Decenas de hogueras han ardido en el centro de Barcelona la noche del 15 al 16 de octubre, durante las protestas proindependentistas que muestran su descontento tras la sentencia del 'procés'. El Gobierno español condenó lo que calificó como una "violencia generalizada" que trata de imponer en Cataluña una "minoría".
Se registraron nuevas escenas de enfrentamiento entre los Mossos d'Esquadra (Policía catalana), los antidisturbios y los manifestantes que mostraban su rechazo a la decisión del Tribunal Supremo de condenar a los líderes independistas responsables del referéndum unilateral de 2017. Las movilizaciones han cortado calles, autopistas y vías del tren. En el centro de la capital, unas 400 personas han cerrado la Gran Via de Barcelona.
El Sistema de Emergencias Médicas confirmó que hay al menos 74 heridos y 3 detenidos durante las protestas por supuesta "agresión" a las fuerzas policiales.
La Policía realizó varias cargas después de que los manifestantes derribaron unas vallas colocadas para crear un perímetro alrededor de la delegación del Gobierno español y prendiesen barricadas con grandes focos de incendio en varias calles de Barcelona y otras ciudades.
El Gobierno español comunicó que "una minoría está queriendo imponer la violencia en las calles de las ciudades catalanas". Los disturbios han tenido lugar en las ciudades de Barcelona, Tarragona, Girona y Lleida. "La violencia de esta noche está siendo generalizada en todas las protestas".
"Los grupos violentos de manifestantes han atacado las sedes de las subdelegaciones en Tarragona, Girona y Lleida, y están provocando destrozos y actos vandálicos en otras localidades catalanas. Es evidente que no estamos ante un movimiento ciudadano pacífico, sino coordinado por grupos que utilizan la violencia en la calle para romper la convivencia en Cataluña", señala el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Ante esta situación, el Gobierno reconoció "la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad de Estado y la coordinación" y resaltó que algunos agentes resultaron heridos en los disturbios.
"El objetivo del Gobierno de España es y será en todo momento garantizar la seguridad y la convivencia en Cataluña, y lo hará si es preciso siguiendo su compromiso de firmeza, proporcionalidad y unidad", concluye.
Llamado a mantener la calma
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, rechazó la violencia y llamó a los ciudadanos a mantener la calma en idioma catalán.
"Somos ciudad de paz y diálogo. No queremos prisiones injustas ni cargas contra gente pacífica. Tampoco queremos incendios como los de esta noche en BCN: son inaceptables y ponen en riesgo la seguridad de vecinos. Merecen un rechazo unánime y hace falta que todas las instituciones hagan un llamamiento a la calma", escribió la primera edil en su cuenta de Twitter.