Diciembre 17, 2024 -H-

Las condiciones de seguridad de Huanuni facilitan los robos cometidos por los Jukus


Lunes 11 de Julio de 2022, 10:45am






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11 de julio, Huanuni (Urgente.bo).- Sí, el perímetro de la Empresa Minera Huanuni y la mina está cercado solo por vallas metálicas y calaminas. Y hay al menos ocho cámaras de seguridad instaladas en el sector, las personas consultadas por este medio coinciden en que la mina es vulnerable a la acción de los Jukus, quienes cada día la desangran robando el mineral que lo comercializan con los rescatistas.

Y, como se aprecia en la fotografía, hay sectores de la mina que están deteriorados o destrozados, los que hacen que Huanuni sea mucho más vulnerable a la acción de los Jukus que no solo dan golpes organizados en interior de los socavones, sino en otros puntos cerca de los ingenios.

A los periodistas que fueron hasta Huanuni informaron que en el área de sulfuro de la mina hay unos cuatro lugares por donde los ladrones pueden sustraer el mineral. Sin hacer mucho ruido, abren huecos y sacan el botín.  Los trabajadores sospechan de la complicidad de obreros que trabajan en interior mina, de militares y los mismos funcionarios de la empresa de seguridad porque el robo es frecuente y los detenidos son pocos. A esa acción la llaman “el charle”.

Huanuni es un centro minero del estado boliviano que tiene preseencia militar para el control y paga los servicios de la empresa de seguridad Khana Marka, pero cada mes pierde al menos dos millones de dólares por acción de los Jukus. Las pérdidas son cuantiosas y permanentes, pero como los controles no son precisos, no hay una suma precisa sobre los hurtos.  Wilmer Mamani, dirigente del sindicato Mixto de Trabajadores Mineros de Huanuni, explicó que la Empresa Minera Huanuni (EMH), pierde dos millones de dólares mensuales por el robo del estaño, es decir que las pérdidas por año llegan a los 24 millones de dólares.

“Hay robos que se registran en el cambio de turnos, eso es entre las 21:00 y 22:00, entre 05:00 y 06:00 y 14:00 a 15:00, no hay nadie y está vacío”, nos cuenta una ingeniera que lleva más de 10 años trabajando en la empresa estatal Huanuni.

El inicio de la cadena del robo

“Cuándo hay charle, todo está libre. Esto es la expresión de la corrupción en el pueblo de Huanuni”, se lamenta Iván Siles, presidente del Comité Cívico de Huanuni, que afirma que este robo es un secreto a voces.

Los ‘chalequeros’ son otros que roban el mineral, se colocan casco y botas y se hacen pasar como mineros. Sacan la producción en sus chalecos, aunque en menores cantidades.

El concejal David Sánchez asegura que los mismos trabajadores de la empresa minera venden el mineral “a estos ladrones camuflados en trajes de mineros”.

Felipe Canaviri tiene 60 años y es trabajador de la  EMH por más de 25 años. El asegura que los ladrones son gente foránea y no de Huanuni, que llegan a esa población principalmente del Norte de Potosí y se instalan en el barrio de Cataricagua para planificar el robo.

“Nos joden, nos agreden, son abusivos. Son gente maleada que nos hacen daño a nosotros, que nos ganamos el pan trabajando”, remarcó el trabajador minero.

A diferencia del fiscal Vargas, Canaviri aseguró que los jukus ingresan en grupos de 200 a 300 personas y con armas de fuego. El minero confirma que hay complicidad de los obreros para el hurto.

Por otro lado, la sustracción del mineral no solo se realiza en interior mina. A dos kilómetros de la empresa, sobre en el río Huanuni,  está el sector denominado ‘relave’, donde hay 190  trabajadores que rescatan el estaño de las aguas.

Guido M. señaló que los ‘lobos’ operan también armados por ese sector. “Si te duermes, vas a amanecer con pistola en tu boca”, indica. Si bien los “hombres de negro”, como les llaman a los de la empresa de seguridad hacen vigilia, no están armados, solo usan gases y toletes (palos) para disuadir a los ladrones.

“Por ejemplo, la anterior vez vinieron 15 jukus y no pudimos defendernos, se robaron los sacos, no pudimos hacer nada”, lamentó.

“Es sacrificado el trabajo y nosotros arriesgamos también nuestras vidas”, añade Nora H., otra de las trabajadoras, que dice que si no muere en manos de los jukus, morirá por el mal de mina (cáncer en los pulmones).

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