24 de enero (Urgente.bo)- La empresa de análisis financiero internacional Fitch Ratings rebajó la calificación crediticia de Bolivia a “CCC-“, situación que abre el debate entre analistas económicos. Para Martín Moreira, el análisis no tomó en cuenta ciertos factores para la calificación, mientras que Fernando Romero asegura que el resultado es preocupante y que amerita nuevas políticas.
Moreira sostiene que lo que observa Fitch es que no se tiene liquidez, pero asegura que se debe recordar que el Estado ha utilizado los dólares de reserva que tenía para pagar el servicio de deuda, que ha alcanzado a más de 1.500 millones de dólares.
Además, se utilizó los dólares para pagar la subvención de carburantes, que ha llegado a más de 2.500 millones de dólares y otros. “Estamos hablando que en total el Estado boliviano en cuestión de dólares ha llegado a pagar 4.800 millones, más de 4.800 millones de dólares en dólares bonificas. Entonces, cuando hablamos de que no tenemos liquidez, al contrario, el Estado y el Banco Central demuestran que a través de las políticas monetarias, de la ley 1503, del aporte de las empresas públicas como clave del eje del motor de crecimiento del país, se ha generado más”, asegura.
Asimismo, dice que Fitch, al hacer su análisis, no toma en cuenta ciertas variantes, por ejemplo, la crisis política del 2024 y la falta de entrada de divisas comerciales de los exportadores.
Por otro lado, Moreira asegura que una medida correctiva, que según Fitch, falta en Bolivia; es la liberación plena de exportaciones, "una medida estructural".
“Recordemos que nosotros trabajamos con el tema de cupos, pero al liberar las exportaciones se ha ampliado nuestra visión para captar dólares de la parte pública y la parte privada, pero la parte privada no está trayendo las divisas. Entonces, también otra medida estructural es reducir la tramitología”, destaca.
Por su parte, el analista económico Fernando Romero indica que dicho análisis se realiza en función a datos macroeconómicos poco alentadores en temas de liquidez y reservas internacionales por debajo de 50 millones de dólares; y, aunque, dice que no aún no hay riesgo de default, la economía está en deterioro y se suma temas políticos y sociales y la poca gobernabilidad.
“Hay una crisis fiscal, cambiaria, monetaria, un mercado paralelo donde el dólar es muy caro y eso ha afectado al contexto económico. El análisis habla de una situación preocupante donde se va a mantener el déficit fiscal, aunque esos indicadores no están tan de acuerdo a lo que dice el mismo gobierno que va a ser del 9,2% del PIB”, sostiene.
Para el experto, se trata de una crónica de una muerte anunciada, una situación que tiende a empeorar más aún en un año bastante electoral donde lo político estará encima de lo económico.
“Está dando a entender de que la situación económica amerita un recurso importante en lo económico, político e institucional”, añade.