23 de noviembre (Buen Vivir Digital).- A medida que pasan los años y el organismo envejece es normal sufrir diferentes cambios en el cuerpo: las canas, las primeras arrugas, caída del cabello, presbicia o dificultad para ver de cerca y algunas manchas en la piel son habituales. Pero existen otras manifestaciones que se catalogan como enfermedades que pueden ser consecuencia de un estilo de vida poco saludable.
A partir de los 40 años, el primer síntoma de envejecimiento es la falta de visión, algo que es progresivo hasta la vejez, y las canas; luego aparecen las primeras líneas y manchas en la piel, señala la médico familiar Elda Ferrufino.
“La presbicia, o vista cansada, es un proceso fisiológico natural asociado al paso del tiempo que consiste en la imposibilidad de enfocar objetos cercanos”. La mala noticia es que no se puede evitar o ralentizar su aparición, ya que se produce por la pérdida de elasticidad del cristalino a medida que aumenta la edad”, aclaró Ferrufino.
La hipertensión, el colesterol alto y la obesidad son patologías que pueden desarrollarse a lo largo de los años. Estas enfermedades, en su mayoría, se desarrollan por la acumulación de malos hábitos de alimentación, sedentarismo, comida rápida, alcohol, aseguró Ferrufino, razón por la cual sugiere adoptar una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, junto con la práctica regular de ejercicio, puede reducir significativamente estos riesgos desde la infancia, y evitar el tabaco y moderar el consumo de alcohol también en la juventud son medidas cruciales.
La diabetes tipo 2 es otra enfermedad que puede prevenirse con un estilo de vida saludable, agregó Ferrufino. Mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente y seguir una dieta baja en azúcares y carbohidratos refinados son estrategias efectivas para prevenir esta condición. Además, controlar el estrés y dormir lo suficiente también juegan un papel importante en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre.
En los últimos años, Ferrufino ha percibido un incremento sustancial de problemas de salud mental, no menos importante que las anteriores, que pueden llegar a somatizar algunos síntomas. Esto debido al estrés crónico, la ansiedad, depresión, exceso de trabajo, falta de sueño y descanso.
Por esta razón, al hacer actividad física, la médico familiar también recomienda otras técnicas de relajación como yoga, pilates, respiración consciente y meditación que pueden ser muy beneficios para la salud mental. Y, principalmente, buscar ayuda cuando la persona sienta que no puede controlar o le agobia la vida que tiene.
Dentro de los problemas más frecuentes a partir de los 40 años está la gastritis y otros problemas digestivos, como el síndrome del intestino irritable y la enfermedad inflamatoria intestinal que pueden prevenirse con una dieta rica en fibra, probióticos y una adecuada hidratación, además de evitar el consumo excesivo de alimentos procesados y azúcares.
Aunque con menos incidencia, pero de mayor preocupación también se presentan casos de deterioro cognitivo.
“Pasamos más tiempo en la computadora, los jóvenes en el celular, televisión y redes sociales; ya no escribimos a mano, no hacemos cálculos mentales, no conversamos, no hacemos juegos de mesa en familia. Todo esto nos está llevando al deterioro cognitivo”, advirtió Ferrufino.
Mantenerse mentalmente activo, aprender cosas nuevas y participar en actividades que desafíen el cerebro pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo. Además, una dieta rica en ácidos grasos omega 3, antioxidantes y nutrientes esenciales es beneficiosa para la salud cerebral.
Para mantenerse saludable después de los 40 años, gozar de una adultez y vejez tranquila, es la sumatoria de todo lo mencionado y el cuidar los factores de riesgo, concluyó la médico familiar.
///