La Paz, 11 de febrero (Urgentebo).- Con el fin de eludir el control de la Autoridad de Fiscalización del Juego (AJ), los administradores de los juegos de azar clandestinos alquilan casas grandes con jardines ubicadas en sitios concurridos de las ciudades capitales y que, por su apariencia, no son centros ilegales de diversión.
“Son actividades que no puedan determinarse en una visita o recorrido cuando se hace en una zona, lo que están haciendo es alquilar casas grandes con jardines”, advirtió Jessica Saravia, directora de la AJ.
Por ejemplo, el primero de febrero, la AJ identificó una casa grande con jardín, ubicada entre las calles 31 y 32 de Achumani, donde se desarrollaban de manera clandestina juegos al zar. Los jugadores ingresaban al lugar en sus vehículos particulares.
En la ciudad de Cochabamba, los administradores de las casas de juego de azar brindan “servicios de transporte”, es decir que recogen a los jugadores de un cierto lugar para trasladarlos hasta las dichosos centros de juego. Los vehículos ingresan hasta el jardín y garaje para no ser descubiertos.
“Los dueños de las casas se han ido dando modos para evitar los controles, permiten el ingreso de los vehículos hasta al garaje, hasta dentro de la casa”, dijo Saravia, quien lamenta que estas actividades generen adicción en los jugadores.
Estas casas clandestinas no necesariamente están ubicadas en sitios alejados de las ciudades capitales. En la ciudad de Oruro se encontró una casa clandestina de juegos al azar ubicada a dos cuadras del Comando del Policía. En Cochabamba se identificó una casa de juego al azar próximo a la universidad Mayor de San Simón.
Los administradores de las casas de juegos al azar también usan las redes sociales para captar a los jugadores, sobre todo usan el whatsapp. Crearon grupos de jugadores que son convocados a ciertas horas y días acordados.
La Directora de la AJ dijo que el uso de las redes sociales implica dos cosas, uno que estos grupos de jugadores son grupos muy cerrados, porque solo invitan a personas conocidas. El otro es que generador de recursos. Los organizadores piden anticipadamente el depósito de un cierto monto de dinero en una cuenta particular, que es boleto de pase para entrar a jugar.
Para la comodidad de las personas, los administradores habilitaron cuartos privados en la parte superior del inmueble donde las y los jugadores pueden quedarse a dormir, incluso con sus familias. Las habitaciones son habilitadas sobre todo en épocas de campeonatos.
Jugadores, dinero y trata
La mayoría de las personas que encontraron en las casas clandestinas de juegos al azar, fueron mujeres de la tercera edad que prefieren las máquinas de juego. Los juegos de mesa son preferidos por los varones desde los 29 años de edad.
En el último operativo que se desarrolló en la ciudad de La Paz, el primero de febrero, encontraron llaves de vehículos y documentos de bienes inmuebles. En Santa Cruz confiscaron máquinas y salas de una casa clandestina de juegos al azar, y 80 mil bolivianos.
“Se genera un movimiento económico fuerte, muchas de las personas administradoras viven de estos juegos. Los administradores deben establecer de donde vienen estos montos de dinero”, advirtió Saravia.
Los administradores de estas actividades económicas cometen dos tipos de delitos: enriquecimiento ilícito de particulares con afectación al Estado y legitimación de ganancias ilícitas, porque se desconoce el procedimiento del dinero que se encuentra.
También hay denuncian de que los administradores captan a muchachas jóvenes para que trabajen como asistentes de los jugadores y encargadas de repartir fichas. En medio de todo no falta las bebidas alcohólicas, ni la comida y el piqueo a ciertas horas.
Ellos también se van renovando. Mucha gente se ha quedado con la imagen de las máquinas de juego, pero en los últimos operativos de control se ha encontrado computadoras instaladas en red y servidores de internet.
En enero de este año, la AJ intervino 11 lugares de juegos al azar; incautó 226 máquinas y mesas. Y cuatro personas fueron enviadas a la cárcel con detención preventiva, por determinación de los jueces.