15 de julio (Urgente.bo).- Al ritmo del Himno a La Paz, la comitiva hizo su recorrido detrás de las urnas de Pedro Domingo Murillo, Juan Basilio Catacora Heredia, Buenaventura Bueno, Apolinar Jaén, Melchor Jiménez, Mariano Graneros, Juan Antonio Figueroa, Gregorio García de Lanza y Juan Bautista Sagárnaga, los restos que los protomártires que cada 16 de julio salen de la cripta de la Iglesia de San Francisco y son trasladadas a la capilla ardiente instalada en el atrio de la Basílica Menor.
El viernes 16 de julio, después de los actos protocolares y la procesión de la Virgen del Carmen, los restos de los protomártires serán devueltos a la Basílica Menor de San Francisco. Pero ¿Quiénes son estos personajes que aportaron a la Revolución de La Paz y murieron en la orca junto a Pedro Domingo Murillo? Urgente.bo hizo un recompilado a partir de publicaciones de Academia Nacional de la Historia (Argentina) 1966y publicaciones de Gabriel René Moreno, Luis H. Antezana J., Josep María Barnadas, en el libro “Últimos días coloniales en el alto Perú: Documentos inéditos de 1808 y 1809, 2003” donde explcian uno a uno el rol que cumplió cada uno.
Pedro Domingo Murillo
Pedro Domingo Murillo, nació en la ciudad de La Paz el 17 de septiembre de 1757. Hijo de Juan Ciriaco Murillo y María Ascencia Carrasco. Es educado por su padre y es posible que haya asistido al Colegio Seminario de San Carlos, en La Paz. Luego, siguió estudios de Derecho en la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca; aunque parece ser que no terminó estos últimos. En 1778 se casó en la ciudad de Potosí con Manuela de la Concha Olmedo. En 1781, a sus 24 años, se encontró viviendo en Irupana y tuvo almenos dos hijos. Ese mismo año participó como soldado en la campaña contra Túpac Katari, en la cual se distinguió por su gran valor, por lo que fue nombrado Teniente de Milicias.
En 1785 murió su padre, Juan Ciriaco Murillo, el cual dejó casi toda su fortuna a los hijos de Pedro Murillo y Manuela de la Concha. Sin embargo, una tía de Pedro llamada Catalina Felipa le entabló un juicio, disputándole los bienes dejados por Juan Ciriaco.
Murillo ganó fácilmente en la primera instancia, pero como para ello había falsificado su título de abogado, cuando más tarde se encontraba ejerciendo su profesión en La Paz, fue denunciado y no sólo perdió el juicio contra su tía, sino que fue declarado rebelde y tuvo que escapar de las autoridades. Sin embargo, a inicios de 1789 fue indultado y luego de esto, Pedro Domingo Murillo se dedicó a la actividad minera.
En 1805 formó parte de un grupo que conspiraba contra el gobierno español, pero fue descubierto y llevado a juicio. Fue absuelto en este juicio, y, entonces, junto a otros patriotas, comenzó a preparar la revolución con más entusiasmo, pero en secreto, en favor de la Independencia.
En 1809, lidera un grupo de rebeldes que conspiró y se sublevó el 16 de julio de 1809. Pocos días después, se reunieron en un cabildo para hacer conocer un documento llamado Proclama de la Junta Tuitiva, el mismo que expresaba la liberación de las tierras del Alto Perú del Imperio español.
Tras la Revolución del 16 de julio de 1809, los realistas enviaron tropas para reprimir la revolución de La Paz, algunas desde el Virreinato del Perú y otras desde Buenos Aires, aunque ya en ese momento las tropas de los regimientos integrados por criollos no querían intervenir en una represión de un movimiento patriótico
Murillo decidió escapar del ejército realista, pero fue capturado y llevado a la horca junto a otros guerreros el 29 de enero de 1810.
