14 de diciembre (Laura Millan Lombrana, de Bloomberg).- Un pequeño ejército de trabajadores de ciudades y pueblos de Bolivia aborda los autobuses para el último tramo de un viaje que puede durar días. Los caminos de tierra serpenteantes y llenos de baches, el aire delgado a gran altura y la difícil tarea de llevar mano de obra a la cegadora blanca llanura del salar más grande del mundo, se interponen entre quienes sueñan con extraer las riquezas de litio de Bolivia y convertirlas en baterías para automóviles eléctricos.
Estos trabajadores pasarán dos semanas en el salar de Uyuni, en el extremo sur de Bolivia, antes de regresar a casa para un descanso de siete días. Están intentando construir una mina de litio de clase mundial en la cima de las montañas de los Andes, a unos 12.000 pies (3.600 metros) sobre el nivel del mar en el corazón de Bolivia. El puerto más cercano está a al menos 500 kilómetros y al otro lado de la frontera.
Desde arriba, esta vasta área parece tan blanca que se confunde con una gigantesca llanura nevada. La sal se cristaliza en la estación seca, formando millones de hexágonos con apariencia de baldosa que abarcan un área tan grande como el estado de Connecticut. Durante la estación húmeda, está cubierta por una delgada capa de agua que forma un espejo gigante, que refleja el cielo con tanta claridad que la línea del horizonte desaparece. El efecto visual atrae a miles de visitantes y al Rally Dakar cada año, lo que lo convierte en el principal
destino turístico de Bolivia.
Sacar el litio será mucho más difícil que traer turistas. La mayoría de los observadores tienen dudas respecto de si el litio de Bolivia soportará alguna vez a una operación minera comercial. Sin embargo, el gobierno está ansioso por aprovechar el hambre global de un mineral esencial para alimentar automóviles eléctricos y producir baterías de almacenamiento. La ambición es transformar finalmente a Bolivia en un fabricante de baterías recargables para los autos totalmente eléctricos de Tesla Inc. y los casi 300 modelos de vehículos eléctricos que se espera que lleguen al mercado para el año 2022, según Bloomberg NEF.
"Bolivia será un actor relevante en el mercado global de litio dentro de cuatro o cinco años", dijo Juan Carlos Montenegro, gerente general de la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos, o YLB. "Y no planeamos detenernos allí".
El gobierno boliviano, el régimen populista más antiguo de América del Sur, ha prometido convertirse en un actor en el mercado del mineral y de las baterías utilizando principalmente a sus propios ingenieros. Su planta piloto en Uyuni ha producido cerca de 250 toneladas de carbonato de litio este año y YLB dijo que puede llevar la producción a 150.000 toneladas dentro de cinco años. Esto convertiría a Bolivia en una de las naciones con mayor producción y la fuente de aproximadamente el 20 por ciento del litio del mundo para 2022, según las proyecciones de Bloomberg NEF.
Pero el país también necesita la ayuda de las pocas empresas extranjeras que no se desaniman ante la posibilidad de extraer litio de uno de los lugares más remotos del planeta. Y parece que hay al menos una dispuesta a correr ese riesgo. ACI Systems GmbH de Alemania.
Esta empresa no tiene experiencia previa en extracción minera. Con sede en Zimmern ob Rottweil, un pueblo rural en el corazón de la Selva Negra de Alemania, la compañía es una subsidiaria de ACI Group, que brinda apoyo de gestión de proyectos a las industrias fotovoltaica, de baterías y automotriz. ACI Systems Alemania emplea solo a 20 personas y fue creada únicamente para enfocarse en la construcción de una mina de litio en Bolivia. Su máximo ejecutivo, Wolfgang Schmutz, está apostando a que tendrá éxito en una nación empobrecida que ha frustrado a una larga lista de empresas de litio de élite.
“Conozco Bolivia. "Yo y otros en la compañía tenemos relaciones personales con el país", dijo Schmutz en una entrevista telefónica. “Hasta ahora hemos hecho todo lo que hemos prometido. Hay una relación de confianza que queremos seguir desarrollando”.
