Este mes, agosto, es reputado por los olvidos y descuidos. Los matrimonios son suspendidos para septiembre y si el año es impar, con mayor razón, consiguientemente, hay que estar atentos para evitar contratiempos. Una manera de evitar eso es honrar a la Pachamama por los alimentos y la vida que nos da. Agosto es el momento en que ella se abre, tiene hambre y del mundo de abajo, de la Manka Pacha, surge el Chacha Supay y la Warmi Supay; divinidad andrógina que regula las semillas, las riquezas minerales y a los animales que viven en las oquedades y desata las energías no usadas.
Aunque la honramos con una generosa mesa en la casa de un amigo, nos olvidamos de apagar la cocina y quemamos la comida, alguien dejó en mi morral el alcohol antivirus mal tapado y estropeo los exámenes de dos estudiantes.
En el área rural de las sierras andinas, debemos honrar los productos agrícolas y recordar que debemos vivir con la Pachamama y no de ella. Esta sabiduría milenaria, ahora ha vuelto a recorrer el mundo por las catástrofes climáticas que ocasiona la desaforada explotación de los recursos naturales finitos. Por ahora es un paradigma marginal y la consideran pre moderna.
Las luchas de las grandes corporaciones capitalistas por acaparar territorios donde existen hidrocarburos, minerales o son aptas para el cultivo, áreas boscosas que todavía generan maderas preciosas, son el pasto de la codicia y no hay poder capaz de frenarlo. La asimetría de las sociedades es cada vez más acentuada y los problemas sociales seguirán bullendo al interior, invisibles para los gobiernos que siempre reaccionan tarde y mal cuando se rompe el orden habitual al que estaban acostumbrados.
La industria de la alimentación basura se está globalizando a tal nivel, que la generación de obesos será parte identitaria de la nueva sociedad, a pesar de los intentos de varias organizaciones internacionales de salud que intentan frenar el consumo de grasa y azúcares refinados que ofrecen de manera tentadora en la televisión, en redes y en vitrinas. La técnica para atraer aguerridos consumidores, ahora se estudia en las principales universidades del mundo, desde tácticas sicológicas con el color, generar ilusiones de que estas in y no out, o hacerte creer que eres influencer porque lo haces. Un sinfín de triquiñuelas en forma de mensajes que van horadando la capacidad crítica y estimulan la voracidad.
Así, existe el proyecto Food Trend Troters que pretende informar al consumidor a través de las redes sociales sobre hábitos de consumo, nuevos productos partiendo de la observación directa de especialistas. Este proyecto (La vuelta al mundo de los alimentos) es un proyecto global promovido por el centro tecnológico Azti- Tecnalia y el de investigación Mondragón Innovation & Knowledge(MIK), ha obtenido apoyos de varias instituciones y promoverá que viajeros/observadores visiten diversos países con el propósito de examinar en cada localidad las tendencias en el consumo de alimentos, las nuevas tecnologías en las cocinas, sobre todo, los nuevos productos y sus sistemas de conservación. Según el proyecto, esta información que vayan recopilando las divulgarán en tiempo real a través de algunas de las redes sociales, ahora tan populares en todo el mundo. La primera experiencia del proyecto comenzó el año 2010, es decir hace once años y los destinos elegidos fueron el Japón y Estados Unidos.
El gran negocio que se avecina en el mundo, es la alimentación y el agua. Una no puede ser sin la otra, ambas dependientes de la Madre Tierra cuyo destino poco parece importarles a las corporaciones trasnacionales, cuyo afán de coaptar territorios para el lucro sin límites está generando tendencias ideológicas impensables; como la vuelta a las tendencias conservadoras, desde el fascismo al fundamentalismo islámico de los talibanes que volvieron al poder en Afganistán; sumados estos y otros factores político- culturales, el pánico mundial por la pandemia que tuvo respuestas contradictorias de la Organización Mundial de la Salud(OMS).
¿Cuál es el plato de fondo que las élites económicas del mundo están preparando para los países en vías de desarrollo? Estados como el nuestro, con una extensión importante y con una población pequeña, es un factor de codicia por los recursos naturales que cobija.
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