La Paz, 02 de noviembre (Urgentebo.com con fotos de Luis Gandarillas).- Las calles y avenidas de la ciudad prácticamente enmudecieron, la música suena allá donde habitualmente el silencia reina. Las amenas conversaciones ocurren allí donde, cotidianamente, abundan el llanto y el desconsuelo. Es Día de los Difuntos, las necrópolis de La Paz y El Alto abrieron sus puertas para que los vivos disfruten con los suyos, con quienes al mediodía volvieron a irse.
Ha sido un día de derroche de placeres y virtudes humanas en aquellos sitios donde cada momento las emociones arrugan el corazón. Hoy no. Hoy los corazones se abre y hasta los más duros se hacen solidarios.
Desde muy temprano, la familia de Rosa preparó las canastas de panes, las bolsas de frutas, las cañas de azúcar para llevar hasta el Cementerio. Y como la jornada no iba a ser corta, había que llevar pequeñas banquetas, sombreros y refresco para el día caluroso. Allí al mediodía, ella sirvió el plato paceño que disfrutaba su pareja, la gelatina favorita de su primogénito.
Como ella y su familia, miles de personas echaron llave a la puerta de la casa para visitar al pariente, amigo o compadre que yace bajo tierra o en algún nicho de los cementerios que existen en La Paz y El Alto.
div class="media media-element-container media-default">Otros no fueron al cementerio. Otros se juntaron en la casa, entre amigos y familiares para escuchar esas canciones favoritos que escuchaba papá, o para hacer un salud, como lo hacía el "brother" que hoy ya no está. Y así pasó el día con brindis, mientras las ruidosas calles se resignaban a la monotonia de una tranquila tarde.
No es un día de tristeza; por el contrario, es de reencuentro y de emociones. Así, los niños, jóvenes y adultos “reziris” cosechan panes, frutas y refrescos por una buena oración para el alma que se volvió a ir al mediodía de este 2 de noviembre.
Así, en el Cementerio General, en el campo santo La Llamita, en el de Alto Irpavi, villa Ingenio, Tarapacá, se oyeron diferentes ritmos, se soltaron carcajadas y se habló muy bien de quienes en un año volverán a visitarnos. Así fue el Despacho de las Almas, así con mucha alegría hasta antes de que el sol se vaya, pues entonces, habrá que volver a casa para descansar y volver a la rutina de los vivos.