La tradición católica nos lleva a celebrar este 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Jesús. Nos han enseñado que María dio a luz en un pesebre en una humilde casa de Belén, hasta donde llegaron los Reyes Magos para inclinarse ante quien sería el Salvador. Sin embargo, ¿es preciso el dato de que nació un 25 de diciembre?
El nuevo testamento de la Biblia no ofrece datos precisos sobre el nacimiento de Cristo, porque los apóstoles que escribieron los libros lo hicieron mucho después de la muerte de Jesús y porque en primera etapa estaban concentrados en la llegada inminente del Mesías. Por eso, los datos que se ofrecen son vagos, como el que cita el Evangelio de Lucas 2.1-3: “En aquella época apareció un decreto del emperador Augusto, donde ordenaba que se realizara un censo en todo el mundo. El primero tuvo lugar cuando Quirino gobernaba Siria. Y cada uno iba a inscribirse a su ciudad de origen…”. La mayoría de historiadores sostiene que Lucas cometió un error al hacer coincidir el censo de Quirino, que tuvo lugar durante el año 6 d.C., y los hechos que rodearon al nacimiento de Jesús.
¿EN QUÉ AÑO NACIÓ JESÚS?
Mateo y Lucas fechan su nacimiento “en los días de Herodes el grande”. Este fue rey vasallo de Roma, entre los años 37 y 4 a.C., y, según los evangelios, reinó todavía uno o dos años en vida de Jesús, que por lo tanto habría nacido el año 5 o 6 a.C.
Sin embargo, el mismo Lucas señala que en el año de su nacimiento, el emperador Augusto ordenó realizar un censo de la población, del cual se encargó el gobernador de Siria, Publio Sulpicio Quirino. Pero el historiador Flavio Josefo sitúa este censo 37 años después de la batalla de Actium -que enfrentó a Octavio, el futuro Augusto, contra Marco Antonio y Cleopatra-, es decir, en el año 6 o 7 d.C. Además, aunque Judea fuera un reino vasallo, seguía siendo gobernado por una dinastía autónoma y los súbditos pagaban sus tributos a su rey, no al emperador romano: sólo cuando se convirtió efectivamente en provincia romana en el 6 d.C. habría tenido sentido realizar tal censo.
Por lo tanto, entre los dos anclajes cronológicos que se dan para el nacimiento de Jesús, hay como mínimo una diferencia de diez años. Ateniéndonos al registro de Flavio Josefo y a las repetidas menciones al rey Herodes, es más seguro tomar como referencia válida la que señala el nacimiento en vida de este rey y, por lo tanto, situarlo alrededor del año 6 a.C.
Lucas da otro dato en su Evangelio en el Cap. 2, 8-20: “Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor…”
Si prestamos atención a este texto, podemos leer que los pastores “velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño…” En diciembre no se llevaban las ovejas a pastar por los pocos prados de Palestina, muy por el contrario, se guardaban en cuevas para resguardarlas del frí o y la nieve. Esto implica que debemos ubicar el nacimiento de Jesús entre la primavera y el verano del hemisferio norte. Y hay que considerar que el 25 de diciembre es solsticio de invierno en Europa.
¿POR QUÉ EL 25 DE DICIEMBRE?
La temporada de invierno, que era fatal para aquellas épocas, el 25 de diciembre fue considerado como día del solsticio de invierno, cuando Julio César introdujo su calendario en el año 45 a. C. Y en esa fecha los romanos celebraban el 25 de diciembre como la fiesta del “natalis solis invicti” o nacimiento del sol invicto, festividad asociada al nacimiento de Apolo.
Pero días antes de la gran fiesta del Sol, el pueblo romano festejaba las “saturnalias”, introducida alrededor del año 217 a. C. Los romanos asociaban a Saturno como un dios agrícola protector de los sembrados. En estas fiestas se decoraban las casas con plantas y se encendían velas y lámparas de aceite con el fin de honrar a Saturno y el comienzo del fin del invierno.
La gran fiesta empezaba la noche del 24 de diciembre en la que las familias se reunían con otras para cenar, donde se lucían las mejores galas y se ofrecían ricos manjares, ya que era la víspera de la fiesta del Sol invicto.
Por su parte, los germanos y escandinavos celebraban el 26 de diciembre el nacimiento de Frey, dios nórdico del Sol naciente, la lluvia y la fertilidad. En esas fiestas adornaban un árbol de hoja perenne que representaba al Yggdrasil o árbol del universo.
