La Paz, 14 de junio (César Sánchez, Urgentebo).- Hace un mes exactamente la Universidad Católica Boliviana cumplió un hito que enorgullece a cualquier institución, más aun si ésta es educativa. Un 14 de mayo de 1966, gracias al trabajo realizado por el “Comité Pro Universidad Católica” presidido por el Dr. Luis Adolfo Siles Salinas y auspiciado por el Nuncio Apostólico Monseñor Carmine Rocco, oficialmente iniciaba sus actividades académicas la Universidad Católica Boliviana. La “Cato”, como se llama entre los jóvenes, ha cumplido 50 años y hoy va por nuevos retos.
Sin duda un gran y difícil desafío para la época, pues la idea de fundar una universidad católica se enfrentaba al principio prevalente, en ese momento, de que la Educación Superior debía permanecer como una función del Estado boliviano.
Bolivia era el único país latinoamericano que aún no tenía una universidad católica y ni siquiera una universidad privada. Empero, finalmente, el 1 de agosto de 1966 el gobierno boliviano emitía el Decreto Supremo 07745, que autorizaba el funcionamiento de la Universidad Católica bajo la dependencia y control de la Conferencia Episcopal Boliviana.
La “Cato” nació con las facultades de Administración de Empresas y Economía. Hoy, 50 años después de su creación, la Universidad Católica Boliviana (UCB) cuenta con más de 30 carreras distribuidas en sus cuatro unidades regionales de La Paz, Cochabamba, Santa Cruz y Tarija.
Además, cuenta con 13 institutos de investigación y brinda apoyo académico a instituciones de educación superior. Cuenta con 193 convenios interinstitucionales, más de 100 tipos de publicaciones y 113 proyectos de investigación con impacto social.
Según sus propios registros la UCB ha titulado a más de 28 mil profesionales en sus 50 años de historia. En la actualidad cuenta con, aproximadamente, 14 mil estudiantes inscritos. Sin duda una muestra de la importancia y relevancia nacional que tiene esta casa de estudios que inició sus actividades, en 1966, con un primer grupo de 35 estudiantes.
“Lo que nos distingue es el hecho de poder otorgar a los estudiantes no solamente una formación académica sino también humana, queremos formar mentes y corazones con excelencia. Buscamos que nuestros estudiantes puedan aplicar los valores de nuestra identidad católica, para tener una sociedad más próspera, más justa y que se comprometan en ese desafío”, asegura el rector nacional de la UCB, Mgr. Marco Antonio Fernández Calderón en entrevista con la Revista Oxígeno.
La siembra, la cosecha
Fernández resalta que la UCB también es una de las mejores del país por su historia, infraestructura, el nivel académico de sus docentes y, claro, el compromiso de sus autoridades.
El Rector Nacional de la Universidad Católica Boliviana recordó que su casa de estudios fue pionera de muchas de las carreras que actualmente existen en el país, como, por ejemplo, la de Ciencias de la Comunicación Social.
“También es muy importante que muchas de nuestras carreras se distinguen y son ejemplo para otras universidades como, por ejemplo, la carrera de economía”, aseguró.
Por eso, uno de sus siguientes objetivos es el de “alcanzar ese grado de distinción y prestigio en todo lo que son las carreras de ingeniería”.
Conectada con el mundo
Asimismo, resaltó, entre otras cosas, que la “Cato” tiene la mejor biblioteca académica del país y “una infraestructura muy adecuada para la formación académica”.
Sin embargo, un aspecto que hace que la UCB sea una de las mejores universidades del país a nivel académico son los convenios internacionales que ha logrado completar y desarrollar a lo largo de su historia.
Una de las más importantes, sin duda, es la que tiene con la Universidad de Harvard, considerada la mejor casa de estudios del Mundo, para fortalecer el programa denominado “Maestrías para el Desarrollo”. Por eso y mucho más la UCB tiene motivos suficientes para festejar sus 50 años de vida institucional.
Los sueños académicos de la UCB
“Hemos dividido nuestros sueños en cinco ámbitos de trabajo: de la formación, de la investigación, de la interacción social, de la pastoral y el de la gestión institucional”, con esas palabras explica los objetivos que se trazó la UCB para el futuro el rector nacional de la UCB.
Fernández aseguró que todas las metas de la UCB están marcadas en lo que han denominado su “Plan estratégico 2014- 2025”, el cual busca que la “Cato” sea una institución que pueda vivir el valor católico en su ser y actuar.
“Esa formación doctoral no lo queremos hacer solos, lo queremos hacer mediante convenios con universidades prestigiosas del mundo, porque eso nos permite insertarnos a las comunidades científicas internacionales”, aseguró.
Asimismo, la UCB se plantea el reto de acreditar a la mayor cantidad de carreras posibles como ya lo hizo, por ejemplo, su carrera de Comunicación Social meses atrás.
“El otro gran reto es la interacción social, que va de la mano con el mandato de nuestros Obispos, que de acuerdo al mandato de nuestro papa Francisco nos han pedido una universidad que sea capaz de ir a las periferias”, aseveró Fernández.
La presencia nacional
Por eso, uno de los retos más ambiciosos de la Universidad Católica Boliviana es el de ser una universidad “única y nacional”. Es decir, llegar a estar presente en los nueve departamentos de Bolivia.
Hasta el día de hoy, la UCB tiene unidades regionales en La Paz, Santa Cruz, Cochabamba y Tarija.
“Hay varias maneras de ir a las periferias, pero uno de los objetivos que tenemos es encontrarnos con instituciones que coincidan en esto de que la universidad debe ser capaz de dar soluciones, de investigar, de comprometerse con realidades que necesitan soluciones”, dice el Rector.
“Que salgamos al encuentro de esas comunidades es importante porque permite valorar el conocimiento que te da la universidad pero también conocer la realidad y creemos que ahí hay una situación ganadora para el país”, finalizó Fernández Calderón.