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¿Ruido de sables en Venezuela?

Hace una semana Ramos Allup dijo a los diputados chavistas que “pronto” estarán clamando por ellos mismos el respeto a los derechos humanos. La pregunta que flota en el enrarecido ambiente venezolano es: ¿Qué saben estos líderes para estar tan seguros que el chavismo agoniza?


Lunes 6 de Febrero de 2017, 4:45pm






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Un fuerte sector de la oposición en Venezuela, encabezado por Henry Ramos Allup, líder de la otrora poderosa Acción Democrática (AD), sostiene que no hay golpes militares buenos, pero quizás está cambiando de opinión en estas primeras semanas del 2017 al vislumbrarse la cancelación de elecciones. El chavismo simplemente se niega a salir del poder por medios democráticos, constitucionales, electorales y pacíficos.

La atribulada Venezuela, sin alimentos ni medicinas, se debate en una espantosa miseria. El hampa reina en el país y fruto de la inseguridad, el pasado mes de enero la morgue de Caracas recibió 504 cadáveres. La brutal estadística fue desmentida por el gobierno asegurando que la cifra es falsa, porque la “verdadera es solo de 502…” Para Ripley ¿no?

El dictador Nicolás Maduro no pierde ocasión para encabezar desfiles militares como para demostrar que tiene el absoluto respaldo castrense. El 1 de febrero conmemoró el natalicio de Ezequiel Zamora, a quién el fallecido Hugo Chávez lo erigió en precursor de las luchas populares. Zamora en verdad fue un cuatrero, pedófilo, asaltante y abigeo en los años postreros del siglo XIX.

A Maduro no le bastó la movilización y en clara advertencia a los militares que podrían estar pensando “cosas raras”, anunció la creación de “comandos civiles antidisturbios”, una copia de las “brigadas de respuesta rápida” del castrismo, especializadas en apalear todos los fines de semana a las “Damas de Blanco”.

En medio de todo esto, resaltan varios hechos sintomáticos. La poderosa oposición pareciera desorientada y con más propensión a saltar en pedazos que a solidificarse en un frente único, tras su desgraciada decisión de acudir a un diálogo con el régimen, mediado por el Vaticano, que no fue tal y que solo sirvió para desmovilizar a la gente de las calles.

Varios altos capos del régimen han sacado del país a sus familiares más inmediatos. Este fin de semana ha hecho lo propio Ramos Allup con 3 de sus jóvenes hijos. La policía política asalta casas y propiedades de amigos del ex ministro de la Defensa de Chávez, Raúl Isaías Baduel, quién volvió a prisión cuando está a seis semanas de lograr su libertad plena tras 7 años de cárcel, acusado por supuesta malversación de fondos.

Baduel a fines de enero emitió un pronunciamiento a todas luces sedicioso. Familiares cercanos lo desmintieron, pero sus allegados  proclaman su autenticidad y lo señalan como el líder del sector militar que insurgiría dando al traste con todo el actual mando militar, el chavismo gobernante y hasta la oposición. “No será un gobierno de transición, por lo menos hasta no arreglar lo que hay que arreglar en el país”, dice Alberto Franceschi desde el exilio, un politólogo que se atribuye ser portavoz de Baduel.

El ex comisario de la DISIP (ex policía política), Johan Peña, de reconocido olfato político, exhorta (también desde Miami) a los venezolanos a estar preparados. Les pide que almacenen agua, alimentos no perecederos. María Corina Machado, ex diputada y líder política, Lilian Tintori, esposa del encarcelado Leopoldo López, y Mitzy de Ledezma, esposa del arrestado alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, afirman a diario que el fin del chavismo se acerca…

Hace una semana Ramos Allup dijo a los diputados chavistas que “pronto” estarán clamando por ellos mismos el respeto a los derechos humanos. La pregunta que flota en el enrarecido ambiente venezolano es: ¿Qué saben estos líderes para estar tan seguros que el chavismo agoniza?

El venezolano de a pie, a quien han decepcionado tanto y tantas veces gobierno y oposición, parece estar solo a la expectativa. Ni siquiera le entusiasman nuevos llamados a salir a las calles. Lo único cierto es que el régimen decidió quedarse en el poder con el respaldo del alto mando, sus milicias, y sus matones de los grupos de choque civiles. ¿Elecciones? No se vislumbran ni en lontananza. ¿Hablaran los fusiles? Amanecerá y veremos.

(*) Hernán Maldonado es periodista. Ex UPI, EFE, dpa, CNN, El Nuevo Herald. Por 43 años fue corresponsal de ANF de Bolivia.

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