La realidad económica del departamento de Potosí es diferente de la que se vive en otras regiones del país. Allí el movimiento económico es intenso, se percibe en sus calles, comercios e instituciones. Como en el resto del país, hay problemas como la escasez de combustible, pero autoridades como pobladores opinan que la minería permite una época de vacas gordas, debido a que los ingresos por regalías aumentan cada año, como efecto del aporte principalmente de las empresas medianas.
“En estos últimos años, Bolivia se vio afectada por la crisis económica. Hubo recorte presupuestario para los municipios, también gobernaciones, pero como departamento de Potosí, no hemos sentido ese cambio gracias a la minería. Podemos decir que tenemos el techo presupuestario superior, inclusive mayor al de La Paz y Santa Cruz, porque somos bendecidos, porque las regalías mineras han ido en incremento”, señaló el asambleísta de Potosí, Grover Yelma, que es Presidente de la Comisión de Minería en el departamento.
El censo de 2024 mostró que Potosí es el cuarto departamento en población con más 856.419 habitantes. Y las calles de la villa imperial evidencian una actividad económica fuerte. Los taxistas cuentan que los potosinos pasan este buen momento por las regalías mineras, que principalmente son pagadas por las empresas medianas., y por el involucramiento de sectores de la población en las cooperativas.
La regalía minera es una compensación por la explotación de los recursos minerales y metales no renovables y están regulados por la Ley 535 de Minería. La norma establece una distribución del 85% para las gobernaciones y el 15% para los municipios productores. Y esos ingresos fueron incrementándose año tras año.
Por ejemplo, en enero de 2023, Potosí recibió 55,3 millones de bolivianos; un año después, en enero de 2024, la cifra subió a 58,1 millones; mientras que en 2025, en el mismo periodo, el total trepó a 83,1 millones de bolivianos.
El año 2022, Potosí tenía presupuestado alcanzar un total de 567.5 millones de bolivianos por regalías, pero superó los 843.7 millones de Bs. El 2023, el presupuesto fue de 570.2 millones y llegó a los 739.7 millones. Sin embargo, la cifra del 2024 por regalías aplastó a las de dos gestiones mencionadas. Potosí tenía presupuestado alcanzar los Bs 710.186.544,00, pero llegó a los 904.360.963,75.
Ahora bien, ¿quiénes aportan más en estas recaudaciones por regalías mineras? Son las empresas medianas que tienen concesiones legales para explotación del subsuelo. La minera San Cristóbal es la principal aportante. Ubicada en la provincia Nor Lípez, esta compañía es una de las más grandes del mundo en la explotación de plata, plomo y zinc.
Después se encuentra la Pan American Silver Bolivia S.A. y, en tercer puesto, la empresa minera Manquiri. A estas se suman las cooperativas mineras del departamento.
“De acuerdo al registro que llevamos, tenemos 75 cooperativas mineras legalmente constituidas. Tenemos 101 empresas mineras comercializadoras de exportación. Ingenios y plantas de tratamiento tenemos 9 y son 123 empresas mineras privadas o unipersonales”, añade el asambleísta.
Los precios altos aumentan las regalías
Según el analista en minería de Fundación Jubileo, Héctor Córdova, al menos el 50% de la economía de la ciudad de Potosí depende de la explotación del Cerro Rico y las regalías departamentales rondan los $us 100 millones dólares por año, es decir, “más de $us 1.500 millones desde el 2006 hasta la actualidad”.
El crecimiento de las regalías se debe a los precios altos internacionales que sobrepasan los $us 3.000 dólares para la onza troy de oro, alrededor $us 34 para la onza troy de plata, el estaño gira entre los $us 15 y 18; y el zinc se acerca a los $us 3.000 por tonelada. “Así todos estos metales importantes que exporta Bolivia tienen cotizaciones elevadas y por eso la regalía es alta, pero también es muy importante la producción”, apunta Córdova.
Desde el ingreso de la Minera San Cristóbal el 2006, las regalías e impuestos fueron aumentando de manera impresionante, porque su capacidad es de talla mundial, muy por encima de las empresas medianas y pequeñas y más que las cooperativas.
Del 100% de las regalías, el 85% va a la Gobernación de Potosí, y el 15% al municipio productor, pero la norma no explica en qué se deben emplear los recursos asignados, “si esta debería ir para educación, salud o para cualquier fin que permita mejorar las condiciones de vida de los pobladores”, añade Córdova.
Asimismo, el asambleísta Yelma informa que los ingresos por regalías en el departamento son devueltos a la población a través de proyectos en temas de educación, la construcción de caminos, infraestructuras deportivas, sociales y en atender eventos de riesgo y climatológicos.
“Estamos haciendo proyectos para los 42 municipios, equitativamente vamos distribuyendo los recursos que ellos solicitan y demandan en diferentes sectores. Obviamente falta mucho por hacer en Potosí, pero también esta ha sido abandonada por el Gobierno, no han inaugurado ningún proyecto acá y han visto a Potosí como una vaca lechera, pero seguimos aportando a la economía de Bolivia”, dijo Yelma.
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