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Robert Brockmann: Busch era como los dioses o héroes griegos

En esta obra, Brockmann hace importantes hallazgos. Precisó que Busch nació en el Beni y no en Santa Cruz y un año antes de lo que está registrado históricamente. Establece que el Presidente suicida se identificó con el nacionalsocialismo, pero no como lo concebía y practicaba Hitler y que abrió las puertas de Bolivia para la migración judía en pleno holocausto.


Domingo 11 de Junio de 2017, 8:15am






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La Paz, 11 de junio (Urgentebo.com).- El comunicador e historiador Robert Brockmann ya empieza a cosechar los primeros elogios a su segunda obra, presentada hace pocos días. “Dos disparos al amanecer” es el título de la investigación sobre Germán Busch, expresidente boliviano, héroe de la guerra del Chaco. Un ser humano extraordinario, según ha concluido en su trabajo Brockmann. "Todo lo que tocaba adquiría enormes impulsos, insospechadas ramificaciones y provocaba grandes cambios, ya fuera que Busch tuviera esa intención o no".

En esta obra, Brockmann hace importantes hallazgos. Precisó que Busch nació en el Beni y no en Santa Cruz y un año antes de lo que está registrado históricamente. Establece que el Presidente suicida se identificó con el nacionalsocialismo, pero no como lo concebía y practicaba Hitler y que abrió las puertas de Bolivia para la migración judía en pleno holocausto.

“Fue el ‘gran habilitador’ de la noción de la Bolivia actual: soberana, digna, propietaria de sus recursos naturales, nacionalista”, dice Brockmann en la entrevista que le hizo el portal Urgentebocom  y que a continuación publicamos. 

¿Cuáles fueron las etapas más complicadas para reconstruir la vida de Busch?

La más difícil fue precisamente la que le dio su status de gloria: la Guerra del Chaco. Hay un mar de anécdotas de Busch protagonizando hazañas guerreras. El problema es que el cuándo y el dónde preciso de esas anécdotas o se ha perdido o nunca se ha registrado apropiadamente y a estas alturas es imposible de verificar. Mientras hice mi investigación el archivo del Estado Mayor no estuvo disponible. Y cuando lo estuvo, yo ya había cerrado esa etapa. Así, en mi libro la etapa de Busch en la Guerra del Chaco es un buen capítulo, y además revelador, pero no es el capítulo más relevante, ni quise que lo fuera. Esa etapa merece una investigación y un libro aparte. Pero no seré yo.

Cuando iniciaste tu trabajo de investigación, ¿cuál era la imagen que tenías de Germán Busch?

Trato de no tener preconceptos sobre los sujetos de mis investigaciones. Pero sospecho que es la que tenemos todos los bolivianos: héroe de guerra, precursor de la Revolución Nacional de 1952, que es la imagen construida para nosotros por Augusto Céspedes y Carlos Montenegro y los historiadores post-52.

¿Cuánto ha cambiado aquel concepto?

De ser un sujeto esquemático, binario, maniqueo (absolutamente bueno), al de una persona de carne y hueso, con grandes virtudes y grandes yerros. Pero de ninguna manera un ser humano ordinario. Busch era como los (semi) dioses o los héroes griegos: sus fallos humanos no le impedían poder causar grandes transformaciones. Todo lo que tocaba adquiría enormes impulsos, insospechadas ramificaciones y provocaba grandes cambios, ya fuera que Busch tuviera esa intención o no. Fue el “gran habilitador” de la noción de la Bolivia actual: soberana, digna, propietaria de sus recursos naturales, nacionalista. Ojo, no simpatizo con el nacionalismo, pero es mi sujeto de estudio.

Dices que la vida de Busch se compara con la de siete vidas normales, ¿puedes darnos un ejemplo para sostener una afirmación?

Siendo subteniente estuvo a punto de sofocar, él solo, la llamada Revolución Constitucionalista de junio de 1930, que terminó derrocando al presidente Hernando Siles. Su iniciativa y su arrojo siendo un mero subteniente ya llaman enormemente la atención. En 1931 lideró o protagonizó tres exploraciones en el Chaco, una de las cuales le valió el Cóndor de los Andes, a sus 27 años: la condecoración más alta que otorga el Estado Boliviano. Emergió de la Guerra del Chaco transformado en una leyenda. Las anécdotas sobre sus acciones no tienen fin y merecen un libro ellas solas. Fue instrumental en el derrocamiento del presidente Salamanca, en plena guerra; él derrocó solo, sin pedir permiso a sus superiores, al presidente José Luis Tejada Sorzano para entregarle el poder a un sorprendidísimo e irritado David Toro; finalmente, él derrocó a su amigo y protector, Toro, al sentirse decepcionado por él. Finalmente, su presidencia es una fuente de medidas que no terminan de asombrar. Cualquiera de los hechos mencionados, individualmente, le bastaría a una persona normal para que su vida girara alrededor y para contarla a los nietos. Busch hizo todo eso en una sola vida antes de sus 36 años.

David Toro fue su mecenas y protector y lo llevó hasta las cúspides del poder militar. Con Carlos Montenegro y Augusto Céspedes formaron un trío ideológico y de acción que transformó cosas.

Busch es visto como un progresista ¿Realmente lo fue?

