4 de abril (Urgente.bo).- Wilma Fernández fue reportada como desaparecida el 22 de marzo por su familia; la joven vino a Bolivia desde Londres para pasar algunos días, sin embargo, este fin de semana su cuerpo fue encontrado en Los Yungas. Jhasiro Hayakahua es el principal autor del hecho, un crimen que fue tildado por la policía como pasional y económico. El asesino es fetichista y antes planeaba un negocio con la joven.
Wilma y su victimario se conocieron el 2020 en la Universidad Católica Boliviana, él estudió Ingeniería Comercial y después de que ella se fue a Inglaterra mantuvo un contacto virtual con el hombre, indicó el comandante de la Policía Jhonny Aguilera a red Uno.
“Es un crimen pasional, indudablemente hay un toque económico pues la señora había conversado con este sujeto Jhasiro que es ingeniero comercial acerca de la posibilidad de entablar algún negocio”, dijo.
“Ha logrado visualizar su posición del contexto de la víctima, lo que provoca fenómenos de celotipia, pero además (…) sabemos que él le había pedido que le dé su nombre con la posibilidad de aperturar una cuenta bancaria”, añadió la autoridad.
Antes del hecho, según cámaras de seguridad, se ve a Wilma al interior del motorizado de Jhasiro, ella porta una gorra azul y fue captada en Llojeta con la chompa que ese día usó.
Wilma se habría comunicado con Jhasiro y se habrían citado. El 22 de marzo a partir de las 15.00 hasta las 20.00 horas se conoce que la víctima estuvo en la casa del asesino, en este periodo, él le provocó contusiones a la altura del rostro, en la frente y luego la asfixió. Pero según la Fiscalía, la joven habría sido asesinada dentro de un vehículo.
“A lo mejor en un primer momento (Jhasiro) no tiene la intención de matar, pero es violento y estas personas violentas son muy celosas, además, emerge en ellos un sentimiento de superioridad”, explicó Aguilera.
Cuando Wilma ya estaba sin vida, el hombre le quitó la ropa como parte de su “fetichismo” y luego agarró su teléfono móvil.
“El sacar la ropa es un acto innecesario del modus operandi, ya la víctima ha perdido la vida, pero esta es una característica que este sujeto tiene, pero que además trasciende en un gran significado para el agresor, quitarle la ropa, que en algún lugar la tiene que tener escondida, es parte del fetichismo, esta firma criminal es mucho más estática que el modus operandi”, aseguró Aguilera.
Luego, el criminal usó una sábana para envolver a Wilma por la parte inferior del cuerpo, en la parte anterior fue cubierta con un plástico negro y masquin y finalmente fue escondida en saquillos. De esa manera, el asesino trasladó el cuerpo de la mujer, según cámaras, y finalmente la tiró en Chuspipata.
“El 23 de marzo empieza un silencio digital que nos prepara en la perspectiva de que ella no está actuando de una manera normal, este silencio digital nos ha permitido establecer estas consecuencias”, aseveró Aguilera, y fue entonces que hubo sospechas.
“Ya teníamos la evidencia tecnológica de que había una relación motivada porque se habían confluido antes en la universidad, encontramos una especie de desprecio o confesión por parte de la víctima que exacerba el ánimo de este sujeto”, añadió.
Indicó que Jhasiro pretendió engañar a la Policía la primera vez que fue entrevistado, ya que negó cualquier relación con la víctima y dio direcciones distintas a su ubicación. El vehículo que usó el día que fue visto con Wilma estaba registrado a nombre su madre. Actualmente, él está aprehendido.