En ese contexto, se debe considerar que en el inicio y el desarrollo del cristianismo, la fiesta más celebrada por los fieles es la Pascua, no Navidad. La fecha más importante de la vida de Cristo y también de los santos y mártires no era la del nacimiento, sino la de su muerte y resurrección de Jesús, el punto focal de la fe. Acá en Bolivia es la Semana Santa.
Sin embargo, también hay que considerar que en algunos lugares del cristianismo comenzaba a tener una importante presencia había una celebración en fechas muy diversas acerca del nacimiento de Jesús. En San Ireneo ni en la lista de las festividades litúrgicas de Tertuliano figura la celebración de la Navidad.
Así, el papa Julio I pidió en el año 350 que el nacimiento de Cristo se festejara en la misma fecha del “natalis Solis invicti” , ya que es Jesús el “Sol de justicia que alumbrará al mundo con su resplandor” y los cristianos de Roma seguían conmemorando las saturnales y la fiesta del Sol, pero ahora con la inculturación al cristianismo.
Finalmente, el papa Liberio decreta este día como el nacimiento de Jesús de Nazaret en el año 354. Y la primera mención de una comida de Navidad el 25 de diciembre es en Constantinopla, en el año 379, bajo el mando de Gregorio Nacianceno, alrededor del año 380/382.
En otras palabras, lo que ocurrió fue la cristianización de las festividades de las Saturnales y del Sol. Desde el año 353 la razón de la consagración fue ahora Jesús. Pero las formas siguieron siendo las mismas. Comidas, bailes, regalos, luces, adornos…
TRAS EL NACIMIENTO DE JESÚS, VIENE EL AÑO I
En 532 d.C., Dionisio el Exiguo, un monje de origen sirio que vivía en un convento de Roma, matemático y teólogo, fue el creador del cálculo de la era cristiana o Anno Domini (‘año del Señor’) para calcular la fecha de la Pascua, en sustitución de la anterior era diocleciana.
Tras profundos estudios de la Biblia y de las fuentes históricas, Dionisio llegó a la conclusión de que Jesucristo había nacido el 25 de diciembre del año 754 AC., y propuso que dicho año fuera llamado 1 A.D., es decir, el año 1 del Señor. El clero difundió rápidamente este sistema de datación, si bien su introducción oficial tuvo lugar en épocas muy distintas en cada país.
Sin embargo, la fecha propuesta por Dionisio, basada en criterios astronómicos, no encajaba con las consideraciones históricas sobre las fechas de reinado de Herodes o del censo de Quirino. Caía cuatro años después de la muerte de Herodes y seis años antes del censo de Quirino. ¿Cómo era posible que Dionisio, famoso por su erudición, cometiera semejante error?
La fecha incorrectamente considerada como año 1 fue establecida -ya fuera por accidente o intencionadamente- en el siglo VI con el fin de separar la era pagana de la cristiana: el Anno Domini -“año del Señor”, es decir, del nacimiento de Jesús-, en sustitución de la datación romana ad Urbe condita -“desde la fundación de la ciudad”, es decir, de Roma.
Hay dos posibles explicaciones. La primera sería admitir que errar es humano y asumir que Dionisio, sencillamente, se equivocó. La segunda es que Dionisio escogió conscientemente el año 754 ab urbe condita para iniciar su nueva era porque esos dígitos contenían unos números con un valor sagrado, en concreto el 7 y el 27 (múltiplo de 3 y 9). Si así fuera, 754 sería el resultado de 7 (centenas) + 27 + 27, un número perfecto para marcar el cambio de época iniciado con el nacimiento de Cristo.
A la larga los cálculos de Dionisio dieron origen al calendario por el que se rige una gran parte de la humanidad, a pesar de ciertos errores que ya se le han perdonado.
Anteriormente el calendario romano comenzaba el 1 de marzo, sin embargo, era en enero cuando en la Antigua Roma los gobernadores asumían el mandato
Por lo que en el 47 A.C Julio César creó el calendario juliano. Desde ese entonces los romanos dedicaron el 1 de enero a Jano, el dios de lo nuevo y los comienzos.
En 1582 el papa Gregorio XIII creó el Calendario Gregoriano (utilizado actualmente por la mayoría de los países), en dónde proclamó el 1 de enero como el inicio del año. Fue a partir de ahí que alrededor del mundo se comenzó a celebrar en esa fecha.
Antes de Dionisio y después, la humanidad ha inventado más de 5 mil calendarios. Ninguno ha estado vigente más de mil años, salvo el actual. Muchas culturas se regían por 3 o hasta 4 calendarios simultáneos. Finalmente, si no hubiera sido por Dionisio, hoy estaríamos en el año 6243. En realidad, el de la idea fue el Papa Hormisdas quien ordenó a Dionisio este proyecto.
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