Está demostrado científicamente que nos enamoramos de una persona por su olor. La vista es fundamental, pero la química y las feromonas son mucho más fuertes y vuelcan la balanza del corazón hacia esa persona, que para nosotros es única. De hecho, al igual que huellas digitales, cada persona posee un olor muy específico y nuestro olfato es una especie de brújula sexual que hace que tengamos rechazo o total aceptación hacia una mujer u hombre.
Vayamos mucho más allá. También está demostrado que los entornos perfumados, o con ciertos aromas suaves, reducen incluso los errores de ortografía de los trabajadores en las oficinas. Incluso, mejoran la percepción de la calidad del producto, aumentan la intención de compra, el promedio volumen de ventas por unidad y la duración de una visita de los consumidores en una tienda o de plano su permanencia en ella. ¡Hasta condicionan la predisposición de los clientes a pagar un poco más por un producto!
Pero qué es o cómo se define esta situación: se llama el poder de la marca olfativa o branding perfumado.
El desafío radica en generar conexiones emocionales con el consumidor, casi de manera inmediata. El olor de un auto nuevo…una prenda a estrenar, un champú específico, la bufanda o pañuelo del ser amado. Un aroma único puede despertar la memoria de los productos o eventos asociados, incluso hasta nuestra propia infancia. De hecho, nuestra memoria olfativa se extiende a más de 10 mil olores diferentes.
Un maravilloso escritor (Patrick Suskind) escribió un célebre libro “El Perfume” donde narra la historia de un hombre que nace sin olor y, por lo tanto, sufre el rechazo de la gente. Al carecer de un aroma es percibido como inhumano. Entonces, privilegiado además con un super olfato, decide extraer y capturar la esencia de las personas, aquel olor único de una doncella virgen o de una hermosa mujer y predisponer determinadas conductas hacia él como amor, compasión, odio, erotismo, sexo y hasta incluso…canibalismo.
Rescato esta bellísima novela porque, de acuerdo a los expertos que realizaron estudios sobre el branding del aroma, es importante tener en cuenta que al igual que en la marca visual o auditiva, el aroma debe transmitir y respaldar la esencia misma de la marca. Su personalidad de marca, el tono de su voz, su valores y emociones generales que desea asociar con su experiencia de marca.
De hecho, para los expertos en la materia (Laurence Minsky, de la Universidad de Chicago, Columbia) la marca debe traducir su promesa corporativa en un aroma. ¡Menudo desafío!
Es por ello que los expertos, recomiendan de manera ferviente que las marcas deben trabajar con un perfumista, para crear aquel aroma característico de la marca ya que, a juicio del experto, el desarrollo y la difusión del olor característico es un arte y una ciencia. Es decir, se necesita la combinación entre un estratega de fragancias que interprete una marca a través del lente olfativo y la creatividad de un perfumista especializado para crear la composición correcta.
Para una sensación de limpieza y orden, por ejemplo, se pueden usar cítricos verdes, o provocar una sensación de dinamismo y energía a través de aromas un poco picantes. Pero siempre debe sujetarse de una estrategia de marca y un experto perfumista.
Así que amigo lector, no basta con estar bien peinado, debidamente bien vestido, o lucir ese hermoso vestido rojo, ahora es necesario oler bien, pero recuerde, si se vacía el pote de perfume encima y para colmo con una fragancia que no es para usted, lo más probable es que no se le acerque ni la estampita de nuestra mamita de Cotoca.
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