Yogures de frutas tropicales y exóticas podrían ser la punta de lanza de la industrialización de Cobija y servir para combatir la desnutrición de los niños de Pando. Tales son los objetivos de la empresa Yogufrut Amazónico, que es uno de los 15 proyectos finalistas sobre un total de 3.500 propuestas, del concurso Emprende Ideas organizado por la Fundación Samuel Doria Medina A.
Yogurt Amazónico fue creada por Carlos Benquique, ingeniero comercial y emprendedor apasionado. Nos cuenta que su idea surgió en el tiempo de la pandemia, cuando decidió producir yogur casero para su familia y sus amigos, a fin de asegurarles una mejor alimentación y la obtención de inmunidad frente al coronavirus. Como es lógico, usó frutas de la región, sin pensar que con ello estaba realizando una importante innovación. Los yogures tuvieron gran éxito y varios amigos le pidieron que les diera más y le ofrecieron pagárselos. Entonces se dio cuenta de que tenía una oportunidad de negocio entre manos.
“Buscamos lucro y rentabilidad, pero también somos un emprendimiento para combatir la desnutrición de los niños pandinos, que es muy alta; el yogur es un buen alimento. Somos un emprendimiento de carácter comercial y social”, explica Benquique. “Cambiar Bolivia necesita cambiar su alimentación”, sentencia el emprendedor.
La empresa cuenta ahora con respaldo legal y, lo que es más importante, con la aprobación de las autoridades encargadas del control de la calidad de los alimentos en el país.
Yogufrut Amazónico ha roto varios récords en su campo de acción. Es la primera empresa boliviana en producir yogur de acaí, una fruta exótica cuyo consumo se ha puesto muy de moda en el país. Posee propiedades antioxidantes y es muy nutritiva. En general, los ácidos fólicos que aportan las frutas exóticas tienen más poder que los de las frutas de la dieta convencional. Además, el sabor del acaí es extraordinario.
“Hay una tendencia mundial y también nacional a alimentarse mejor y a cuidarse el cuerpo. De ahí viene la moda del acaí, que además es muy rico. Pero no siempre las personas saben cómo consumirlo; se vende normalmente como una pulpa congelada. Es mucho más fácil y agradable en un producto terminado como el yogur”, explica Carlos Benquique.
Y que no se diga de otras frutas que también emplea Yogufrut Amazónico para sus yogures, como la sinini (llamada guanábana en Centroamérica), el copuazú, la guayaba y el maracuyá. Estos sabores y texturas exóticos son acompañados de otros tradicionales como los del coco. El emprendimiento compra sus materias primas –leche y pulpas de fruta– de otras empresas que también tienen carácter artesanal.
div class="media media-element-container media-default">Ha tenido una buena recepción del público pandino (se vende en 15 tiendas de la región) y su objetivo es llegar a los mercados de, por lo menos, La Paz y Santa Cruz, a fin de industrializarse y generar más empleos en Cobija. “Aquí no producimos nada, solo hay comercio”, se lamenta Benquique. “Yogufrut Amazónico es una oportunidad para que comencemos a cambiar nuestro perfil económico. Queremos demostrar que Pando puede producir alimentos para el mercado nacional. Ese es nuestro sueño”, explica este ingeniero que trabaja en la universidad, justamente, como docente de proyectos.
Yogufrut Amazónico participa en el concurso con el propósito de visibilizarse en escala nacional y lograr que en todo el país se sepa que en Pando existe una empresa de sus características.
Puede contactarse a este emprendimiento buscando su web Yogufrut Amazónico o su fapage de Facebook del mismo nombre.
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