23 de agosto (Urgente.bo).- Además de los estragos que la COVID-19 puede dejar en el cuerpo, algunos pacientes que han superado la enfermedad están notando una pérdida de cabello, y aunque parecería no haber ninguna relación entre la enfermedad respiratoria y la caída del pelo, expertos revelan la razón.
La doctora Esther Freeman dijo a Today que hay un incremento en el número de personas que experimentan pérdida de cabello durante su recuperación, tomando en cuenta información de una base de datos de 1.000 casos en 38 países.
Este tipo de alopecia se conoce como efluvio telógeno y es causado por el estrés físico o emocional. Es una muda de cabello temporal que puede durar hasta ocho meses, pero en ocasiones se vuelve un problema crónico.
“Después de experimentar estrés fisiológico, hay una condición que afecta el ciclo de crecimiento de los folículos capilares. Se llama efluvio telógeno y se puede ver después de muchos tipos diferentes de enfermedades, incluidas la malaria y la tuberculosis”, señaló el doctor Amesh A. Adalja al sitio Health.
El efluvio telógeno se manifiesta generalmente tres meses después del episodio de estrés y afecta tanto a hombres como a mujeres.
El estrés que provoca esta alopecia puede ser causado por una enfermedad grave, así como por procedimientos quirúrgicos y otros tipos de detonantes, como la pérdida de un ser querido. “No estamos hablando del estrés regular diario”, dijo el dermatólogo Angelo Landriscina.
La pérdida normal de cabello se ubica entre 50 y 100 cabellos diarios, pero un número superior puede llevar a un diagnóstico de efluvio telógeno.
Aunque no hay evidencia de que el coronavirus en específico detone una caída anormal de cabello, cualquier enfermedad grave puede genera este tipo de alopecia, por lo que el COVID-19 entra dentro de esta categoría.
“Muchas personas con COVID-19 se enferman gravemente con fiebre alta y otros síntomas, que sabemos que pueden estar relacionados con el efluvio telógeno. Sabemos que la hormona del estrés, el cortisol, se libera a niveles más altos durante una enfermedad grave, y también sabemos que el cortisol puede afectar las estructuras del cabello”, aseguró Landriscina.
No solo el estrés fisiológico provocado por la enfermedad puede causar efluvio telógeno, sino también el estrés psicológico derivado de la pandemia, con temas relacionados a las finanzas, la muerte de seres queridos y el cuidado de los hijos.
Esta condición es reversible y las personas pueden notar el crecimiento de cabello nuevo después de haber padecido este tipo de alopecia. (Telemundo)