Graneros el compadre de Murillo
Mariano Graneros y Junco nació en La Paz el 5 de enero de 1771, hijo de Manuel Graneros y de Josefa Junco. Lo llamaban el "Challatejeta" o "chaya-tegeta" (arena retobada). Entre 1802 y 1807 se desempeñó como alguacil y carcelero. Poseía un café y billar en la esquina de la calle de La Merced donde se reunían los independentistas, a cuyo partido adhirió tempranamente. El 17 de junio de 1802 casó con Manuela Pagadora y tuvo tres hijos: María Agustina (1802), Liberata (1806) y Jerónima, que nacida en julio de 1809 fue apadrinada por Pedro Domingo Murillo.
Fue uno de los concurrentes a la junta que el 12 de julio en la casa de Juan Antonio Figueroa resolvió dar el golpe el 16 de julio. Allí fue encargado junto a Melchor Jiménez (alias "el pichitanga") para sondear a los soldados del batallón de guardia. En la fecha prevista el batallón de milicias al mando de su segundo jefe Juan Pedro de Indaburu copó el cuartel de veteranos mientras la población se volcaba a la plaza.
Tras la revolución fue nombrado capitán de la primera compañía de Granaderos teniendo como segundo al teniente Hipólito Landaeta. Declarada el 18 de julio la guerra a Puno, el 24 de septiembre partió con sus fuerzas hacia Tiahuanaco bajo el mando de Juan Bautista Sagárnaga.
Tras la dispersión de las tropas rebeldes el 25 de octubre en los Altos de Chacaltaya a manos del José Manuel de Goyeneche, Graneros se retiró hacia las Yungas. Con el grado de comandante participó de los combates finales en Chicaloma e Irupana, el 11 de noviembre de 1809.
Consiguió huir pero en el Alto de Pampahasi fue sorprendido y detenido por una partida al mando de Miguel Chávez, tras lo que fue conducido encadenado a La Paz el 4 de noviembre.
El fiscal Pedro López Segovia tomó su declaración el 8 de noviembre de 1809. Firmó su confesión el 6 de enero de 1810 y fue condenado a muerte. Esa noche fue conducido al Seminario, se le comunicó la sentencia y fue puesto en capilla. El día 29 de enero fue ahorcado junto con Murillo y los restantes líderes ajusticiados. A las seis de la tarde descolgaron sus restos, que fueron sepultados en el atrio del Templo del Carmen.
Buenaventura el primero que renunció a la Junta Tuitiva
Buenaventura Bueno, nació en la ciudad de Arequipa, Perú, el 16 de julio de 1768. Estudió en el Colegio Seminario de la ciudad de Misti, sobresaliendo en el estudio del latín, dedicándose posteriormente a su enseñanza. Se trasladó a La Paz en 1784 y se integró rápidamente a su sociedad. En 1790 reemplazó a Bernandino Argandoña como Alcalde de hermandad hasta 1799.
Se casó con Petrona Francisca Blancader Canizares, y tuvo con ella seis hijos, María (1790), Josefa Basilia (1802), Pedro José Bonifacio (1804), José Agustín (1805), Manuela Joseta (1807) y Miguel Gregorio (1810).
Bueno fue el primero de la Junta que renunció a su cargo el 28 de septiembre, aunque posteriormente continuó militando por la causa que promovió en los pueblos que ponían distancia de la revuelta ante el cariz de los sucesos y el temor que les transmitía el obispo La Santa.
Fue capturado por Rufino Velcorne y conducido a La Paz por el capitán Tejamon. Detenido en la cárcel Real, prestó su declaración el 26 de diciembre ante el fiscal López de Segovia y firmó su confesión el 8 de enero de 1810.
En la sentencia, considerado como "representantes del pueblo", fue incluido entre los "reos de alta traición, infames, aleves y subversores del orden público" y entre los condenados a "la pena ordinaria de horca, a la que serán conducidos arrastrados a la cola de una bestia de albarda". Fue ejecutado el 29 de enero. Su cadáver, que estuvo por siete horas en el cadalso, fue enterrado en el Templo Santo Domingo.
Catácora y Heredia levantó al pueblo con una campana
Juan Basilio Catácora y Heredia nació en La Paz el 12 de julio de 1760, hijo de Agustín Catácora y María Heredia, naturales de Acora. Inició sus estudios en el Cuzco, donde fue enviado de niño, donde obtuvo el grado de Licenciado en Derecho. Concluyó sus estudios en la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca, donde se recibió de abogado.
