La Paz, 13 de diciembre (Urgente.bo).- Mario (nombre convencional) tiene 24 años. Se enteró de que es seropositivo hace 5 años cuando se hizo el examen  médico de rigor para entrar al cuartel el 2016; al año siguiente, el Ministerio de Defensa eliminó este requisito, pero él dice que si no se lo hubieran pedido quizás no se habría hecho la prueba y estaría ignorando que tiene el VIH, debido a “debut de aventura”. Lastimosamente a sus 18 años tuvo contacto con su novia a quien también contagió. 

Al igual que Mario, en Bolivia el 30% de las personas que tiene el VIH, no lo sabe y la consecuencia que ellos son portadores que transmiten el virus que hasta ahora no tiene cura.

"Se hizo la prueba por joda"

Josué (nombre ficticio) tiene 41 años y confiesa que se hizo la prueba por “joda”,  en una campaña  de detección. Él es una de las muchas personas que vive con VIH, aunque no sabe cómo se contagió. Supone que fue por vía sexual y se enteró de que es positivo en una campaña.

“No es porque me haya enfermado o me haya puesto mal, sino por curiosidad, pero nunca me había imaginado dar positivo”, explica.

Al principio Josué sobrellevó solo la realidad de que es positivo. Fue muy complicado y sorpresivo, pero recibió el apoyo de profesionales como psicólogos y de las PVV (Personas viviendo con VIH), con ellos entendió que la vida continúa.

Contagios más temprano

Según el Centro Regional de Vigilancia, Información y Referencia en ITS/VIH-SIDA y HV, el 30% de las personas no sabe que está infectada por el VIH. Más de la mitad de las nuevas infecciones se producen en este grupo de población no diagnosticada, por lo que son responsables de las nuevas transmisiones.

Los especialistas explican que actualmente hay muchas personas que viven con este virus, pero que mayormente se concentra en la población joven, entre quienes tienen de 15 a 34 años, aunque también existen casos de menores de 14 años que llevan el VIH.

Esto se debe a que en muchos casos los jóvenes inician su actividad sexual a más temprana edad, desconociendo a los riesgos que se exponen y lo peor es que, como no acceden a la prueba, continúan propagando el virus.

“Los jóvenes y adolescentes no pueden realizar una prueba de VIH sin la autorización de sus padres, por esto muchos no saben que pueden detectar el virus a tiempo. Es importante que el Estado defina estrategias de prevención”, señaló Virginia Ilaquita, la directora de La Red Nacional de personas viviendo con VIH.

Muchos no saben que son portadores del virus, como Josué quien nos comenta que antes de su primer diagnóstico tuvo dos parejas sexuales.  “Yo les avisé sobre mi diagnóstico después de haberme realizado (...) Una de las personas lo tomó tranquilo y otra se molestó, se distanció, cuando se hicieron la prueba, ellos dieron negativo”, dijo

Sin embargo no es el caso de muchas personas que no lo cuentan por miedo a ser juzgados o discriminados. “Creo que debemos ponernos en el zapato de los demás, se ha juzgado a las personas que viven con VIH, piensan mal de nosotros, pero la realidad es diferente, debemos informarnos”, confesó Josué.

 

Cifras en Bolivia

El virus llegó a Bolivia en 1984, hace 37 años, y a la fecha hay 31.940 personas que adquirieron el virus de la inmunodeficiencia humana - síndrome de inmunodeficiencia adquirida (VIH/SIDA). Los datos permiten afirmar que cada día hay dos contagios.

Según el informe del Programa Nacional de Enfermedades Infecto Contagiosas, la distribución de casos por departamentos revela que el 85% de las 31.940 personas que adquirieron el virus vive en el eje central del país.

La distribución es la siguiente Santa Cruz tiene el 44%; La Paz el 22% y Cochabamba el 19%. En otras palabras, el 15% del total se distribuye en los restantes seis departamentos.

Carencias durante la pandemia

Según la directora de la Red Nacional de personas viviendo con VIH, durante la pandemia, la situación de las personas con VIH en Bolivia fue muy difícil, por dos razones.

Durante el tiempo de confinamiento sufrieron graves problemas económicos en esta población ya que muchos de ellos viven del comercio informal. Además, el  el acceso al tratamiento también fue muy complicado, porque el gobierno se enfocó más en el coronavirus  y en las personas con enfermedad de base o embarazadas.

Las autoridades de salud las marginaron, no consideraron que son una población vulnerable.

“Los ideal es ser indetectable, y mejor si se hace una detección temprana, sin embargo durante la pandemia muchas personas no han logrado acceder a la atención y durante la cuarentena se emparejaron sin saber que eran portadores. En otros casos no tuvieron acceso al tratamiento oportuno médico, lo que deterioró la salud de muchos pacientes”, dijo Ilaquita.

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