ACI firmó recientemente un acuerdo con el presidente de Bolivia, Evo Morales, para construir una operación de litio de US$250 millones, el primer paso hacia la fabricación de cátodos y baterías en Bolivia. Se espera que el acuerdo se formalice este mes en una empresa conjunta 49-51 con YLB. La empresa alemana aún no ha obtenido financiamiento para el proyecto.
"Bolivia no alberga a ningún productor de cátodos establecido", dijo Andrew Miller, analista senior de Benchmark Mineral Intelligence. "Enfrentan obstáculos importantes para producir litio, ni qué decir del desarrollo de una industria posterior para cátodos de baterías".
La razón para intentarlo es clara: se espera que la demanda de litio aumente más del doble para 2025. El mineral suave y ligero se extrae principalmente en Australia, Chile y Argentina.
Bolivia tiene mucho –9 millones de toneladas que nunca se han explotado comercialmente, la segunda mayor cantidad en el mundo– pero hasta ahora no ha habido una forma práctica de extraerlo y venderlo.
Llevar la oferta de Bolivia al mercado ayudaría a las mineras de litio que hasta ahora han tenido dificultad para satisfacer la demanda mundial. Los principales productores –FMC Corp. y Albemarle Corp. en Estados Unidos, SQM en Chile y Tianqi Lithium Corp. en China– están invirtiendo miles de millones para expandir sus operaciones existentes. Incluso los más
experimentados están sufriendo contratiempos: SQM ha reportado retrasos y dificultades inesperadas para expandirse en Chile y Albemarle informó paralizaciones en sus operaciones en Chile, China y Australia por diferentes motivos durante el tercer trimestre.
En el pasado, FMC y el gigante fabricante de acero de Corea del Sur, POSCO, intentaron firmar acuerdos con el gobierno de Morales que habría establecido operaciones de litio en Uyuni. Esos intentos fracasaron, las conversaciones se estancaron y los inversores se enfrentaron a la incertidumbre o a las demandas gubernamentales irrazonables.
La nación más pobre de América Latina ha tenido al menos 27 diferentes presidentes y juntas militares en las últimas cinco décadas. El presidente Morales, elegido en 2006, es el líder del país con más años de servicio y el último de una generación de izquierdistas, incluido el venezolano Hugo Chávez, que llegó al poder prometiendo justicia social.
Morales nacionalizó los hidrocarburos, la principal fuente de ingresos de Bolivia, así como la red eléctrica y las telecomunicaciones. Prometió “industrializar el país con dignidad y soberanía”, asegurando que las empresas extranjeras no explotarían el litio en bruto, sino que éste sería procesado por entidades controladas por el estado en Bolivia y transformado en baterías. Morales dijo una vez que quería ver "un Toyota activado por litio fabricado en Bolivia".
"Bolivia es francamente muy arriesgada en relación con otras partes del mundo para la inversión de litio", dijo Chris Berry, analista y fundador de la firma de investigación House Mountain Partners LLC. "Los inversores están preocupados por el rendimiento sobre el capital y el rendimiento del capital".
En América del Sur, el litio se encuentra mezclado en un lodo salado debajo de las salinas en lo alto de las montañas. Para extraerlo, los mineros bombean la salmuera en estanques masivos, donde se la deja evaporar durante meses. Este líquido concentrado se transforma en plantas químicas industriales de procesamiento, donde se lo convierte en carbonato de litio o hidróxido de litio. Fabricantes gigantes de baterías como Samsung SDI y Panasonic tornan estos productos en baterías recargables que se utilizan en vehículos eléctricos.
ACI no tiene antecedentes en relación con salmueras o la fabricación de piezas de baterías. Pero tiene metas muy optimistas en Bolivia.
El acuerdo de la compañía alemana con YLB requiere una inversión inicial de US$250 millones para construir una planta de procesamiento de litio en Uyuni, con una producción que comenzará en 2021 y alcanzará una capacidad total de hasta 40.000 toneladas de hidróxido de litio por año para fines de 2022, aproximadamente el doble de la capacidad que tiene FMC, el cuarto productor mundial, en sus operaciones en Argentina.