De regreso a La Paz se consagró con éxito al ejercicio de su profesión. Fue asesor del Alcalde de primer voto José Sanjinés, defensor de pobres y asesor del Cabildo.
El 16 de julio de 1809, cuando se produjo el levantamiento en La Paz. Catácora estaba entre sus promotores y al iniciarse los tumultos se dirigió al convento de Santo Domingo para convocar con su campana a los vecinos y posteriormente al Cabildo, donde fue declarado representante del pueblo como estaba previsto por los revolucionarios.
El 19 de julio habló al pueblo reunido en la Plaza Mayor desde las ventanas del Palacio explicando los móviles del movimiento. El 28 del mismo mes se hizo cargo en conjunto con el cura José Antonio Medina de la cartera de "Materias políticas y razones del Estado", la secretaría de estado de la Junta.
Junto con Gregorio García Lanza y Buenaventura Bueno fue uno de los promotores de la quema de los certificados de créditos fiscales.
El 4 de octubre dejó la ciudad por motivos de salud. En Escoma fue traicionado por Francisco Mauri y puesto a disposición del subdelegado de Chucuito, José Tadeo Garante. Fue conducido prisionero al cuartel general de José Manuel de Goyeneche en La Paz el 7 de diciembre.
Catácora brindó su declaración preventiva el 10 de diciembre ante López de Segovia y efectuó su confesión el 8 de enero de 1810. Fue sentenciado a la pena capital, lo que se le comunicó en el Seminario donde habían sido conducidos los reos.
Fue puesto en capilla el día 26 de enero y ejecutado en la horca el 29 de enero de 1810, al igual que Murillo. A las 18:00 horas, su cuerpo fue conducido a La Merced y enterrado en su cementerio. Juan Basilio Catácora permaneció soltero, viviendo con su hermana Marcela.
Jaén, promovió la revolución de Los Yungas
Apolinar Jaén, Nació en Oruro en el año 1776. Con su esposa María Carmen Rodríguez se radicó en 1806 en el pueblo de Coroico, dedicándose al comercio de coca.
Durante el levantamiento de La Paz, Jaén tomó decidido el partido, influenciado por los hermanos Manuel Victorio García Lanza y Gregorio García Lanza, naturales de Coroico, y por los principales líderes de la revuelta.
Jaén intentó promover la causa revolucionaria en los pueblos de Yungas, para lo cual salió de Coroico el 24 de octubre de 1809 hacia Chulumani al mando de una división de cincuenta milicianos armados y dos mil indios conducidos por el protector de naturales Francisco Pozo, a los que se sumaron numerosos esclavos de las haciendas de la zona. En Chicaloma fueron vencidos por lo que el 26 de octubre se retiró a Chulumani y de allí a Coroico.
Tras la dispersión de las tropas rebeldes el 25 de octubre en los Altos de Chacaltaya a manos del José Manuel de Goyeneche, las fuerzas sobrevivientes al mando de José Gabriel Castro y Juan Bautista Sagárnaga se retiraron al oeste, hacia los Yungas. Castro se ubicó en Coroico y junto con Jaén ambos escribieron cartas y sostuvieron luego reuniones con Gregorio Lanza para que apoyara a su hermano que actuaba como comandante general en el Partido de Yungas y defendiese hasta el fin la causa.
Jaén pasó a Pacollo para reforzar las trincheras dispuestas en el pueblo. Goyeneche mandó contra Yungas una fuerte división al mando del coronel Domingo Tristán y el 11 de noviembre de 1809 se produjo el combate de Irupana, en el que los patriotas fueron vencidos. Jaén volvió con el cura Pedro Escobar y algunos soldados a Pacollo para rendirse.
Fue conducido a La Paz donde llegó en la tarde del 27 de noviembre. El comisionado regidor José Mariano Castro recibió su confesión el 10 de enero de 1810. Fue condenado a muerte y ejecutado el 29 de enero de 1810. Sus restos fueron sepultados en el atrio del templo de San Francisco. Su cabeza fue enviada a Coroico para ser colocada en la plaza.
