2 de junio (Diego Macías, diario Olé).- Cuando se sucedían los ataques peligrosos del Dortmund y el gol le era esquivo, ¿cuántos dijeron o pensaron "Lo gana el Madrid"? ¿Por qué si un equipo juega mejor que el otro, controla la pelota, los tiempos, genera situaciones clarísimas de gol, anula al mediocampo galáctico como si fueran volantes del montón y hasta hace pasar inadvertido a ese crack de Vinicius, todos pensaron que igual la Champions sería del Real?

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No fue la primera ni será la última vez que ocurre. Y aunque esa racha no se dé siempre (de hecho, el año pasado los goleó el City en la semifinal), cuando un jugador se pone la camiseta del Real Madrid se combinan varias cosas. Una, esencial para entender los resultados, es tener futbolistsa de jerarquía. Podrá haber algunos más rústicos que otros, pero todos son de nivel de selección. Y lo otro es que la mística ganadora no hay que buscarla en décadas muy antiguas, de esas en la que los protagonistas actuales quizá no habían nacido. Todos se sienten parte de estar escribiendo la historia, son actores principales de la leyenda.

El grupo que revolucionó la historia del básquet argentino se consagró en Generación Dorada cuando, según un tal Manu Ginóbili y Pepe Sánchez, ya no tuvieron “miedo a ganar”. El salto de calidad lo lograron cuando superaron esa sensación, en pleno partido, de que el tren de la victoria los invitaba a subirse pero lo perdían, sumidos en las dudas de lograrlo.

Dortmund debió cerrar el primer tiempo ganando por dos goles. El Real no parecía abrumado por más que jugaba de mal a muy mal. Se comían piñas de todos lados pero sabían que si aguantaban en pie, ellos estaban destinados a escribir esa leyenda. Todos saben que si cuando podés matar “futbolísticamente” al Madrid no lo hacés, tenés los minutos contados. Con los talentosos que se despiertan y juegan y con los más sacrificados pero con actitud mental de Champions, como Carvajal, para abrir un partido cerradísimo. ¿Por qué siempre gana el Madrid? Porque tiene jugadores de primer nivel, porque el técnico toma decisiones (como el regreso de Courtois) y porque nunca tienen miedo a ser campeones.

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