Diciembre 01, 2024 -H-

El carnaval la fiesta de la fertilidad y la cosecha

Los hombres se vestían de ch’utas con sus pantalones acampanados, chalecos, sombrero y máscara. Se acercaban a las cholitas en plan de conquista, con bromas hechas en voz falsete.


Viernes 21 de Febrero de 2020, 3:30pm






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21 de febrero (Urgente.bo).- Con su chaquetilla de gamuza, pollera corta con muchas enaguas para que cuando de  vueltas al son de la banda parezca una flor, así es como se vestía Natividad Condori para bailar en la fiesta del carnaval en su comunidad.

Para las mujeres en el área rural, el disfraz para bailar en carnavales es muy importante. Son los días en que las jóvenes lucen sus mejores trajes, sus trenzas (grandes y gruesas) sus aretes y prendedores de oro y plata, “aunque ahora ya no pueden usarlos porque estamos al acecho de los ladrones”, dijo Natividad.

Bailaban tres días: sábado, domingo y lunes, el martes se dedicaban a ch’allar sus casas y lo hacían en la madrugada, (desde las cuatro de la mañana). La acostumbre era arrojar con fuerza frutas y confites al techo para que el vecino escuche.

“Mi suegra arrojaba al techo durazno, flores y confites grandes, los vecinos tenían que escuchar la ch’alla. Ahora se ch’alla después de las siete y a veces en la tarde”, dijo al evocar la fiesta del pasado.

Los hombres se vestían de ch’utas con sus pantalones acampanados, chalecos, sombrero y máscara. Se acercaban a las cholitas en plan de conquista, con bromas hechas en voz falsete.

El antropólogo Milton Eizaguirre explica que el carnaval en el área rural es más trascendental porque se relaciona con la abundancia y la fertilidad.

“En el carnaval se dejan de tocar los instrumentos musicales denominado pinkillos, cuyas primeras interpretaciones se dan en el tiempo de difuntos con un instrumento muy peculiar llamado alma pinkillo, y se tocan otros como tarkas, tokoros y mohoceños. Es el juego (anata) por los productos recibidos de la tierra”.

En el área rural se celebra el Jisk’a Anata y el Jach’a Anata. El Jisk’a Anata es una fiesta de carácter más familiar, mientras que el  Jach’a Anata es a nivel comunal, cuando las personas salen a bailar a la plaza central de los pueblos.

Antes se hacía la fiesta de las “caj’chuas”  que  era para establecer vínculos matrimoniales entre jovenes listos para iniciar esa etapa de la vida. Por esos se dice que las mujeres que daba luz a su “wawa” por noviembre era resultado de su relación con el pepino. Más allá de la ironía, era el resultado de la formación de la pareja que se formaban en carnavales.

Teresa Echeverría es oriunda del municipio de Quime (La Paz). Ella cuenta cómo en esa región habían dos grupos, las abajeñas y arribeñas, es decir las solteras y casadas, que bailaban formaban parejas al son de la moseñada. Ella conoció así a su pareja.  

“Antes era alegre y sano la fiesta de carnavales, ahora ha cambiado mucho”, señaló.

En las provincias Aroma, Manko Kapac u Omasuyos, para el 2 de febrero se realiza la fiesta de la primera cosecha. Se escarban las papas denominadas mama ispallas, que son semillas pequeñas que denotan la abundancia o pobreza de los productos cultivados.

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Comadres, una costumbre en tarijeña

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