Sagárnaga Durán, el último en subir a la horca
Juan Bautista Sagárnaga Durán nació en La Paz el 14 de junio de 1766 hijo de Manuel Sagárnaga, tesorero real, y María Carrasco Durán. Fue enviado casi niño a Chuquisaca, ciudad en la que se graduó de doctor en leyes en la Universidad Mayor Real y Pontificia San Francisco Xavier de Chuquisaca el 14 de enero de 1790.
Regresó a La Paz y fue elegido como Regidor perpetuo en el Cabildo de la ciudad. Se desempeñaba como subteniente de la Compañía 7° del batallón de milicias de La Paz, habiendo obtenido sus despachos el 4 de abril de 1805. En ese año se gestó en la ciudad un movimiento de carácter independentista que no llegó a estallar y que, por el grado en que se hallaban comprometidos importantes figuras de la sociedad paceña, fue mantenido en reserva por las autoridades. Sagárnaga participó del movimiento liderado por Pedro Domingo Murillo como propagandista, escribiendo pasquines que, anónimos, aparecían luego en los muros de la ciudad.
El 11 de abril de 1807 se casó en primeras nupcias con Josefa Arce Pereira, con quien tuvo una hija llamada Gertrudis.
Durante la revolución Sagárnaga estaba entre sus promotores y se convirtió en uno de los principales ideólogos, organizadores y propagandista.
Habiendo enviudado se casó el 2 de septiembre de 1809 con Isabel Calderón, de diecisiete años, hija del regidor Juan Calderón de la Barca y Manuela Loza
El 24 de septiembre partió como Comandante de las fuerza expedicionarias enviadas a Tiahuanaco, sin mayor suceso.
Tras la dispersión de las tropas rebeldes el 25 de octubre en los Altos de Chacaltaya a manos del José Manuel de Goyeneche, Sagárnaga huyó al oeste, hacia las Yungas.
El 27 de octubre de 1809 los patriotas fueron derrotados el combate de Chicaloma y Sagárnaga fue capturado y trasladado a La Paz.
En la ciudad de La Paz prestó su declaración preventiva el 22 de diciembre y firmó su confesión el 6 de enero de 1810. El 29 de enero de 1810 fue ahorcado en el centro de la Plaza de Armas, el último de los que subió al cadalso. Descolgado su cadáver seis horas después, fue conducido al templo de San Juan de Dios y sepultado en su atrio juntamente con los restos mutilados de Murillo.
Tras su muerte, su esposa Isabel Calderón dio a luz a su hija, Juana Manuela.
Gregorio Lanza luchó junto a su hermano
Gregorio García Lanza nació en Coroico el 12 de marzo de 1775. Sus padres eran Martín García Lanza y Nicolasa Mantilla, quienes disfrutaban de una desahogada situación económica y una influyente posición en la comunidad.
Cursó sus estudios iniciales en el Convento de San Francisco, en La Paz. Finalizados estos, lo enviaron junto a su hermano Victorio a estudiar en la Universidad de San Bernardo del Cuzco, donde se graduó en 1796.
Los hermanos Lanza durante la revuelta del 16 de julio. Esa noche al recibir el esperado aviso de la toma del cuartel, marchó a la Sala Capitular, donde de acuerdo a lo previsto el pueblo congregado lo aclamó como representante. Lanza, junto a los doctores Juan Basilio Catácora y Buenaventura Bueno, fueron quienes presentaron la demanda de deponer a las autoridades realistas, y la de condonar las deudas a la real Hacienda y quemar los documentos correspondientes.
El plan de gobierno ya preparado fue presentado al Cabildo el 21 de julio y aprobado al siguiente día. El 24 se formó una junta de gobierno independentista denominada Junta Tuitiva, Gregorio García Lanza recibió a su cargo la secretaría de guerra.
El virrey de Perú José Fernando de Abascal ordenó la represión del movimiento y encomendó al brigadier José Manuel de Goyeneche el operativo, que a todos los efectos implicaba la invasión de otra jurisdicción, en tanto el Alto Perú era parte del Virreinato del Río de la Plata.
