La Paz, 02 de noviembre (Urgentebo.com, Rosio Flores).- En la concurrida avenida Saavedra del barrio paceño de Miraflores, hay una casa poseída por espíritus que la deambulan, secuela de una tragedia de hace décadas. Allí vivía una familia conformada por una pareja y su pequeña hija de apenas un año, además de una mujer que la cuidaba mientras sus padres trabajaban.
“Te quiero mucho, te quiero comer”, eran las palabras de afecto que la madre decía a su pequeña hija. Esas palabras habrían sido tomadas en cuenta por la empleada que, al parecer, tenía problemas mentales. “Un día la pareja se fue de fiesta, regresaron muy tarde y quizá con copas demás, la empleada les dio de cenar. Al día siguiente doña Norah pidió a la mujer que le lleve a su hija y fue entonces que ella le dijo que se la había comido. Ella pensaba que era un juego, pero cuando fue a la cocina estaba la cabeza de su pequeña hija”, relata Jorge Collao, investigador de actividades paranormales.
El padre era militar y al ver el hecho dio un disparo a la niñera y luego él se suicidó. El trauma hizo que la madre se vuelva loca.
Desde ese entonces la casa quedó deshabitada hasta hace cuatro años, cuando se instaló una tienda de reparación de refrigeradores.
Los dueños de la tienda aseguraban que solían oír voces de lamento, que las luces se prendían sin que nadie las encienda. Y hasta los refrigeradores aparecían en lugares donde no se los dejaba.
Así como esa son al menos una treintena de casas e instituciones públicas, situadas en la ciudad de La Paz, que presentan algún tipo de actividad paranormal. Cada una de ellas tiene una historia que comenzó en muertes trágicas.
La mayoría de las casas está deshabitada y descuidada, pues quienes intentaron vivir en ellas o construir fueron víctimas de accidentes y perdieron la vida.
Otro ejemplo es la casa que se encuentra en la avenida Arce y Montevideo, cuentan que pertenecía a la familia K.M. Ellos tenían un mayordomo quien había abusado sexualmente de la hija de los patrones. Al ser descubierto, el hombre decidió suicidarse, quedando en ella energías negativas. Ahora no puede ser habitada porque estaría tomada por el espíritu del hombre muerto.
Otra historia es la del inmueble ubicado en la Av. 20 de Octubre y Aspiazu, que posee el espíritu de una señora que se negó a abandonar el lugar hasta el fin de sus días.
“Cuando la señora se enteró que sus hijos querían sacarla de la casa se opuso, agarró cadenas y se encerró en una parte de la casa y así acabó sus días”, cuenta Collao.
Hace 15 años intentaron derribar el cuarto que aún queda, con una retroexcavadora, pero se rompió la pala y cuando quisieron hacerlo a mano, los obreros aparecieron con los brazos fracturados.
Hoy en día el terreno funciona como parqueo de vehículos y los cuidadores del mismo, además de los vecinos, aseguran que en las noches se oyen voces de lamento.
En Sopocachi, cerca del Montículo, se encuentra una antigua casa de piedra. Encima de ella se pretendía construir un edificio; pero tres de los constructores murieron al caer de la obra. El dueño se suicidó al no poder resarcir los daños ocasionados a las familias.
“Hoy queda una energía negativa en el lugar. La casa está abandonada pero alguien impide que la vendan”, relata Callao.
El exhotel Plaza, ubicado El Prado paceño, también es pesado. Varias personas murieron allí. En 1986 un garzón murió por un desperfecto del ascensor. Años después, una niña falleció en habitación por bronco aspiración.
“El hotel ahora está abandonado, pero tenemos testigos que hay ruidos y gemidos que provienen del lugar donde estaba la piscina”, explica el investigador.
En el Hospital Obrero también hay actividad paranormal. Aseguran que una enfermera, entre las 02:00 y 03:00, sale a caminar para sanar a algunos enfermos.
Cuentan que la enfermera cura con aspirinas y hasta ayuda en el nacimiento de niños. Se la ha llamado Mercedes, pues ayudó a una señora que tenía ese nombre a dar a luz. Cuando la enfermera de turno preguntó cómo la señora estaba con el bebé en brazos, le respondió que una enfermera la atendió.
En el Materno Infantil hay un hombre vestido de negro y zapatos dorados que visita a los pacientes.
