay y Ecuador han logrado enfrentar en mejores condiciones la gestión pública y el periodo de crisis”, afirmó.
Este debilitamiento de la izquierda en la región, no fue negada por el ministro César Navarro. Eso sí, resaltó que Bolivia es el país que mejores condiciones de estabilidad presenta de los seis autodenominados de izquierda.
Empero, ¿a qué se debe el debilitamiento que afrontan la mayor parte de los gobiernos de izquierda?
No existe una sola respuesta, pues mientras unos la explican por la crisis económica que afrontan los Estados latinoamericanos, otros consideran que se debe, fundamentalmente, “a una estrategia continental del imperio colonial”.
Rolando Morales, analista económico, aseguró a Oxígeno que “entre los gobiernos que se dicen de izquierda en Latinoamérica, hay algunos que les está yendo mal, como Argentina, Brasil y Venezuela y Ecuador”.
Morales resaltó que “al país al que mejor le está yendo es Bolivia”, pero aclaró que “las razones por las que les va mal a los otros son diferentes”.
“Brasil tiene problemas estructurales muy importantes” aseguró.
Y es que el país más grande de Sudamérica carece de mano de obra calificada, lo que frena su crecimiento. Además, explicó Morales, en los últimos años ha intentado atraer capital externo aumentando sus tasas de interés, lo que, en un futuro, podría traer consecuencias críticas para su economía.
“El peligro que tiene Brasil es que -teniendo en cuenta su inestabilidad política, social y económica- si las economías de EEUU y Europa mejoran, todos esos capitales que han entrado a Brasil en los últimos años salgan nuevamente y ahí sería la catástrofe total de la economía brasileña”.
///
En el caso de Argentina y Venezuela, según el mencionado analista económico, sus problemas monetarios son a causa de “errores de su política económica.
Pues ambos países habrían decidido “gastar mucha plata en tratar de hacer subsidios q la población en general”, lo que generaría desequilibrios macroeconómicos.
Morales puso el ejemplo de Venezuela, país donde el subsidio de gasolina es universal. “En Venezuela puedes cargar un tanque de 75 litros por 10 centavos de dólar. Hay desequilibrio a nivel de precios y gastos públicos, es decir, gastan más de lo que pueden recibir como ingresos”.
El problema de Ecuador; sin embargo, tiene una raíz diferente. “Básicamente su sistema económico se ha mantenido en términos neoliberales y lo preocupante de esto es que han sustituido su moneda nacional por el dólar”, afirmó Morales.
Carlos Böhrn, por su parte, considera que el debilitamiento de la izquierda tiene, principalmente, dos explicaciones fundamentales.
La primera, es la que denominó como una “crisis económica centrada”, originada por las caída internacional de las materia primas y las políticas económicas que cada país ha llevado.
“Un segundo elemento que hay que destacar en todos estos casos es el tema de la corrupción, que es el elemento central del deterioro de la imagen de estos regímenes”, aseguró.
Esta hipótesis, sin embargo, no es compartida por el actual ministro de minería. Pues, en su criterio, la situación actual de los gobiernos de izquierda no puede explicarse únicamente con temas vinculados a la corrupción.
“No podemos decir que son temas aislados o que emergen de la corrupción”, aseveró.
Navarro expresó que el debilitamiento de la izquierda proviene de un “plan continental del imperio colonial”.
“Lo que está pasando son elementos que forman parte de un gran contexto continental para debilitar a los gobiernos de izquierda y este gran momento histórico que está viviendo América Latina”.
El ministro de minería afirmó que “el colonialismo se ha visto fuertemente golpeada” por el surgimiento que los gobiernos de izquierda han tenido en la última década. Y es por eso que su plan quiere recuperar el “dominio” de sectores estratégicos de esta región
“No es casual que ataquen en Brasil y Argentina. Estamos hablando de los dos monstruos de América del Sur”, aseveró.
En el análisis que hizo César Navarro, este plan continental ha recibido un impulso con el apoyo de tres países de la región: Perú, Colombia y Chile.
Son éstos tres países, precisamente, los que aplicando políticas neoliberales optaron por organizar un grupo de países contrario al ALBA, la propuesta de integración compuesta, principalmente, por los gobiernos de izquierda de América latina y el Caribe.
