Contenta, Josefina Pascual agarra una lechuga de su huerto, donde se produce una gran variedad. “Trabajamos en familia”, relata mientras sus hijos corren sonriendo por la carpa solar, ubicada en Sacaba, Cochabamba. Ella es beneficiaria del programa Empoderar (PAR) Proyecto de Innovación para Sistemas Alimentarios Resilientes, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, una iniciativa con buenos resultados.
“El programa Empoderar trabaja desde hace doce años a nivel nacional y nosotros como unidad operativa de Cochabamba hemos financiado estos proyectos en diferentes producciones”, dice Guido Chirinos Cabrera, oficial del proyecto para Cochabamba.
El programa consiste en ayuda económica para los productores, asistencia técnica para métodos de producción y hace un seguimiento constante para que los huertos tengan ganancias económicas. Ahora, el PAR III tiene el objetivo de impulsar la participación de la mujer.
Chirinos explica que el financiamiento es de Bs 21.000 para cada productor. Anteriormente, la versión PAR II consistía en que los productores proporcionen el 30% del financiamiento y el programa se encargaba del 70%. Ahora con PAR III, el productor solo se encarga del 20% del cual la mitad consiste en dinero. En el caso de las mujeres, ellas se encargan solo del 20% en mano de obra y material local. “Ellas no van a dar contraparte en dinero, sino en mano de obras y otras actividades”, dice Chirinos e indica que aproximadamente hay 30.000 mujeres beneficiadas con el proyecto.
EMPODERAR A LA MUJER
El programa tuvo bastante impacto en las familias de Cochabamba, específicamente en el Sindicato Agrario Tuscapujio, en la comunidad de Miraflores, ahí, las mujeres son amas de casa, disfrutan de su maternidad y se dedican a su emprendimiento, es decir, a la producción de lechuga hidropónica de diferentes variedades.
Vanesa López, coordinadora de la Asociación de Productores de Lechugas Hidropónicas, menciona que se animó a ser parte del programa tras estudiar agronomía. “En este proyecto hay una gran cantidad de mujeres. Impulsaron y convencieron a sus esposos de que este negocio es rentable. Es un trabajo liviano y nos favorece mucho a las mujeres”, dice.
Antes, muchas se dedicaban a realizar otros trabajos al que le dedicaban todo el día y era poco remunerado. Sus vidas cambiaron pues tienen más tiempo en familia y más ingresos. “Antes no teníamos trabajo. Íbamos a otro lado a trabajar diariamente, cuando nos llegó esta ayuda trabajamos para nosotros y vendemos para nosotros, ya empezamos a ganar un poquito más, empezamos a ampliar nuestros viveros”, relata Josefina.
La productora cosecha la lechuga en la noche, su hijo pequeño se queda con su esposo, quien la ayuda con algunas labores del hogar. Ella es beneficiaria del programa hace dos años. “Algunos se rindieron, pero nosotros seguimos”.
Elsa López, es vecina de Josefina. Ella decidió acceder al programa con la esperanza de tener más ganancias, pero sobre todo, obtener más tiempo para sus dos hijos pequeños y uno adolescente. Todo empezó cuando se enteraron del programa por parte del presidente de la comunidad. “Estaba trabajando en un surtidor de lunes a lunes, sin feriado, esto nos da la oportunidad de dedicarnos a otra cosa más, nos da ese tiempo de poder trabajar o aprender otras cosas, estar en talleres. Me da más tiempo para estar con mis hijos, antes los descuidaba, ahora estoy con mis hijos”, cuenta.
La nueva versión del PAR cuenta con financiamiento Banco Mundial por $us 300 millones y que serán ejecutados en los próximos 3 años. Los encargados del programa evalúan las solicitudes de familias que desean ser parte del proyecto para mejorar su producción e ingresos. “Queremos que se mejore el rendimiento y el costo del producto. El requisito es que cada grupo tenga interés en lograr estos beneficios”, explica Chirinos.
Las mujeres tienen muchas ganas de aprender. Se sienten contentas de usar nuevos métodos para la producción de lechugas. Eso fue lo que precisamente empujó a Elofia Pillco a formar parte del programa. “Quería aprender sobre la hidroponía, por eso entré, tengo sembradíos. Produzco más variedad, que es la romana, crespa, señorita, y guinda crespa, que lo vendemos en Cochabamba y Sacaba”, dice.
Las ventajas de la hidroponía
En los huertos en Miraflores se usa el método de hidroponía, es decir, no se usa la tierra, sino solamente agua. Elsa resalta que gracias al programa aprendió conocimientos nuevos que le ayudaron a ahorrar agua y no depender de las lluvias, como antes, cuando cosechaba en tierra.
