La empresa cochabambina Sombreros Bolivia llevó sus productos a mercados de Argentina, Brasil y Perú gracias a la perseverancia de su propietario, Rogelio Córtez, un empresario que enfrentó las vicisitudes de este año con compromiso en favor de sus trabajadores y sus familias.
El emprendedor conoce el negocio y poco a poco fue armando la tecnología que le da soporte, pero sin descuidar la mano de obra, obreros y artesanos que tejen e hilvanan las texturas de sus productos.
“Comencé a trabajar en una fábrica de sombreros (…). Me he criado —como se puede decir— sobre sombreros”, remarcó Córtez mientras muestra los ambientes donde se produce cada una de las cofias.
“La fábrica tiene nueve años de vida. Es un trabajo que se hace manualmente, es artesanal. Tenemos maquinaria, pero lo que más se emplea son las manos de las personas”, resaltó el empresario.
Sombreros Bolivia comenzó a producir en pequeñas instalaciones, pero fue creciendo con empeño y apoyo de Banco BISA.
“Aho
a, los sombreros los vendemos a nivel nacional a todo Bolivia, también exportamos a la Argentina al Perú y a una parte de Brasil”, rememoró Córtez, quien además admitió que, para llegar a cosechar esos frutos, tuvo que recorrer un largo y complejo camino.
“Los valores principales que me dijo mi madre fue que tengo que ser perseverante en la vida, tengo que luchar porque la vida no es fácil”, manifestó tras expresar su esperanza de que las actuales condiciones mejoren.
“Sigamos adelante, sigamos trabajando todos juntos”, aconseja el emprendedor cochabambino en un vídeo que muestra sus coloridos productos que se lucen, especialmente, en los valles del país.
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