Ante la amenaza, el 3 de septiembre Lanza pasó a Achacachi como comandante de las provincias de Omasuyos y Larecaja. El 12 de septiembre el Cabildo de La Paz resolvió a instancias de los patriotas Castro, Landaeta, Cossio, Arias, y Ordóñez declarar la guerra a la provincia de Puno y ordenar al sargento mayor Juan Bautista Sagárnaga avanzar hacia el Desaguadero. El 24 de septiembre partió la expedición, a la que Lanza se sumó como auditor de guerra.
El 25 de octubre las fuerzas de Pedro Murillo fueron derrotadas y dispersadas en los Altos de Chacaltaya por las tropas de José Manuel de Goyeneche. Castro, Victorio Lanza, Mariano Graneros y Sagárnaga entre otros patriotas se retiraron con algunas fuerzas sobrevivientes a las Yungas. Castro se hizo fuerte en Coroico, Sagárnaga en Pacollo y Lanza en Chulumani.
Lanza regresó al campamento de Chacaltaya tras el suceso. El 25 de octubre las fuerzas de Pedro Murillo fueron finalmente derrotadas y dispersadas en los Altos de Chacaltaya por las tropas de Goyeneche. Gregorio Lanza resolvió entonces presentarse ante Goyeneche y fue puesto en prisión el 27 de octubre.
No obstante logró salir bajo fianza y se dirigió hacia las Yungas. Allí, Castro, su hermano Victorio, Mariano Graneros y Sagárnaga entre otros patriotas se habían retirado con algunas fuerzas sobrevivientes. Castro se hizo fuerte en Coroico, Sagárnaga en Pacollo y Lanza en Chulumani. Desde allí junto con el patriota Apolinar Jaén habían escrito a Gregorio para que desistiera de su entrega y apoyara a su hermano manteniendo "la resistencia hasta el último momento".
En Pacollo tuvo una entrevista con Sagárnaga y en Coroico se alojó en casa de Castro. Goyeneche envió tras ellos el 30 de octubre a su primo el coronel Domingo Tristán con una fuerza de 550 hombres que convergieron sobre Irupana y el 14 de noviembre otra de 300 hombres al mando de Narciso Basagoitia a la vecina Chulumani.
El 11 de noviembre Tristán atacó con la cooperación de La Santa, el depuesto obispo de la Paz, que incluso convirtió en soldados a algunos curas, y venció a los patriotas en el Combate de Irupana.
Castro y Victorio Lanza abandonaron el campo de batalla dirigiéndose a Chulumani, y de allí pasaron a Laza rumbo a Brasil perseguidos por partidas indias aliadas a las fuerzas de Goyeneche. Fueron alcanzados cerca del río Wiri y degollados el mediodía del 16 de noviembre.
Gregorio García Lanza fue capturado y enviado a La Paz adonde arribó el 23 de diciembre de 1809. Prestó declaración el 30 del mismo mes ante el fiscal López de Segovia y firmó su confesión el 9 de enero de 1810.
Fue ejecutado el 29 de enero. Su cadáver, que estuvo por siete horas en el cadalso, fue conducido a San Francisco y enterrado por la benevolencia del Padre Juan de Dios Delgado.
Victorio, el otro hermano Lanza que se exilió en Yungas
Manuel Victorio Ballivián Lanza, nació en Coroico el 8 de diciembre de 1777. Sus padres, Martín García Lanza y Nicolasa Mantilla lo enviaron junto a su hermano Gregorio a estudiar en la Universidad del Cuzco, pero antes de graduarse debió regresar por la violenta muerte de su madre.
Casó en 1801 con María Dolores Mantilla y tuvo seis hijos: José Manuel (1802), Manuel Vicente (1803), María Francisca Plácida (1804), José Manuel (1807), Fernando (1808) y Manuel Joaquín Baltasar (1810).
Se desempeñó como subdelegado de Sicasica y en 1804 se incorporó al Cabildo de La Paz como regidor perpetuo. Los hermanos Lanza junto a Pedro Domingo Murillo, entre otros patriotas, fueron activos promotores de la causa independentista, tanto en el movimiento abortado de 1805 como en los sucesos que, tras la Revolución de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, desembocaron en la revuelta del 16 de julio. En las reuniones previas a la revuelta se acordó que Victorio marchara como enlace a Chuquisaca, lo que hizo el 15 de julio, el día anterior a la fecha fijada para la sublevación. Regresó a mediados de agosto, con informes desfavorables sobre las esperanzas de que la Real Audiencia de Charcas acompañara la radicalización del movimiento.
