11 de junio (Urgentebo).- Para que el feminicidio se concrete, es decir, para que un hombre quite la vida a la víctima por su condición de mujer, tuvieron que existir antecedentes vinculados a varios tipos de violencia antes del hecho, la simbólica, la mediática, la psicológica (dentro de la familia), la sexual y la física. Así lo explica la doctora en educación y master en filosofía Marynés Salazar.
En la pasada jornada, la regional de la zona Sur de la Fuerza Especial de Lucha Contra La Violencia (FELCV) informó del caso en el que un adolescente de 16 años mató brutalmente a su enamorada de 18. La autopsia dio a conocer que la joven fue apuñalada más de 20 veces; por los golpes que recibió con piedra y martillo, el rostro le quedó prácticamente irreconocible.
Entre tanto, la Fiscalía General del Estado dio a conocer que en el primer trimestre del 2019 se registraron 36 casos de feminicidios y 12 de infanticidios. De estas cifras, 13 hechos acontecieron en el departamento de La Paz; 8, en Cochabamba; 5, en Santa Cruz; 3, en Beni; 2, en Tarija; 2, en Pando; 1, en Oruro; 1, en Potosí y 1, en Chuquisaca.
Marynés Salazar detalló que la violencia simbólica está vinculada más a nivel social y cultural que hace que se entienda a la mujer como un objeto, ya sea de reproducción, de imagen y de intercambio. La violencia mediática implica la estereotipado del cuerpo, de la vida y del hecho de ser mujer.
Luego de vivir todo ello, la víctima se vuelve vulnerable para pasar a la violencia psicológica en el entorno familiar, en el cual sus allegados la tratan hasta hacerle perder su autoestima. “Se dan frases como ‘eres una fea’, ‘no sirves para nada’, ‘por qué eres tonta’, ‘ojalá algún día te cases’”, indicó Salazar.
Enfatizó que al vivir este tipo de violencia social y dentro del entorno de la familia, la mujer, cuando llega a una relación de pareja, llega a asumir como natural que su novio en un determinado momento sea cariñoso con ella y en otro instante violento.
De este tipo de trato que recibe la víctima, pasa a la violencia sexual, donde el varón se considera dueño del cuerpo de una mujer y la empieza chantajear con una serie de argucias, para que tenga relaciones íntimas con él.
Después de esto, se pasa a la violencia física, donde la pareja la empuja, la jalonea, hasta agresiones crueles que terminan con la ruptura de huesos y moretones. “Generalmente, antes de terminar muertas, las mujeres han pasado por todas esas violencias: simbólica, mediática, psicológica, sexual y física”, agregó la especialista.
Por lo que la última violencia es la feminicida, la cual se traduce en la eliminación del cuerpo de esta mujer que ha sido sometida social, familiarmente y hasta en pareja. “Esta es la cadena de feminicidio en nuestro país y en otros países del mundo”, puntualizó Marynés.
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