24 de abril (Infobae).- El Papa Francisco, fallecido el pasado lunes a los 88 años, descansará en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma, como reflejo de su compromiso con la austeridad y su profunda devoción mariana. De acuerdo con la imagen revelada por la Santa Sede, el pontífice será enterrado en una tumba sencilla, fiel a las instrucciones que dejó en su testamento.
Una tumba simple y acorde a su legado
La sepultura del Papa Francisco, ubicada entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, estará marcada por una losa de mármol con la inscripción “FRANCISCUS” y una reproducción en plata de su cruz pectoral.
Además, según especificó el Vaticano, todo el financiamiento de los arreglos funerarios sigue las instrucciones personales del papa, quien designó que sería cubierto a través de una donación previamente asignada.
En este sentido, un benefactor anónimo garantizará el cumplimiento de este deseo: “He proporcionado instrucciones pertinentes a Rolandas Makrickas, comisario extraordinario del Capítulo Liberiano, para transferir la suma correspondiente a la Basílica Papal de Santa María la Mayor”, escribió el propio Francisco en su testamento.
Ceremonias funerarias reservadas y simbólicas
Desde el anuncio de su fallecimiento, miles de fieles han acudido a la Plaza de San Pedro para darle el último adiós al pontífice, en un funeral caracterizado por la sobriedad. Durante estos días de duelo, el ataúd se ha mantenido expuesto en el interior de la basílica, permitiendo a los devotos rendir homenaje incluso en la noche.
Otro aspecto que deja huella en su legado es que el papa decidió romper con la tradición de los ataúdes triples (de ciprés, plomo y roble), al optar por uno elaborado por madera y zinc. En el interior del ataúd se encuentran objetos simbólicos que sintetizan su vida y espiritualidad, como un rosario, monedas acuñadas durante su pontificado y un resumen de sus principales encíclicas.
La relación especial con Santa María la Mayor
La elección de la Basílica de Santa María la Mayor como lugar de descanso está profundamente ligada a la devoción personal del Papa Francisco por la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, ubicada en la Capilla Paulina de este templo.
Francisco visitaba esta basílica antes y después de cada viaje apostólico para encomendarse a la Virgen. De este modo, su última visita al lugar se produjo el pasado marzo, poco después de recibir el alta del hospital.
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó que el sepulcro estará accesible al público para su visita desde la mañana del 27 de abril, un día después de la realización de las exequias. Actualmente, las obras para acondicionar el espacio están en curso, con la tumba temporalmente protegida por una valla de madera.
Proceso y asistencia internacional
Tras la ceremonia de despedida en la Plaza de San Pedro, los restos del pontífice serán trasladados en procesión hacia la Basílica de Santa María la Mayor, en un evento que contará con la participación de líderes internacionales, como Donald Trump o Felipe VI.
Esta será una procesión única, marcada principalmente por el principio de humildad que el papa defendió a lo largo de su pontificado.
El legado del Papa Francisco quedará, además de en su tumba, en las memorias de quienes percibieron su compromiso con los más vulnerables, su deseo de un mundo más justo y su devoción ejemplificada en esta elección final, donde la simpleza fue protagonista.