Este domingo 20 de octubre, la ciudad de La Paz su 476° aniversario de fundación. Aquel día sábado 20, el capitán Alonso de Mendoza realizó el acto fundacional en el altiplano, en lo que hoy es La Paz, pero tres días después, el español definió que Nuestra Señora de La Paz se levantaría en el valle paceño, desde Churubamba.
Alonso de Mendoza fundó la ciudad por mandato de Pedro de la Gasca. La refundación ocurrió en el valle de Chuquiagu, porque ofrecía agua y refugio contra los vientos y el frío de la puna. La Gasca, presidente de la Real Audiencia de Lima, ordenó la fundación de una ciudad para proteger el comercio entre el centro costero de Arequipa, Cusco, La Plata y Potosí.
Además, la fundación de Nuestra Señora de La Paz tuvo un valor simbólico: luego de la guerra civil entre españoles, divididos entre los que apoyaban a Francisco Pizarro y los que estaban a favor de Diego de Almagro, la nueva ciudad iba a ser el emblema del retorno de la paz.
En ese marco, según el historiador Pablo Michel, La Paz fue fundada por mandato directo del emperador Carlos V. “Es una ciudad que se funda como un homenaje a la conmemoración de la pacificación de una guerra civil entre españoles. Había una guerra cruenta donde se estaban matando entre españoles y termina esta guerra, y para pacificar a los bandos el capitán Alonso de Mendoza funda una ciudad y la llama Nuestra Señora de La Paz, por eso el nombre que evoca la paz y por tal motivo, estas ciudades a diferencia de otras ciudades españolas, regían las buenas costumbres, la pasividad, la reconciliación y otros”, explicó Michel.
LOS ANTECEDENTES
En 1533, los primeros españoles que pisaron las tierras del valle de Chuquiago fueron Diego de Agüero y Pedro Martínez de Moguer, enviados por Francisco Pizarro. Navegaron por el lago Titicaca, comprobaron la existencia de la mítica Isla del Sol y descubrieron el valle de Chuquiagu, con sus reservas de oro. Con entusiasmo se llevaron sacos de tierra de la mina Huayna Cápac, de los que obtuvieron algunas onzas de oro. Volvieron a Lima con la buena nueva. Diego de Almagro organizó otra expedición al mando del capitán Juan de Saavedra Sevilla y del indio Paullo Túpac, llegando al valle de Chuquiago a principios de agosto de 1535.
Luego de derrotar al Imperio Inca, los conquistadores españoles se sumergieron en una guerra civil encarnizada, entre pizarristas y almagristas, por controlar los territorios que acababan de conquistar y por el poder económico y político. Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el sacerdote Hernando de Luque fueron los protagonistas de este conflicto.
Terminada la conquista, el reparto del territorio dejaba la ciudad más rica, Cuzco, en manos de Pizarro, lo que molestó a Almagro, que decidió dirigirse a Chile en busca de nuevas conquistas. Retornó con las manos vacías y por eso decidió enfrentarse a los hermanos Pizarro. Diego de Almagro derrotó a las tropas enviadas a su encuentro por Francisco Pizarro, al mando de Alonso de Alvarado, a las que incorporaría a su hueste, y conquistó Cuzco, tomando prisioneros a los hermanos de Pizarro.
Luego de las llamadas guerras civiles, que enfrentaron a pizarristas y almagristas, el capitán Alonso de Mendoza (que primero fue pizarrista y luego se pasó al bando contrario), recibió la instrucción de Pedro de la Gasca, (Sacerdote, funcionario público, diplomático, militar presidente de la Real Audiencia de Charcas), de fundar una ciudad símbolo de la paz.
EL FUNDADOR DE LA PAZ
Alonso de Mendoza era un explorador extremeño, originario de Garrovillas (actual Garrovillas de Alconétar, provincia de Cáceres). Fue uno de los que salieron de España, atraídos por las noticias acerca de las riquezas que atesoraba el llamado Nuevo Mundo, las aventuras de Francisco Pizarro y Diego de Almagro, que habían conquistado el Imperio inca en un inmenso continente en que aún quedaba mucho por descubrir y ganar.
Se estima que Alonso de Mendoza nació entre en 1500 y 1510. Viajó a las Indias a principios del siglo XVI, estableciéndose en Cuba cuando era gobernador Diego Velázquez de Cuéllar. Luego estuvo en México bajo el mando de Hernán Cortés; en México se estableció en San Esteban del Puerto, de donde fue desterrado por levantisco y alborotador.
Luego se dirigió a Perú, donde se acercó a Francisco Pizarro, entonces en guerra con Diego de Almagro. Así, combatió en la batalla de las Salinas contra el propio Almagro. Estos y otros hechos de armas, en los que mostró su valor y valía, le llevaron hasta Chuquisaca, donde sería gobernador.
Después de varias vicisitudes, dejó a Gonzalo Pizarro para marcharse junto al primer virrey del Perú; acomodándose en uno y otro lado, se incorporó a las filas de Francisco de Carvajal, quien le asignó el grado de capitán y le confió misiones diferentes en una larga campaña contra el realista Diego Centeno. Sin embargo, al declinar la estrella de Hernando y Gonzalo Pizarro pasó al bando realista, a las órdenes de Pedro de la Gasca.
De la Gasca notificó al capitán el 7 de abril de 1548 que había sido designado para fundar una nueva ciudad, proporcionándole, además, una nómina de quienes concurrirían con él a la solemne ceremonia. La misión que se le confiaba era importante en sumo grado, pues culminaba sus ambiciones. En ese tiempo, también, era poseedor de productivas minas de oro en la región de Tipuani.
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