Volar es el sueño más antiguo del hombre. Ahora se puede hacer realidad con el parapente, una actividad que rompe los patrones convencionales y tradicionales llevando al extremo la adrenalina, además de que permite apreciar la naturaleza paceña, en este caso. Este deporte dejó de ser un privilegio para unos cuantos, porque hoy lo pueden practicar los niños, adultos y hasta personas con capacidades diferentes.
La empresa “Parapente Bolivia” cuenta con tres pilotos que tienen más de 18 años de experiencia y que ofrecen los vuelos biplaza en parapente todos los días. El sitio de operaciones es Yanari Alto, que se encuentra en Río Abajo, a 30 minutos del zoológico de Mallasa. Es el sitio más alto de esa región paceña.
Los vuelos tienen una cuota de nivel de 4.000 metros sobre el nivel de mar en el despegue, 2.500 metros en el aterrizaje, lo que significa una navegación de 1.500 metros con una longitud de 13 kilómetros, lo que hace en un tiempo máximo de 20 minutos de vuelo.
El piloto se encarga de todo y el pasajero disfruta del paisaje. Desde Yanari Alto uno no puede apreciar la cadena de montañas de la cordillera real de Los Andes como el Mururata y Condoriri. En pleno vuelo aumenta la adrenalina del tripulante cuando el piloto hacen piruetas.
Inicialmente, los pasajeros tenían entre 25 y 35 años. Hoy los pasajeros son bolivianos y extranjeros y no hay límites de edad; pueden volar desde niños de dos años hasta personas de 85 años. Las personas con capacidades diferentes también pueden disfrutar de un vuelo en parapente.
“Hicimos parapente con la concejal Andrea Cornejo, que está en una silla de ruedas. Contamos con clientes que padecen de paraplejia. Tenemos la solvencia para hacer este tipo de actividad”, dice Marco Aruquipa, piloto y líder de la empresa
Vecinos de la zona Sur de La Paz, Santa Cruz y El Alto, son los potenciales clientes. Para subirse a un parapente solo se requiere salud estable, no tener problemas cardiacos ni lesiones recientes. Solo se pide que tengan la capacidad de correr unos diez pasos.
El parapente se practica todos los días, la aventura empieza desde las 7,00 y termina 13,00 incluye el traslado y vuelo.
La empresa en sus 12 años de experiencia tuvo la oportunidad de trabajar con clientes extranjeros: chinos, franceses, que conocen bien del parapente, alemanes, mexicanos y brasileños.
Marco Antonio Aruquipa Zenteno es un paceño de 49 años, de profesión arquitecto. Le gusta practicar los deportes extremos. Su pasión es el parapente se inició cuando vio a unos extranjeros aterrizar en parapente en el lago Titicaca en Copacabana. Hoy es un experto.
“Cada día es un nuevo reto. Tener alas te da la posibilidad de descubrir y estar en lugares diferentes. Ningún vuelo es igual, practicar este deporte me ha llevado muchos kilómetros en diferentes lugares y conocer diferentes personas y tener una mejor calidad de vida”
El pasado 29 de junio en Perú se realizó la competencia extrema de aerotron que lleva tres disciplinas. “Hemos podido ganar el primer lugar en la categoría duo en la que participaron atletas y pilotos de diferentes países”, dijo.
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