Su hermano Gregorio se incorporó a la nueva junta de gobierno independentista denominada Junta Tuitiva y presidida por el coronel Pedro Domingo Murillo.
El 12 de septiembre Lanza marchó sobre Chulumani como Comandante general en el Partido de Yungas, junto a Iriarte y el presbítero Medina, con el objeto insurreccionar a los indios de los valles de Yungas.
El 25 de octubre las fuerzas de Pedro Murillo fueron derrotadas. Castro, Victorio Lanza, Mariano Graneros y Sagárnaga entre otros patriotas se retiraron con algunas fuerzas sobrevivientes a las Yungas. Castro se hizo fuerte en Coroico, Sagárnaga en Pacollo y Lanza en Chulumani.
Goyeneche envió tras ellos el 30 de octubre a su primo el coronel Domingo Tristán con una fuerza de 550 hombres que convergieron sobre Irupana y el 14 de noviembre otra de 300 hombres al mando de Narciso Basagoitia a la vecina Chulumani.
El 11 de noviembre Castro y Lanza abandonaron el campo de batalla dirigiéndose a Chulumani, y de allí pasaron a Laza rumbo a Brasil perseguidos por partidas indias aliadas a las fuerzas de Goyeneche. Fueron alcanzados cerca del río Wiri o Huari y degollados el mediodía del 16 de noviembre.
Tristán envió a Goyeneche las cabezas de Victorio Lanza y Gabriel Castro. La cabeza de Lanza fue exhibida clavada en la plaza pública de su ciudad natal. En la posterior sentencia de Goyeneche contra los involucrados en la revolución, los bienes del difunto fueron confiscados.
Melchor Jiménez conocido como Pinchitanka
Melchor Jiménez nació en Caracato de la provincia de Sicasica (actual Provincia de José Ramón Loayza del departamento de La Paz) en 1767, hijo natural de Tomás Rodríguez y Tomasa Aircora y Valdés, de escasos recursos económicos.
La única instrucción que recibió fue la impartida por el teniente de su parroquia, Feliciano Arnau. Trabajó en tareas agrícolas hasta que marchó a La Paz a trabajar con su tío Marcos como garitero, puesto que desempeñó durante 23 años. Era conocido popularmente como "Pinchitanka" (gorrión). Contrajo matrimonio el 8 de febrero de 1794 con María Mercedes Cabrera, hija de Faustino Cabrera y nativa de Cuzco. Tuvieron tres hijos, José (1795), María (1797) y Miguel (1799).
Fue uno de los concurrentes a la junta que el 12 de julio en la casa de Juan Antonio Figueroa resolvió dar el golpe el 16 de julio. Allí fue encargado junto a Mariano Graneros (alias "el chaya-tegeta") para sondear a los soldados del batallón de guardia. En la fecha prevista el batallón de milicias al mando de su segundo jefe Juan Pedro de Indaburu copó sin inconvenientes el cuartel de veteranos, a los que Jiménez y Graneros habían embriagado, mientras la población se volcaba a la plaza.
Una vez controlado el cuartel, en la madrugada se hizo cargo de controlar las entradas a la ciudad. Fue uno de los primeros que ingresó al cuartel de los realistas, mereciendo como premio por su valor un caballo.
En La Paz se lo designó comandante de artillería y al declararse la guerra a la provincia de Puno el 24 de septiembre marchó a Tiahuanaco a la cabeza de su regimiento, en la división al mando de Juan Bautista Sagárnaga.
El 19 de octubre Jiménez salió del presidio y persiguió a los realistas complotados. En La Paz, Goyeneche finalmente atacó a las desorganizadas fuerzas de Murillo, a las que derrotó y dispersó con facilidad el 25 de octubre en los Altos de Chacaltaya.
Jiménez fue capturado y encarcelado. Prestó su declaración el 27 de octubre de 1809 y el 23 de diciembre firmó su confesión. Fue condenado a muerte y ahorcado el 29 de enero de 1809. Fue sepultado en el atrio del Templo de Santo Domingo.