“Todo ese proceso ha sido muy interesante. Antes de tener este proyecto, no sabía nada de eso. El manejo de la lechuga con hidroponía no sabía, nos han dado apoyo de técnicos, de talleres, eso hemos aprovechado, hemos entregado a mercados, ya tenemos casi pedidos, ya llevamos y tenemos un ingreso”, menciona.
Este método ha caído bien a las productoras, ante la escasez de agua, porque antes usaban mucho líquido para sus lechugas. Además, ya no se preocupan por las hiervas que crecen en la tierra y se consumen el líquido.
LOS PRODUCTORES DE ROSAS
Ilarión Espinoza Carillo, presidente de la Asociación de Productores de Flores de Potrero en Quillacollo, que aglutina a 40 familias, se dedica a la producción de flores desde hace 8 años a campo abierto y perdió bastante producción por las inclemencias de tiempo. Ahora, la situación es diferente. Obtiene más producción de rosas gracias a la carpa solar que le otorgó el programa y los conocimientos sobre riego por goteo. Además, aumentó su producción, ahora cosecha el 85 o 90%, cuando antes conseguía solo el 30 o 40%, en campo abierto.
“Con el programa hemos mejorado mucho en la producción de rosas, porque más antes teníamos mucha falencia a campo abierto. Antes nos hacía mucho daño por el clima, hasta los pájaros, las heladas, y en el invernadero ya no”, menciona.
Las rosas son fumigadas y regadas cada 15 días, además se las fertiliza. Las rosas son vendidas en la ciudad y en Quillacollo. Las flores tienen calidad y son vendidas a mayor precio. “Económicamente, hemos mejorado mucho”, dice.
VINTO SE BENEFICIA CON LA PRODUCCIÓN DE TOMATES
José David Reyes, presidente de la Asociación Regantes Combuyo, en Vinto, Cochabamba, relata que se dedica a la siembra de tomate en carpa solar hace un año.
Menciona que antes de ser parte del programa, su familia no tenía la posibilidad de sembrar tomate en la intemperie, debido a la falta de agua, las plagas y el clima.
“Gracias al sistema de riego que tiene el invernadero como implementación, ahorramos más agua, con poca agua se riega constante”, relata.
La producción de tomate en Combuyo, Cochabamba, ha ayudado a la familia de Reyes a tener mejores ingresos y hasta sus hijos pueden acceder a una mejor educación.
“Estoy agradecido con el programa, nos ha ayudado mucho” agrega.
PRODUCTORES SE CONECTAN CON EL PUENTE VEHICULAR CHAQUERI
ejoradas sus producciones, los campesinos de la provincia Tapacari, en Cochabamba, ahora se benefician con el puente vehicular en la comunidad de Chaqueri, que es parte del proyecto Empoderar PAR II, con un financiamiento de 1.401.791 bolivianos.
Los beneficiados son 178 familias, que en su mayoría se dedican a la agricultura y el comercio de hortalizas, cítricos, palta, frutas y otros alimentos.
Bernardo Mamani Choque, alcalde de la comunidad de Chaqueri, menciona que el puente se convierte en una vía troncal que integra la comunidad con la ciudad. “Nosotros somos diversos y podremos transportar nuestros alimentos. El sector ríos es potencial en hortalizas, tubérculos, granos, quinua, incluso producimos maca, al medio se produce trigo, papa y otro sector como frutas y hortalizas”, menciona el burgomaestre.
El puente se realizó con financiamiento del Gobierno y también del municipio. Este último dio el 20% y el 80%, el programa, a través del ministerio.
“Siempre el tapacareño ha sido muy sufrido, nuestra carretera era por el río, haya agua o esté seco. Teníamos que trasladar nuestros productos en burro hasta Quillacollo”, indica el exalcalde Severino Vargas. La exautoridad indica que el puente une a la provincia Tapacari con Ayopaya. Además de otros municipios cercanos a La Paz y Oruro.
Riego para Vincuntaya
El 29 de septiembre se hizo la firma de convenio intergubernativo del subproyecto “Construcción del Sistema de Riego Vincuntaya-Coracaba”. El proyecto forma parte de Empoderar PAR III y se prevé 65 familias beneficiadas, con un plazo de ejecución de 180 días.
Rubén Ovando, comunario de Vincuntaya, indica que PAR III se encarga del mayor porcentaje del dinero para el proyecto de riego, que tiene un costo de más de 2 millones.
“Hasta el momento nuestras tierras están sin agua, las plantas se están secando. El canal de riego nos beneficiará mucho porque tendremos mayor producción, porque regamos con lo que tenemos, pero otros no tienen agua y lo pierden”, indica Ovando.
Herlan Oropeza, responsable de infraestructura de la unidad operativa de Cochabamba, de Empoderar, indica que el proyecto busca captar el caudal del río Tapacari. “Este lugar es potencial en hortalizas, abastece a Oruro, La Paz y Cochabamba. El sistema va a hacer que se tecnifique el riego”, explica.