El Alto, 08 de mayo (Soledad Mena, El Compadre).- En tres ocasiones estuve a punto de perder la vida en manos del papá de mis hijos,  pero dije basta, me pregunté quién va a cuidar a mis hijos si falto yo”. Tras esa reflexión, Rebeca Cruz rompió la relación con su pareja y su vida cambió  Hoy, ella es la única concejal de pollera y gremial de El Alto y utiliza su testimonio de vida para que las mujeres víctimas de violencia salgan del círculo de violencia.

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La concejal de El Alto Rebeca Cruz

Es una de las mujeres más fuertes que acompaña a la alcaldesa Soledad Chapetón. Tiene metas políticas, pero aun así no dejará de vender en la Feria 16 de Julio.

¿Cómo llegó hacer concejal?

Llegué a este lugar por la violencia, buscaba justicia porque durante 13 años sufrí el maltrato del padre de mis hijos que se dedicaba al alcohol; llegaba a casa luego de tres días a sacarme dinero y sacar cosas de casa. Me salí con mis seis hijos. Mi hijo mayor me decía hasta cuándo te piensas hacer pegar. Yo decía que para mis hijos tengan papá, hay que aguantar y porque la familia dice: ella es separada, y, además, los vecinos comentan.

Pero cuando él llega hasta casi querer quitarme la vida, uno se pregunta: ¿el vecino cuidará de mis hijos?, ¿mi familia cuidará de mis hijos? En tres ocasiones casi pierdo la vida.

¿Qué pasó después?

Pasé un calvario en busca de justicia. Fui al SLIM de mi Distrito, hago la denuncia agarrada de mis hijos,  pero no funciona porque hay que tener abogado, dinero y buena posición hasta para notificar, porque la notificadora te dice: Llévame en taxi.

Esa noche dormí con mis hijos tapada de cartones y con mi pollera. He sufrido mucho para tener justicia, visité muchos lugares y  llegué a La Casa de los Alteños, el programa que conducía “La Sole”, donde socialice mi historia  y pedí ayuda. Allí empecé de nuevo.

Poco a poco se hace la mujer fuerte y dura. Una abogada me dijo: ‘Tú eres la arquitecta de tu vida, no te lamentes de lo que te pasó’. Fue una charla especial, me dio fuerzas. Fui a las reuniones, me hice conocer por la injusticia y me sugieren como candidata. Así llego hasta este lugar.

¿Cambió su vida?

 Sigo vendiendo los días domingos, algunas veces veo a los de la prensa y les saludo. Ellos no me reconocen porque estoy con mi mandil y mi sombrero. Tenemos que ser personas humildes  y sencillas, los cargos son pasajeros.

Me estoy preparando, sigo siendo gremial pero quiero ser profesional, estoy estudiando en Cema, salgo bachiller en junio y luego estudiaré Trabajo Social para ayudar a las mujeres y a los niños.

¿Sufrió discriminación política?

Como concejala y  autoridad veo que aun hay discriminación porque llevas, manta, pollera y sombrero. Yo visto así con mucho orgullo, pero te discriminan porque no saliste del colegio, no tienes profesión y te dicen: La opinión de aquella señora vale como dijo una vez un profesional. Hoy puede decir que mi opinión vale porque yo hago práctica y ellos hacen solo teoría.

Siempre tropiezo con eso, pero yo digo: fuimos electos y mi opinión se respeta. No puedo volver a cometer errores,  uno va haciéndose respetar en las decisiones.

¿Alguna vez la han obstaculizado algún proyecto por vestir pollera?

Tengo una anécdota que me hizo sentir mal. En una comisión no debería haber miramientos o envidia, entre mujeres deberíamos construir cosas y unirnos pero no fue así. Presenté un proyecto que me paso Rosario Aguilar para que la manta y la pollera seaa declarados patrimonios de El Alto, pero una colega dijo que no me correspondía hacer el proyecto, que no correspondía a la comisión.  Yo quería representar a la mujer alteña, pero se truncaron muchas cosas por la envidia entre las mujeres. Por eso pienso que  hay discriminación, que no se ha erradicado totalmente.

También hay machismo. Lo sufrí de parte del concejal Juanito Angulo, quien me acusó de estar paseando. Hice la denuncia pero no procede porque agarró los micrófonos y me pidió disculpas. Pasó que en una vez llegué tarde a una sesión por una entrevista en un medio de comunicación, al volver había congestionamiento y la movilidad se fregó y decidí bajarme para correr y llegar a la sesión. Cuando llegué el concejal Angulo dijo: ¿dónde estará paseando la señora?. Me molestó, porque estas declaraciones salieron en medios de comunicación. La población alteña pensó que yo no estaba haciendo mi trabajo. Fue una molestia y le dije que se disculpe, no quiso hacerlo en su momento, quería  mandarlo a la Comisión de Ética y se disculpó. Sino hacia eso hubiera seguido hablando mal.

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Los concejales Rebeca Cruz (UN) y Juanito Angulo (MAS)

 ¿Qué está fallando de la ley 348?

Falta socializar. Por ejemplo, como gremiales salimos a vender temprano, llegamos  a la casa,  ordenamos y cocinamos, no hay tiempo. Las compañeras no tienen tiempo ni se interiorizan del tema  solo se enteran de la Ley cuando van a hacer la denuncia. No sabemos que un insulto es violencia. Quiero ir a las asociaciones para socializar la ley.

Su caso se conoció a nivel internacional

La verdad es que no fue bueno tener una persona alcohólica a mi lado. Eso marcó la vida y la de mis hijos, de repente ha sido un ejemplo para muchos. Hasta en Perú me hicieron una entrevista, visitaron a mis hijos, les llamó la atención mi vida y les interesó la Ley 348. Vamos a intercambiar ideas y nuestras experiencias, especialmente el caso de la alcaldesa Soledad Chapetón a la que la están trancando por todos lados por ser mujer y por ser opositora.

¿Qué casos de violencia  escuchó y le consternó? 

 Una vez una mujer me contó  que su esposo, el padrastro de su hija, le dijo que ella tenía que irse de su casa porque iba a vivir con tu hija. Fue una situación muy grave, me pregunto en qué mundo estamos viviendo. Otro caso que me llamó la atención  fue el de una niña que llegó embarazada al albergue por una violación que sufrió por su hermano y por su papá; la mamá la culpó y la botó de su casa. No se puede creer, ¿cómo es posible que no le crea a su hija? Las mamás prefieren a sus esposos. ¿En qué mundo estamos viviendo?. Son cosas que uno escucha y llegas a la conclusión de hay cosas más graves que las que me pasó.

¿Cuál es su plan a futuro? ¿Quiere ser alcaldesa?

Claro que uno tiene muchos sueños, una de las aspiraciones puede ser esa, pero creo que ahora hay que sembrar para cosechar. La población dirá dónde voy a ir, y  por qué no puede ser alcaldesa, a mí siempre me han gustado los retos.

 ¿Qué haría si fuera alcaldesa?

Ordenar El Alto. Sentimos impotencia y desde la gestión de la Alcaldesa estamos tratando de contrarrestar las necesidades sobre todo en las unidades educativas, a mí me interesa mucho los niños. Quiero trabajar en una nueva ley del USPA, actualizar la actual para ordenarnos. Quiero ver a la ciudad de El Alto desarrollada con edificios y mejores servicios. Estamos haciendo estudios.

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