26 de marzo (Urgente.bo).- La cuarentena ha sido una medida de prevención ante el coronavirus que causó preocupación y estrés en ciudadanos de diferentes países. Sin embargo, existen un grupo de niños y adultos que sufren el doble que la mayoría de la población al estar encerrados, las personas con trastorno del espectro autista (TEA).
Las personas con autismo, al encontrarse encerradas y al sufrir un cambio repentino en su rutina, tienden a desarrollar muchas obsesiones, comportamientos heteroagresivos por miedo y angustia. Una persona con este trastorno no puede comprender qué pasó con el mundo que conocía y pierde la seguridad de lo que iba haciendo en años.
Melissa Silverio, formadora diferencial, menciona que se debe intentar armar una nueva rutina en su hogar intentando rescatar actividades de la anterior, ya que para ellos es muy difícil aceptar una nueva forma de vida.
“Nada de noticias, si son nenes en especial (…). Lo recomendable es no salir de casa porque sus defensas son bajas por los alimentos que consumen (muchas personas autistas rechazan alimentos como leche, carne, entre otros), pero hay casos extremos en los que tienen que salir porque su trastorno les exige”, aseguró Silverio.
La formadora también mencionó que las personas autistas son personas ansiosas y preocupadas por lo que se debe evitar el acceso a información de los medios porque podrían afectarlas. “Cero noticias porque ellos de por sí ya ven la realidad de otro modo entonces ellos pueden entender las cosas con mucha más fuerza y se trauman. Por eso hay que explicarles lo que es necesario y una forma en la que ellos entiendan”, afirma.
En Bolivia no se tienen registrados el número de personas que tienen TEA por lo que se hace muy difícil detectar si existe equipo médico suficiente para su tratamiento y también profesores especializados para llevar adelante su educación. El trastorno en el país aún esta invisibilizado y familiares señalan que esta condición es también la menos atendida en el país.
Hace un par de días circula en las redes sociales que en otros países los padres o tutores de personas con TEA utilizan una cinta azul en sus muñecas o en sus vehículos para que las autoridades permitan su circulación ya que las personas con este trastorno necesitan el aire libre para gastar sus energías y no mostrar conductas obsesivas o agresivas.
