Octubre 20, 2024 -H-

Ñatitas, una tradición que pasa de generación en generación

“Toñito” es una ñatita que falleció a los 2 años, hace mucho tiempo atrás. Pertenece a la familia Maldonado. Son 14 años que Toñito vive con ellos; sin embargo, esta calaverita perteneció al padre de familia, Eduardo, desde que éste nació.


Martes 8 de Noviembre de 2016, 6:15pm






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Señora Dionisia Mayta y sus 6 ñatitas (Foto: Verónica Avendaño)

La Paz, 08 de noviembre (Verónica Avendaño, Urgentebo).- Ángel, Manuel, Silveria, María José, Janet y Ricardo son las seis Ñatitas que posee la señora Dionisia Mayta. Les tiene mucha fe porque en varias ocasiones, asegura, los ha escuchado caminar y hacer alboroto en su oficina de Amauta ubicada en la Avenida  Panorámica en la ciudad de El Alto. Dionisia comenta que tiene muchos clientes gracias a estas ñatitas. “Ellas obran por el bien, no por el mal”, menciona.

Al igual que Dionisia, muchos creyentes de estas denominadas Ñatitas asisten desde muy temprano a las puertas del Cementerio General de La Paz en busca de  bendiciones para sus calaveritas. Aunque para la Iglesia Católica esta festividad no tiene base cristiana, el párroco sale a saludar y exhortar a cada uno de estos adoradores a encomendar a Dios las almas que alguna vez habitaron esta tierra.

La festividad de las Ñatitas es una tradición de la época precolombina, donde se veneraban a las chullpas. A la llegada de los españoles y la doctrina católica, este rito se practicaba en secreto ya que la Iglesia la tachó de pagana.

Con el paso del tiempo, la celebración salió poco a poco a la luz nuevamente; ahora, cada 8 de noviembre, una semana después al día de Todos Santos, se celebra a estos cráneos en agradecimiento por todas las plegarias escuchadas y milagros concedidos. Se les atribuye poderes y fuerzas ocultas que protegen de maleficios o robos a las personas que las poseen.

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Los devotos hacen misas cada 8 de noviembre (Foto: Verónica Avendaño)

Algunas Ñatitas pasan de generación en generación. “Toñito” es una ñatita que falleció a los 2 años, hace mucho tiempo atrás. Pertenece a la familia Maldonado. Son 14 años que Toñito vive con ellos; sin embargo, esta calaverita perteneció al padre de familia, Eduardo, desde que éste nació. Conoce a Toñito desde pequeño y así lo conocerán sus hijos de 3 y 4 años.

“Como es un bebé, él juega; los juguetes de mis hijos se mueven y mis hijos juegan con él”, cuenta Eduardo. Tanto para él y su familia el escuchar sonidos extraños o ver sombras en casa es algo completamente normal.

Vivió hace mucho tiempo, parece que ha ido a la guerra”, así describe Angélica Valle a su ñatita militar de nombre Claudio. “Yo no me enfermo, él siempre me está cuidando”, cuenta. Explica además que venera a esta calaverita por las experiencias que ésta le ha dado como hablar con ella en sueños o aparecerse bajo su mesa pidiendo le lleve al cementerio el 8 de noviembre. Su padre se la dio y ella desea dejarlo en manos de sus hijos preservando esta costumbre en su familia.

A cada ñatita se le hace fumar o tomar cerveza, “porque a ellos también les gusta” dicen los devotos. Mientras la banda toca para las ñatitas, cada creyente los adorna con coronas de flores de hortensias, les encienden velas mientras rezan y se persignan al irse.  Es un momento íntimo en el que recibir a los ancestros y charlar con ellos es posible en el mes de los muertos.

 

 

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