La Paz, 20 de mayo (Urgentebo).- Una revista de Alemania publicó esta anécdota con el titular: “un obispo en Bolivia construye una iglesia tomando cerveza". En el pasado, el hoy Cardenal Toribio Ticona tuvo que desafiar a un dirigente sindicalista minero para ganar su confianza y así recibir su ayuda y de otros mineros para construir un templo más grande porque en Chacarilla (provincia Gualberto Villaroel) solo había una pequeña capilla.
Ticona nace en la provincia Cornelio Saavedra un 23 de mayo de 1937, por la necesidad de su familia de ir al cuartel tuvo que aumentarme un año. Hijo de mujer humilde que no sabía leer ni escribir y de un campesino, minero que no conoció. Con fuerte inclinación a ayudar al movimiento obrero, pues tuvo oficios de todo tipo: De niño empezó vendiendo periódicos “Rebeldía” de Potosí cuando este era el único diario en el departamento, lustraba zapatos, por ayudar a su madre en la economía de su familia con el tiempo aprendió sobre construcción para ser albañil, fue mecánico de automóviles como ayudante, jefe en la Cervecería Nacional Potosí, posteriormente trabajó en las minas privadas de Potosí y ahí conoció en un encuentro a los padres oriundos de Bélgica que lo llevaron a Atocha, al sur del departamento.
Con los “Belgas” se entregó de lleno al trabajo durante siete años, sin sueldo y ellos lo animaron a retomar sus estudios, pero les respondió ¿para qué voy a estudiar si ya soy edad? Por insistencia de ellos hizo el “Seminario de vocaciones tardías” en Santiago de Chile durante dos meses por el clima frío de la cordillera de los Andes.
Antes de ser sacerdote diocesano, inició su formación en el seminario San Cristóbal de Sucre en siete años, hizo pastoral en Quito (Ecuador) y con los jesuitas en Bélgica. Desde que se ordenó como sacerdote su madre lo acompañó incansablemente contra viento y marea, junto a su hermano que aunque dormían los tres en ese entonces en el suelo su madre siempre les sacaba sonrisas cantando y contando cuentos.
Así fue como Ticona narra que tiene en su repertorio 40 cuentos en quechua para compartir con sus feligreses, amigos y compañeros. “El monseñor Edmundo me animó para que grabe los 40 cuentos como recuerdo, pero no quise porque no soy vanidoso”, sostuvo y argumentó que todas sus obras fueron en anonimato, sin ostentación, ni orgullo, sino humildemente.
“Acepté antes de morirme”, expresó refiriéndose a que debido a su edad no pudo rechazar la oferta del papa Francisco. La mejor experiencia de Ticona fue la de ser alcalde de la provincia Gualberto Villaroel en La Paz por trece años gobiernos militares de facto, recuerda que cuando llegó no había autoridad en el municipio y que una empresa japonesa Nito hacia lo que quería con sus trabajadores.
Significa que Ticona tuvo la oportunidad única de ser alcalde y párroco al mismo tiempo. En las efemérides del pueblo como en el día del trabajo debía hacer la evangelización y a la hora del acto cívico cambiarse el hábito. “Fui afortunado de estar en esa posición que me permitía, a diferencia de otros sacerdotes tener todo el dominio”, agregó. “Bajaban 700 mineros y les invitábamos ají de fideo, pan”, de esta manera conoció a varios mineros, entre ellos un dirigente sindical que lo tachaba de pollerudo.
Como Ticona tenía experiencia en la minería, aceptó el reto del dirigente en habilidades, pero el minero quiso que compitieran bebiendo cerveza, aunque Ticona estaba dos días sin comer aceptó y finalmente venció a su oponente que al final le ofreció su amistad “Pedime lo que quieras”, le ofreció, de esta manera Ticona fue persuadiendo a otros mineros para invertir en la construcción de un templo grande.
“El papa Francisco me tiene un gran cariño”, manifestó Ticona que fue amigo del Papa desde que era cardenal y coincidieron en Buenos Aires cuando le preguntó si estaba vivo y si había comido gato, parafraseó entre chistes. También conoció al presidente Evo Morales Ayma cuando pasaba en marchas por Patacamaya.
Este domingo el papa Francisco informó sobre la creación de catorce nuevos cardenales, entre los que figuran el arzobispo peruano Pedro Barreto, el mexicano Sergio Obeso y el boliviano Toribio Ticona, los dos últimos no electores en cónclave.
Los catorce prelados recibirán la púrpura el próximo 29 de junio, cuando tendrá lugar el quinto consistorio de ordenación de cardenales del pontificado de Bergoglio.
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