Para lograr esta hazaña, ACI se basará en una tecnología nueva y no probada de otra empresa alemana, K-UTEC AG Salt Technologies, que cree que acelerará el proceso al producir hidróxido de litio directamente a partir de la salmuera. La salmuera que se encuentra en Uyuni tiene altos niveles de magnesio, lo que hace que su litio sea menos puro y más caro de producir que el de las salinas vecinas en Chile y Argentina.
"Hay demasiados cabos sueltos y mucho secreto por parte del gobierno", dijo Juan Carlos Zuleta, profesor boliviano y analista de litio. "ACI Systems no tiene la capacidad técnica ni financiera para enfrentar un desafío de esta magnitud".
En las próximas semanas, YLB también comenzará a construir una planta industrial de $96 millones con capacidad para producir hasta 18,000 toneladas de carbonato de litio para principios de 2020, dijo Montenegro. Dijo que la empresa estatal ya ha visto el interés de compañías, principalmente para atender el mercado chino de baterías, para firmar contratos de suministro de varios años una vez que la planta comience a operar.
Pero extraer litio de salmuera no es fácil, y tampoco lo es fabricar un producto con la composición química que los fabricantes de baterías demandan a un costo competitivo. Como los principales fabricantes del mundo ya están aumentando la producción, Bolivia y el esfuerzo de ACI para producir litio podrían haber comenzado demasiado tarde.
"Producir litio a un cierto nivel de pureza para la producción de cátodos puede llevar mucho tiempo", dijo Berry. "Para que este proyecto llegue a donde están otros jugadores a nivel mundial, se van a necesitar años".
Los intentos anteriores de explotar los recursos de litio de Bolivia con compañías como Mitsubishi Corp. y Sumitomo Corp. "hasta ahora no se han materializado", dijo HSBC Holdings Plc en un informe enviado por correo electrónico el lunes. "Sin embargo, el aumento en la demanda de litio, los contratos de suministro a largo plazo, la confianza en la política gubernamental y los precios atractivos ahora podrían motivar la inversión en proyectos de litio".
Los precios del litio alcanzaron niveles históricos a principios de este año, ya que el carbonato de litio de Sudamérica se vendió a un promedio de US$15.700 por tonelada en mayo y junio antes de que los precios cayeran a alrededor de US$$14.375 por tonelada en octubre, según Benchmark Mineral Intelligence. Berry espera que los precios del litio se estabilicen en alrededor de US$12.000 por tonelada, lo que dejaría a casi un tercio de los proyectos
actualmente en tramitación fuera de la curva de costos. La gran apuesta de Bolivia sería, en el mejor de los casos, marginal.
La dinámica del mercado podría no ser tan importante para el gobierno boliviano, que considera la industrialización del litio como el próximo paso después de la nacionalización de la minería y los hidrocarburos. "Estoy seguro de que el litio será como un seguro en el aspecto económico y político para contribuir al desarrollo libre y soberano de nuestra querida Bolivia", dijo Morales en agosto.
El país celebrará elecciones presidenciales el próximo año, y se espera que el gobierno de Morales haga un esfuerzo para cerrar el acuerdo de litio de antemano, luego de un fuerte golpe en la Corte Internacional de Justicia en un caso relacionado con la disputa de Bolivia por el acceso marítimo a Chile.
"En Bolivia tenemos un gobierno que sólo ha estado vendiendo ilusiones, contando cuentos de hadas y ahora tiene prisa por demostrar que hizo un muy buen trabajo y que el litio avanza a un ritmo constante", dijo Zuleta. "No está interesado en si el país gana o pierde, está interesado en permanecer en el poder"
* Versión en español del artículo original titulado “Bolivia’s Almost Impossible Lithium Dream” publicado por Bloomberg en fecha 3 de diciembre de 2018. Véase: https://www.bloomberg.com/news/features/2018-12-03/bolivia-s-almost-impossible-lithium-dream.
////