La Paz, 22 de diciembre (Urgentebo-El Clarín) - Para Gonzalo Martínez, los últimos 14 días seguramente fueron un viaje en una montaña rusa de emociones: la inolvidable victoria en la final de la Copa Libertadores frente a Boca en Madrid (con un gol incluido), el anuncio de su partida a Atlanta United, el penal fallado en la semifinal del Mundial de Clubes ante Al Ain y el punto final a su paso por River con dos tantos.
Al Pity le tocó arrancar el partido por el tercer puesto frente a Kashima Antlers en el banco, como a otros seis futbolistas que el martes habían sido titulares en la derrota en la semifinal. Recién a los 24 minutos del segundo tiempo pudo pisar el césped del Sheikh Zayed Stadium de Abu Dhabi: ingresó por el uruguayo Nicolás De la Cruz
Ese ratito en cancha le fue más que suficiente para regalar a los hinchas que llegaron hasta el Golfo Pérsico sus últimas pinceladas de fútbol y sus últimos dos gritos con la camiseta de la banda roja en el pecho.
El primero, con un remate de zurda al ángulo derecho del arco de los japoneses, tras una asistencia del juvenil Julián Álvarez. El segundo, ya en tiempo agregado, con un sutil toque por encima de la cabeza del guardavallaHitoshi Sogahata y con dedicatoria para su hija Pilar.
“Estoy muy agradecido a este club. Me ha dado la oportunidad de crecer como persona y como futbolista. Creo que he devuelto dentro de la cancha lo que me ha dado”, aseguró el mendocino, emocionado, tras el final del encuentro, mientras desde una de las tribunas del estadio bajaba una ovación para él.
El próximo paso en la carrera del ex jugador de Huracán, de 25 años, será en Estados Unidos: se incorporará a Atlanta United, vigente campeón de la Major League Soccer, que desembolsó 15 millones de dólares para conseguir su ficha.
En su nuevo club, que todavía no tiene entrenador después de la partida de Gerardo Martino, el Pity tendrá cinco compañeros argentinos: Ezequiel Barco, Héctor Villalba, Leandro González Pirez, Eric Remedi y Franco Escobar.