Antes de que el resultado de la Segunda Guerra Mundial dividiera al mundo en dos grandes bloques (e ideologías: democracia liberal o comunismo estalinista), se podía ser liberal, anarquista, socialista, comunista, fascista, nacionalsocialista, etc.  Busch deseaba desesperadamente un cambio para Bolivia. Él era básicamente un antiliberal. Su predecesor, David Toro, hizo que Busch se decepcionara del socialismo (del tipo de “socialismo” que profesaba Toro). Eso lo hizo aproximarse a la ideología nacionalsocialista, atraído por rasgos marginales de esa ideología: el vitalismo, la autoridad vertical, el énfasis en la resurrección y en la resurrección nacional, etc. En todo caso, su antiliberalismo lo hizo tomar medidas de corte nacional-socialista (no en el sentido nazi) que dieron nacimiento a la ideología del futuro MNR. En ese sentido, fue un progresista.

¿Cómo definirías la personalidad de Germán Busch?

Compleja, contradictoria, caprichosa, inmadura, generosa, con grandes oscilaciones entre una gran bondad y las buenas intenciones y una maldad frívola (o una frivolidad malévola), casi amoral (no inmoral). Hombre honesto, intenso, ingenuo, con una gran intuición de lo que quería, que quiso abarcar más de lo que humanamente se podía.

¿Quiénes fueron las personas que más influyeron en la vida de Busch?

David Toro fue su mecenas y protector y lo llevó hasta las cúspides del poder militar. Con Carlos Montenegro y Augusto Céspedes formaron un trío ideológico y de acción que transformó cosas. Gabriel Gosálvez fue el poder detrás del trono, muy influyente en su gobierno. Elías Belmonte, el fundador de RADEPA, también ejerció influencia en ciertas medidas clave. Y en el último par de años de su vida, su padre, Pablo Busch, que lo había abandonado tras nacer, se aproximó a él como una influencia ominosa e interesada.

¿Cuál era la visión de Estado que tenía él y cuál es la que pudo llevar adelante en su gobierno?

Busch tuvo una educación muy elemental. Pero intuía que deseaba una patria grande, fuerte y libre. Todo su gobierno fue una búsqueda de ese ideal. Pero, al ser un joven militar cuya experiencia se limitaba a ese campo, no conocía a la gente capaz de llevar al país hacia esa meta. Los Montenegro, Céspedes, Paz Estenssoro y Guevara Arze, que debieron haber sido su grupo de apoyo, aun eran inmaduros ideológica e inexpertos políticamente, y por eso Busch se rodeó de hombres del viejo régimen: liberales para quienes la vida gira en torno de lo económico y que no entendían, literalmente, la visión de Busch. Por eso Busch cambió tan frecuentemente de ministros, y a veces, con violencia. Sólo en las últimas 11 semanas de su gobierno (y de su vida) vio la luz de un amanecer nacionalista, con el decreto del 7 de junio de 1939, que establecía la entrega del 100 por ciento de las divisas de las exportaciones mineras al Estado. Pero ni aun así se rodeó de la gente correcta. Había intuido la idea, pero no tuvo tiempo de sistematizarla. Con todo, esa sola idea, de que los recursos naturales pueden ser del Estado, prendió fuego en la imaginación de los bolivianos.

Solo en el último año de su vida tuvo ocho intentos de suicidio

En el sentido épico y objetivo, ¿Busch fue realmente una presidente suicida?

Sin la menor sombra de duda. Durkheim clasifica los tipos de suicidas y los tipos de suicidios, y Busch encaja perfectamente en ellos. Tuvo esa inclinación por la muerte desde la primera vez que se registró un intento suyo de suicidio, siendo cadete en el Colegio Militar. Siguieron múltiples intentos a lo largo de su vida, todos con fechas, ocasiones y nombres y apellidos. Ocho intentos sólo el último año. Su desprecio por la vida explica demás su valor en combate. A la mayoría de las personas nos parece contra natura que alguien se suicide, quiera suicidarse o tenga tendencias suicidas, porque sentimos el instinto natural de conservación. Y, sin embargo, hay ese tipo de personas, y más frecuentemente de lo que imaginamos. Una tarde charlabas con tu amigo y esa noche te enteras de que se suicidó. Y no te dio ni una pista de ello. No puedes creer, y, es más, no quieres creer. Sucede.

Junto a los personajes se construyen mitos. En este trabajo, ¿qué mitos se derrumbaron y qué verdades se levantan?

No era el propósito de mi trabajo derribar mitos, sino precisar documentalmente la verdad, hasta donde fuera posible. Y lo primero fue precisar su nacimiento en el Beni y no en Santa Cruz, como dice nuestra historiografía escolar. Y que tampoco nació en 1904, sino en 1903. Que el programa de lo que conocemos como el “socialismo militar” fue pergeñado por dos personajes conspicuos del antiguo régimen. Que Busch quiso que su dictadura fuera una dictadura nazi (aquí es importante matizar: el nazismo de 1939 era un nazismo todavía relativamente higiénico); que Busch y Mauricio Hochschild fueron amigos y que ambos posibilitaron, contra viento y marea, la llegada a Bolivia de hasta 9.000 judíos que huían de las fauces del nazismo (eso habla sobre la idea de Busch sobre esa ideología). Y aunque nunca dejará de haber aquellos que crean que Busch fue asesinado (que no es tampoco descabellado), mi libro establece sólidamente que Busch se suicidó.

¿Podemos saber en qué proceso o personaje histórico están embarcado ahora?

Al escribir este libro me disparé por otras direcciones: había un capítulo dedicado a las exploraciones del Chaco por parte de los jesuitas, y otro muy detallado sobre los nazis en Bolivia. Los corté, porque eran otros libros. Asimismo, me empezó a llegar mucha información interesantísima sobre Hochschild. Así que lo más probable es que sea sobre los jesuitas o sobre Hochschild. Quiero alejarme de la temática alemana, que ha sido la rectora de mi obra hasta ahora.

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