Cuando escribía mis primeras líneas en una revista de La Paz, mi editora de turno siempre hacía mucho énfasis en ponerle más pluma a mis reportajes y/o crónicas. Claramente eso es algo que se adquiere con el tiempo, pero justamente era el toque necesario para embellecer cada párrafo.
Con esa exigencia entendí la importancia de escribir cada párrafo con la idea de que el lector pueda disfrutar cada segundo del tiempo que dedica a leer. Lograr eso no es nada fácil, pero es un reto permanente.
Sin embargo, con el pasar del tiempo me di cuenta que hay escritores/periodistas que tienen la pluma innata, lo cual a priori podría ser algo fantástico, pero, así como se pueden utilizar recursos para hacer el bien, también se los puede utilizar para alinearse o justificar el mal.
Confirmé esto hace pocos días cuando leí un titular de un diario cruceño que decía: “Material militar llegado de Argentina no alcanza para un regimiento y el Gobierno está ‘incurriendo en un papelón‘, dicen los peritos”.
Este tema copó varios titulares en los últimos días por la gravedad del tema y al menos en mi caso, es el que más me llamó la atención, porque deja de lado el “hecho noticioso”, que es el envío al menos “irregular” de ese armamento, para tratar de volcar la atención hacia la cantidad.
A esto se suma una valoración muy poco objetiva de un perito (luego citado como experto en armas) que claramente dice lo que el medio cruceño quiere plasmar en sus páginas, haciendo de esa “noticia” un documento totalmente subjetivo, lo cual sí es un “papelón”.
En síntesis, el ingreso irregular de armas de guerra que se dio el 13 de noviembre de 2019 debería ser una alerta para todos y todas, pero si periodistas “reconocidos” empiezan a analizar la cantidad en lugar del hecho, sería como afirmar que un muerto no es importante, pero varios muertos sí.
Y todos quienes vemos con preocupación que este tipo de noticias se expandan, realmente esperamos que las plumas que tienen algunos periodistas para plasmar de gran manera sus escritos, no se terminen convirtiendo en balas.
*Enrique Pomar Meneses es comunicador y docente.
