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Con hambre de victoria

Wendy Cornejo, Stefany Coronado y Marco Rodríguez comparten una misma historia. Contagiados por la pasión de la marcha atlética, tienen los mismos objetivos, vencieron obstáculos en la vida y en el deporte. Ahora y por mérito propio, son Bolivia en los Juegos Olímpicos Río 2016.


Domingo 14 de Agosto de 2016, 4:30pm






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Los atletas bolivianos Wendy Cornejo, Marco Rodríguez y Stefany Coronado

La Paz,  14 de agosto (Alejandro Lazarte, Urgentebo).- Wendy siempre fue apegada a Claudia, más aun en la pista de tartán. Las hermanas Cornejo comparten la pasión de la marcha atlética desde sus 4 y 8 años, respectivamente.

El estadio Hernando Siles de la ciudad de La Paz fue el escenario en el que crecieron y en el que Wendy pulió su caminata en cada competencia hasta destacar.

Al igual que ellas, Stefany Coronado fue atraída por la marcha atlética, pero empezó desde otro deporte, el básquet. Desde cuarto básico de primaria, la atleta generó diferentes aptitudes para después incursionar en la pista realizando diferentes disciplinas y estableciendo sus marcas y metas.

Los varones también tienen a su protagonista, el caso del marchista Marco Rodríguez que empezó en la disciplina a sus 13 años. Descubrió su vocación un día en el que el colegio de la Fuerza Área llevó a competir a sus estudiantes al Siles en 100 metros.

Wendy Cornejo, Stefany Coronado y Marco Rodríguez comparten una misma historia. Contagiados por la pasión de la marcha atlética, tienen los mismos objetivos, vencieron obstáculos en la vida y en el deporte. Ahora y por mérito propio, son Bolivia en los Juegos Olímpicos Río 2016.

Una pasión

Los tres atletas bolivianos también tienen en común la preparación. Su entrenadora Martha Marín los impulsó a lograr sus objetivos ante todo obstáculo.

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Wendy Cornejo

Wendy comenzó en la pista corriendo hasta sus 12 años, ya que desde sus 13 eligió la marcha atlética hasta convertirse en una referente.

“Elegí el atletismo, gracias a mis papás, mi mamá era atleta amateur, corrió pruebas pedestres, incluso participó en dos maratones cuando era joven, se esforzaba con sus medios, por entrar en los primeros puestos y dar lo mejor siempre. Mi papá era arquero, le gusta tanto el deporte que se especializó como entrenador de fútbol, aunque también le gustaba correr porque decía que era un deporte completo. Él me incitaba a practicar el atletismo desde muy pequeña”, comenta en su perfil del proyecto Tunkas, un un grupo de élite de deportistas bolivianos apoyado por Cervecería Boliviana Nacional y el Ministerio de Deportes.

La atleta de 23 años cuenta que a sus 14 años compitió por primera vez en los juegos sudamericanos escolares en la Serena,  Chile. “Una de mis peores participaciones”, indica. Pero, esa situación la motivó a mejorar y el resultado se concretó el 2010, cuando logró ser campeona sudamericana en la categoría juvenil en el Campeonato Sudamericano de marcha atlética en la prueba de 10 km realizado en Cochabamba. Obtuvo el primer lugar.

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La entrenadora Martha Marín, Stefany Coronado y sus compañeras

Stefany Coronado, que en septiembre cumplirá 20 años, empezó con las disciplinas del salto largo, velocidad y resistencia hasta que tuvo que representar a su colegio y descubrir la marcha, disciplina que la llevó a Río.

El 2015, consiguió para Bolivia la medalla de oro en el  Campeonato Panamericano Juvenil de Atletismo que se realiza en Edmonton, Canadá. Lleva  14 años en las pistas de atletismo.

A eso se suma la medalla de oro lograda en la prueba de los 10 kilómetros juvenil femenino del Challenge de marcha en Chihuahua, México.

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Marco Rodríguez junto a sus compañeros

Marco Rodríguez siempre destacó en la categoría varones en marcha atlética. Él pudo obtener logros constantes nivel nacional e internacional.

“Me gustaba mucho correr desde pequeño, pero como todos los niños jugábamos más al fútbol. Un día, en una competencia de 100 metros que hicieron en mi colegio, competí con un chico llamado Allen. Él me ganó y le pregunte dónde entrenaba, porque escuchaba hablar de él y de un club de atletismo en el estadio, me interesó mucho saber dónde practicaba porque me encantaba correr, él me dijo amablemente: ‘En el estadio con la profe Martha’”, comenta en su perfil del proyecto Tunkas.

Cuenta desde mayo de 2015 con su marca exigida por la Federación Internacional de Atletismo para Río, luego de participar en la Copa Panamericana de marcha que se realizó  en Arica, Chile.

Los obstáculos

Los obstáculos que estos deportistas enfrentaron fueron diversos. Wendy hizo frente a diferentes lesiones en su carrera ya que en el 2012 le realizaron una artroscopia, un procedimiento quirúrgico común en el cual una articulación se visualiza cámara pequeña. Durante meses tuvo una lesión en los meniscos, menciona su hermana Claudia: “Ella seguía compitiendo, seguía entrenando, ella seguía adelante”. También tuvo un desgarre muscular en el cuádriceps y tiempo después otros problemas de salud.

Por otra parte, Stefany intentó equilibrar su entrenamiento. Tuvo que congelar sus estudios ya que cuando logró la marca para ir a los juegos olímpicos puso más empeño a la pista.

Rodríguez, pese a diferentes lesiones que tuvo en la rodilla y una operación en el apéndice, continuó con la misma fuerza y perseverancia. “Marco no abandonó jamás su sueño”, dice su abuelo Julio Pardo.

Más objetivos

Para Wendy es difícil dejar esta pasión y quiere continuar con la historia. “Ella piensa en los demás y sabe que lo que logró hasta ahora es parte de un proceso que viene de hace más de 10 años, que todos tienen que seguir para que el equipo crezca y que para en las olimpiadas posteriores ser más fuertes, pero siempre pensando como equipo”, dice su hermana Claudia Cornejo.

 “El apoyo familiar es para Stefany la motivación para dar el 101%”, explica su madre Rosío Gemio. Uno de los objetivos de la marchista es llegar a ser profesional en el área de la salud, pero al margen sueña con una medalla olímpica de oro para su tricolor. “Sabemos que es un año más de vida, pero estas experiencias no vuelven”, menciona su madre.

La clasificación a Río cambió la vida de Marco al igual que la de sus compañeras. Su abuelo refleja el orgullo que los familiares sienten por los logros. “Todo lo que consiguió Marco da mucha alegría al país, pero más que todo por el mérito propio”, opina Julio Pardo.

Y como dice Marco en el proyecto Tunkas, “la verdad es que cuando hay cariño al deporte o a la actividad que realizas no existen desventajas, es el sacrificio por un sueño, una meta”.

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