La Paz, 21 de abril (Urgentebo.com).- “El objetivo es exportar menos quinua y exportar más productos bolivianos con valor agregado. Hicimos una nueva inversión para la compra de nuevas máquinas con el fin de exportar productos transformados, listos para el consumo: flan, brownies, budines y otros”, dijo Javier Fernández, gerente general de la empresa de quinua Andean Valley.
La empresa nacional se encuentra instalada a pocos pasos de la extranca de Río Seco de la ciudad de El Alto. Allí procesan el grano de oro y también lo transforman en productos listos para comer, con el fin de exportarlos a 21 países europeos, latinoamericanos y asiáticos. El mercado de Estados Unidos es el más importante, pues allí envían el 80% de su producción.
“Estamos presentes en Europa, Estados Unidos y Asia con nuestra marca, queremos transformarnos en una marca mundial”, destacó Fernández al evaluar el crecimiento de la empresa.
Cada mes, Andean Valley exporta entre 15 y 20 contenedores de quinua en grano y productos transformados. En promedio exportan 300 toneladas. “Nuestra capacidad productiva en planta es más de 20 toneladas diarias y la exportación, dependiendo de los pedidos, es entre 15 y 20 contenedores al mes”, dijo Rosa Chambi, supervisora de Producción.
Hace ocho años decidieron pasar de ser una empresa procesadora de quinua a ser una transformadora del grano de oro, lo que significa la producción de alimentos a base de quinua para el exigente mercado del primer mundo.
“Cada vez hay más demanda de productos transformados. El mundo quiere comer quinua de distintas maneras; además el consumidor ya no tiene tiempo para preparar sus alimentos en su casa”, explicó el Gerente.
Bajo ese concepto transformaron la quinua en hojuelas de quinua, harina, hamburguesas, pizza, flan, brownies, panqueques, comida de bebé (con zanahoria, camote, mango y manzana), postres y dulces.
Linett Salinas, Gerente Corporativo, explicó que resultó una grata sorpresa que mercados de los países de Israel, Canadá, Rusia, Malasia, Taiwán, Costa Rica, sean los principales consumidores de los productos transformados en la ciudad de El Alto porque no saben cómo prepararlos. La oferta de la empresa boliviana les facilita a esas miles de familias.
El producto estrella es la hamburguesa. Andean Valley se convirtió en la primera empresa en desarrollar este tipo de comida rápida de manera nutritiva, orgánica y sin conservantes.
Los responsables de la empresa apuestan por líneas de comidas convenientes y listas para el consumo, sin usar ingredientes adicionales ni agua hervida: “Es lo que estamos desarrollando, se puede comer quinua con pesto, con frutas con verduras
Son productos cocidos y para todo tipo de consumidores, en especial para personas que hace deporte o trabaja en la oficina.
Abrir el mercado para los productos con valor agregado no es fácil. “Generar un contrato cuesta, desde despertar un interés hasta cerrar un contrato se demora por lo menos un año: registros, documentos es todo un proceso”, dijo Fernández.
Salinas destacó que Andean Valley pretende generar nuevas tendencias y ofertas. “Ahora nos estamos moviendo hacia el deporte y la vida sana, queremos hacer productos para deportistas de alta competición. La línea está enfocada a producir batidos proteicos y desintoxicantes.
Para garantizar la calidad de los productos, certificaron seis mil hectáreas de quinua en 18 comunidades que están en orillas del salar de Uyuni. Las familias entregan un total de 100 toneladas cada mes.
Hojuelas para el subsidio
Carmen Rosa Chambi, supervisora de Producción de Andean Valley, manifestó que la demanda del mercado interno también es importante. A la fecha el producto más requerido es la hojuela de quinua para el subsidio.
“En producción nacional estamos vendiendo a subsidio las hojuelas, mensualmente estamos proveyendo 34 toneladas, solo hojuela”, dijo Chambi.
Además destinan al mercado interno granos, harinas, los productos nuevos transformados, hamburguesas, pastas, potes de comida lista para el consumo para niños y mayores.
La empresa invirtió $US 2.5 millones para la renovación de la maquinaria de última generación tecnológica, lo que la distingue en El Alto.