Artículo de opinión de Ricardo Zelaya
LO BUENO
1. Está probado que, en dosis correctas y diluido en agua, el dióxido de cloro no es tóxico.
2. Su efecto de oxigenación puede ser testeado y comprobado fácilmente con un oxímetro.
3. Su efecto antiviral se refleja en el testimonio de miles de enfermos recuperados de Covid19 y en el hecho de que los médicos que trabajan con esta sustancia no se contagian.
4. Puede ser fabricado en grandes cantidades y a bajo costo en laboratorios privados o universitarios, incluso en países tan pobres como Bolivia.
5. Es la única sustancia que ha demostrado efectividad plena frente al corona virus.
LO MALO
1. Nuestro gobierno y otros gobiernos en otras partes lo han prohibido, aduciendo que es tóxico, sin presentar pruebas de su supuesta toxicidad.
2. La prohibición del dióxido de cloro alienta el mercado negro: comerciantes y personas inescrupulosas han empezado a fabricarlo y/o venderlo sin ningún tipo de control sanitario o de calidad.
3. El gobierno se niega a auspiciar o realizar un estudio científico serio sobre el dióxido de cloro y sus efectos sobre el Covid19, a pesar de la abrumadora evidencia clínica y testimonial de su efectividad.
4. Los 450 médicos que apoyan y llevan adelante el uso del dióxido de cloro contra el corona virus, en Bolivia, lo hacen en condiciones adversas, muchas veces semi clandestinas, y no pueden suplir la necesidad de una política pública.
5. Cientos de bolivianos han perdido la vida sin tener la oportunidad de conocer la que podría ser la única cura efectiva del Covid 19, y miles más morirán en las siguientes semanas y meses en la misma situación.
LO FEO
1. Los ataques al uso del dióxido de cloro nacen, principalmente, de organismos internacionales como la OMS o la FDA estadounidense, que también se niegan a estudiar la sustancia y están fuertemente ligadas a la industria farmacéutica.
2. Las millonarias empresas de medicamentos están empeñadas en ganar la competencia de quién saca la primera vacuna contra el Covid19, lo cual supondrá jugosas ganancias para las ganadoras. Poco les interesa la salud de la población o los efectos del dióxido de cloro.
3. A pesar de la prohibición oficial del gobierno boliviano, ciertas autoridades e instituciones como la policía están usando dióxido de cloro contra el virus, a espaldas de la opinión pública.
4. Médicos, periodistas e intelectuales engreídos que echan el grito al cielo contra esta sustancia exigen que les muestren estudios sobre su efectividad, pero no muestran ninguna investigación seria que demuestre lo contrario.
5. Ante la política del avestruz del gobierno, algunos dirigentes del MAS intentan aprovecharse de la lucha de los defensores del dióxido de cloro, dándole un innecesario y contraproducente tinte político.
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