Un grupo de 12 niños y su entrenador de fútbol están atrapados desde hace 10 días en unas cuevas de Tailandia que sufrieron inundaciones. Fueron reportados como desaparecidos y el lunes tras una ardua búsqueda por parte de buceadores, fueron encontrados pero no han sido rescatados aún, porque dicha tarea es compleja y no se sabe aun cuándo dejarán dicho sitio.
La pesadilla empezó el 23 de junio cuando un funcionario del parque alertó de la desaparición después de ver las bicicletas de los niños cerca de la entrada al complejo de cuevas fuera de los límites.
El laberinto de cuevas es popular entre los turistas y, durante el primer kilómetro más o menos dentro de la entrada cavernosa, las formaciones rocosas de piedra caliza se abrazan a los techos altos, creando un ambiente casi de anfiteatro.
Tras nueve días desaparecidos, los trece fueron hallados con vida el lunes. Pero no podrán salir de la cueva en varios meses porque las lluvias torrenciales del monzón la han inundado. Para su desgracia, la otra opción que les queda es mucho más terrorífica: bucear a través de oscuras y sinuosas grutas enfangadas por donde ya les cuesta orientarse a los equipos de rescate que los han encontrado.
Cuatro buzos, que llevaban kits de supervivencia, lograron entrar a la cueva donde se encuentran atrapados los niños, según indicó el capitán Akanand Surawan, de la Real Armada Tailandesa. Y añadió que estas personas permanecerán con el equipo y su entrenador para ofrecer ayuda.
Las autoridades planean suplir a los niños y su entrenador con provisiones de comida para cuatro meses, informó el capitán. Además, se preparan para enseñarles a los menores cómo bucear y que así puedan salir de la cueva.
“Como la predicción meteorológica es que llueva, la evacuación debe acelerarse. Se usarán equipos de buceo. Si el nivel del agua sube, la tarea será más difícil todavía. Debemos sacar a los chicos antes”, ha explicado el ministro del Interior, Anupong Paojinda, según informa el periódico “Bangkok Post”.
Sin eludir el riesgo que correrán los niños, que apenas saben nadar, advirtió de que “bucear no es fácil. Aquellos que nunca lo han hecho lo encontrarán difícil, ya que hay pasajes estrechos en la cueva. Deben ser capaces de usar un equipo de buceo. Si lo pierden, puede ser mortalmente peligroso”.
Sin embargo, expertos como Anmar Mirza, coordinador de la Comisión de Rescates en Cuevas de EE.UU., alertan del grave riesgo que corren no solo los menores, sino también los rescatadores que los guíen bajo el agua a través de unas claustrofóbicas grutas con visibilidad prácticamente nula. “Bucear en una cueva requiere habilidades muy técnicas y es extremadamente peligroso, especialmente para quien no está entrenado. Lo mejor es que se queden en la caverna con suministros hasta que se les pueda sacar de otra forma”, ha aconsejado, según informa la agencia France Presse.
Surawan señaló que se enviarán buzos y médicos adicionales al lugar con el fin de proporcionar asistencia médica, además de que se bombeará aire dentro de la cueva para mejorar las condiciones de respiración de los niños.
Una fuerza conjunta de alrededor de 1.000 militares, la marina, los trabajadores administrativos locales y los voluntarios colaboraron en la búsqueda. El gobierno de Estados Unidos envió expertos para ayudar en el esfuerzo de rescate.